GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

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OBRAS ESCOGIDAS:

Rimas
Introducción sinfónica (a las rimas)
El miserere (Leyenda)
El rayo de luna (Leyenda de Soria)
Cartas desde mi celda
Cartas literarias a una mujer

TRABAJOS Y ENLACES:

Bécquer y la poesía contemporánea en lengua española (Jesús Rubio Jiménez)
La expresión Becqueriana (Luis Caparrós Esperante)
Bécquer: la creación de un personaje (Luis Caparrós Esperante)
Las mujeres de Bécquer (Jesús Costa -narrativa-).
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Gustavo Adolfo Domínguez Bastida (Sevilla,1836 – Madrid,  1870)  De familia de pintores, su padre, José Domínguez Bécquer, murió cuando él contaba sólo con cinco años y, al cumplir los once, murió su madre.

Junto a su hermano Valeriano, ambos estuvieron siempre interesados por todas las artes.  Con la oposición de su madrina, viaja a Madrid en 1854, donde intenta varios proyectos artísticos, como la interrumpida Historia de los templos de España. Escribe para teatro o zarzuela solo o en colaboración para sobrevivir en un Madrid de miseria y vida nocturna. Es por entonces, hacia 1858, cuando contrae una grave enfermedad de dudoso origen.  Convalece de esta enfermedad, viajando a Soria y Veruela. Allí encontrará descanso, médico y mujer, Casta Esteban, con la que inicia un matrimonio catastrófico desde 1861. Sin embargo es entonces cuando escribe sus mejores trabajos: publica leyendas y algunas rimas, en diversas publicaciones, fundamentalmente en El Contemporáneo. En 1868 intenta una edición de sus poesías, pagada por González Bravo, a la sazón ministro; pero el saqueo de la casa de Bravo durante la Revolución (La Gloriosa), hace que se pierda el manuscrito del poeta.

Desde 1868, Gustavo se instala con su hermano Valeriano en Toledo. Ambos están separados de sus esposas y viven con algunos de sus hijos. El poeta acepta el encargo de dirigir La Ilustración de Madrid, y reescribe de memoria sus poesías perdidas. Este nuevo texto se tituló Libro de los Gorriones y no se difundió hasta 1914. La muerte de Valeriano en Septiembre de 1870 precipitó la de Gustavo tres meses después.

El 23 de Diciembre -un día después de su entierro- sus amigos se reunieron para publicar sus obras como un modo de ayudar a la viuda y a sus tres hijos. Estas Obras fueron prologadas por su amigo Ramón Rodríguez Correa, y se editaron en dos tomos, en 1871.