tag:blogger.com,1999:blog-15094952844234836302024-02-07T22:26:10.887-08:00Lecturas hispánicasUn paseo por la lengua española desde las primeras glosas en romance
hasta nuestros días, con descargas y enlaces segurosServando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.comBlogger1095125tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-7209979866645891832021-12-11T04:45:00.000-08:002022-10-20T21:17:21.715-07:00<div style="text-align: justify;">Resumen: El nuevo hecho social que aquí se analiza es este: la historia europea parece, por vez primera, entregada a la decisión del hombre vulgar como tal. O dicho en voz activa: el hombre vulgar, antes dirigido, ha resuelto gobernar el mundo. Esta resolución de adelantarse al primer plano social se ha producido en él, automáticamente, apenas llegó a madurar el nuevo tipo de hombre que él representa. Si atendiendo a los efectos de vida pública se estudia la estructura psicológica de este nuevo tipo de hombre-masa, se encuentra lo siguiente: l.º, una impresión nativa y radical de que la vida es fácil, sobrada, sin limitaciones trágicas; por lo tanto, cada individuo medio encuentra en sí una sensación de dominio y triunfo que, 2.º, le invita a afirmarse a sí mismo tal cual es, dar por bueno y completo su haber moral e intelectual. Este contentamiento consigo le lleva a cerrarse para toda instancia exterior, a no escuchar, a no poner en tela de juicio sus opiniones y a no contar con los demás. Su sensación íntima de dominio le incita constantemente a ejercer predominio. Actuará, pues, como si sólo él y sus congéneres existieran en el</div><p>José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas (Posición en Kindle1417-1424). Javier Martínez. Edición de Kindle. </p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-74675354166056759682021-12-11T04:43:00.000-08:002022-10-20T21:17:14.911-07:00Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-90784386128905468222021-10-09T03:24:00.004-07:002021-10-09T04:10:20.356-07:00SOTILEZA: El velo de Silda (Servando Gotor)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.amazon.es/Sotileza-y-el-universo-Silda/dp/153721778X/ref=sr_1_1?__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&dchild=1&keywords=Servando+Gotor+Sotilez&qid=1633777568&sr=8-1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;" target="_blank"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1347" height="529" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgnB65f1Y4l5BeCd66NFZ0fSpn6CfOhx19VCWoisfXzQ3obN-YslScg1c_-KDIJ_2VEHRVDQPTv19Ulgq8DPqz1sefH9Tbd-uj1FlXHrEvPlERfD7KB4Jv2HT0DDokXVLrx7e2c4Vnx62c/w347-h529/SOTILEZA+KINDLE.jpg" width="347" /></a></div><br /><p><br /></p><p></p><h2><span style="font-size: x-large;"><a name="_Toc459573493">3<span lang="X-NONE">. </span></a><i>El velo de Silda</i>. Una pincelada de Modernidad y<i> </i>simbolismo<i> avant la lettre</i></span></h2><h2 style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif;"><o:p><span style="font-size: x-large;"> </span></o:p></span></h2><p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 9pt;"> </span></i></p><p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 9pt;">Pocas veces habrá llegado el arte de la pluma a representar<o:p></o:p></span></i></p><p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 9pt;">con tanta belleza un carácter en embrión y un carácter original y fuerte,<o:p></o:p></span></i></p><p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 9pt;"> como va a ser el de Sotileza, con tan pocos rasgos y tan exteriores<o:p></o:p></span></i></p><p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 9pt;">(Clarín)<o:p></o:p></span></p><p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 9pt;"> </span></i></p><p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 9pt;"> </span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Una de las obsesiones de la Modernidad, si no la principal, es el mundo interior, el <i>yo interior</i>. Marcel Proust dedicó a esta obsesión una de las grandes obras maestras de la literatura: <i>A la busca del tiempo perdido</i><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftn1" name="_ftnref1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">[1]</span></span></span></a>.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Pereda, en <i>Sotileza,</i> va más hacia la búsqueda del <i>espacio </i>perdido. Nótese bien la diferencia: Proust no busca tanto los lugares de su niñez como el yo inespacial de su infancia. Porque nuestros recuerdos no son <i>espacio</i> sino <i>tiempo. </i>Su medio vital es el tiempo, consiguiendo con los resortes de la memoria que lo que vivimos ayer podamos revivirlo hoy, con mayor o menor fidelidad, con mayor o menor intensidad. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Se trata, en realidad, de valorar más el mundo interno que el externo. La imaginación a la vivencia. Se llega a mantener que todo lo imaginado es vivencia, pero no toda vivencia contiene imaginación. Y esta transciende a aquella. Proust pone en su obra multitud de ejemplos. Así, en una de sus novelas (<i>Por la parte de Swan</i>), el protagonista sufre lo indecible por el amor no correspondido hacia Odette. Al final de la narración reflexiona, y concluye: <i>¡Y pensar que he echado a perder varios años de mi vida, que he querido morirme, que he sentido mi mayor amor por una mujer que no me gustaba, que no era de mi tipo!</i><span class="MsoFootnoteReference"> <a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftn2" name="_ftnref2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">[2]</span></span></a></span> Esta afirmación no hace sino acreditar una realidad: que en el amor es más importante el sentimiento o la sensación interna que la experiencia externa: <i>cuando estamos enamorados de una mujer no hacemos otra cosa que proyectar en ella un estado de nuestra alma</i><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftn3" name="_ftnref3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">[3]</span></span></span></a>. Afirmación que quizá contenga una de las tesis fundamentales de la obra de Proust, y que reitera una y otra vez de las formas más variadas. Por ejemplo al sentenciar que, de las cualidades del ser amado, son muy pocas las que realmente le corresponden: en su mayor parte son creación nuestra<a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftn4" name="_ftnref4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">[4]</span></span></span></a>. Nada nuevo en todo caso, ya que desde antiguo se viene afirmando que "el amor es ciego", y así lo han venido representado multitud de artistas y afirmando numerosos pensadores, muchos filósofos, y multitud de poetas: que toda nuestra realidad ―o la más importante de nuestras realidades― es interiorización, creación interna nuestra.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Y como todo es interiorización, lo externo se queda en un mero pretexto, una coartada o, incluso, una motivación para esa elaboración personal. Y hasta tal punto es ello así que la realidad externa siempre, o casi siempre, decepciona. De hecho, en otra de las novelas del ciclo <i>(A la sombra de las muchachas en flor)</i>, analiza Proust la percepción que tuvo de adolescente al cruzarse por la playa con un grupo de niñas: <i>unas muchachas que, de lejos, me habían parecido fascinantes</i><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftn5" name="_ftnref5" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">[5]</span></span></span></a>. Se trataba de una visión colectiva y distante y, como tal, a todas las recordó hermosas: <i>aún no había individualizado a ninguna</i><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftn6" name="_ftnref6" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">[6]</span></span></span></a>. Pero en los días siguientes volvió a cruzarse con el mismo grupo y, conforme iba concretando poco a poco los rasgos de cada una, ninguna resultaba tan cautivadora como en aquella primera visión fugaz, colectiva y difuminada. De hecho, cuando consigue que le presenten personalmente a la que en esas visiones lejanas más hermosa le había parecido, se produce el desencanto: el conocimiento real <i>pone fin, para nosotros, no solo a las penosas búsquedas ―cosa que solo puede llenarnos de alegría― sino también a la existencia de cierto ser, ese que nuestra imaginación había desnaturalizado</i><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftn7" name="_ftnref7" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">[7]</span></span></span></a><i>.</i> La lejanía es la mejor aliada de la belleza porque excita nuestra imaginación.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Abundando en esto, un antiguo poeta ruso contaba que cuando por la calle caminaba detrás de una mujer a la que no conseguía ver el rostro, su interés por ella crecía y su imaginación se enardecía imaginando miles y miles de facciones hermosas. Si pensaba mucho en esto, acababa por desistir de ver a la mujer, porque por muy hermosa que fuera, aunque fuera la más bella del mundo, esa concreta belleza nunca podría igualar a las miles y miles, a las infinitas facciones maravillosas que su mente había forjado. En el momento en que conseguía ver el rostro de la mujer desconocida (un verdadero choque, un auténtico <i>shock</i>), las miles de hermosas caras que revoloteaban por su cabeza como inaprensibles mariposas, se disolvían en un solo y hasta accesible rostro, en una sola y abordable mujer. Hermosa, sí, pero nunca comparable a las infinitas bellezas que habían pasado por su cabeza. La realidad es única y limitada mientras la imaginación, en cambio, es diversa e infinita. Y lo peor: el encuentro con lo real diluye la riqueza de toda creación interior. Diagnóstico fatal, porque nuestro yo sensible vive encarcelado en esa realidad. Y en ese afán de liberación interna, en ese yo interior e insensible que pugna por escapar, reside el secreto del arte, de su inmortalidad.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> Y lo dicho sobre la belleza de la mujer es, por supuesto, extensible a todo lo demás. Por ejemplo a los viajes, a las ciudades, los paisajes… Todo lo elaboramos interiormente, lo "idealizamos", de tal forma que la realidad nunca puede superarlo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Pues bien, el descubrimiento del yo interno, su primacía sobre la realidad externa, o mejor dicho, el protagonismo que el arte ha dado a la "expresión" de ese yo interno, el caso que se le ha hecho, se exprese como se exprese, se entienda o no se entienda, llegue al receptor o no llegue… todo esto, marca la diferencia entre la Modernidad y cuanto le precede. Por supuesto, siempre con valiosísimas excepciones: el romanticismo lo atisbó, pero se quedó solo en el umbral. Tuvieron que llegar voces como la de Baudelaire y los simbolistas para frenar al arte de sus ímpetus realistas y naturalistas, analistas e integristas de lo real, alertándoles de que lo importante no era retratar esa realidad externa (para eso ya estaba la cámara oscura, invento de la época) sino intentar extraer, escarbar, analizar y explorar nuestro interior. Y para ello, nada como la obra inacabada o, mejor aún, nada como la obra abierta… El matiz, no el color, es lo que nos interesa, dirá Verlaine </span><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">en su célebre poema <i>L'art Poétique</i>:</span><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> </span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">También deberás buscar / palabras que se presten a equívoco: / nada más valioso que la canción gris,/ donde lo Indeciso se une a lo Preciso. / Es como unos bellos ojos tras unos </span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">velos</span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">…</span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">La sugerencia, más que la afirmación. El velo más que la imagen nítida. Porque la claridad ahoga nuestra imaginación. La aplasta y extermina.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">El escritor realista, y especialmente el naturalista, explora la realidad externa como Zola la estación de San Lázaro: a pie de campo. Máquina de fotos a mano, papel y bolígrafo, tomando notas, la mirada atenta, inquisitiva. Todo para conseguir escenas como esta:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Roubaud siguió con la mirada la máquina de maniobras, una pequeña máquina ténder, de tres ruedas bajas y apareadas, que comenzaba a desenganchar el tren, ágil, laboriosa, empujando los vagones sobre las vías de los depósitos. Otra máquina de gran potencia, una máquina de exprés, con dos grandes ruedas devoradoras, esperaba sola, arrojando por su chimenea un espeso humo negro, que subía recto, con lentitud en el aire tranquilo. Pero toda la atención de Roubaud se concentró en el tren de las tres y veinticinco, con destino a Caen, lleno de viajeros y que solo esperaba su máquina.</span></i><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftn8" name="_ftnref8" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">[8]</span></span></span></span></a><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Al escritor moderno, sin embargo, nada de esto le interesa. Cierra los ojos a la realidad que le circunda y vuelve la mirada hacia su interior. Bastándole un olor, un sabor, o una frase musical, para que obre en él el milagro de un estremecimiento muy superior al que pudieran producirle todos los ruidos y colores, o todas las sensaciones que el mundo externo le ofrece. Se trata de la <i>evocación</i> que ese aroma, ese sabor o esas notas musicales le producen: recuerdos tan vibrantes, tan sólidos, que más parecen vivencias (<i>re-vivencias</i>, <i>repetidas vivencias,</i> ya experimentadas) de un yo profundo. Es la <i>memoria involuntaria</i>. Veamos el ejemplo de la famosa magdalena de Proust, cuyo sabor le transporta hacia cruciales momentos de su niñez:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">… me llevé a los labios una cucharilla de té donde había dejado empaparse un trozo de magdalena. Pero en el instante mismo en que el trago mezclado con migas del bollo tocó mi paladar, me estremecí, atento a algo extraordinario que dentro de mí se producía. Un placer delicioso me había invadido, aislado, sin que tuviese la noción de su causa. De improviso se me habían vuelto indiferentes las vicisitudes de la vida, inofensivos sus desastres, ilusoria su brevedad, de la misma forma que opera el amor, colmándome de una esencia preciosa; o mejor dicho, aquella esencia no estaba en mí, era yo mismo… Bebo un segundo sorbo… un tercero, que me aporta algo menos que el segundo. Es tiempo de parar, la virtud del brebaje parece disminuir. Es evidente que la verdad que busco no está en él, sino en mí… Dejo la taza y vuelvo hacia mi espíritu. Es él quien debe hallar la verdad. Pero ¿cómo? Grave incertidumbre cada vez que el espíritu se siente superado por sí mismo, cuando él, el buscador, es juntamente el país oscuro donde debe buscar y donde todo su bagaje no ha de servirle para nada. ¿Buscar? Más aún: crear.</span></i><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftn9" name="_ftnref9" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">[9]</span></span></span></span></a><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> </span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Note bien el lector: entre el texto de Zola (1880) y el de Proust (1913) media una diferencia de más de treinta años. Y, además, qué treinta años: los de la crisis de <i>fin de siècle</i>. Esa crisis de valores, de lenguaje, esa crisis brutal que desembocará en la Primera Guerra Mundial: la Gran Guerra.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Pues bien, en Pereda, en realidad un escritor adelantado a su tiempo (y mucho más de lo que pueda parecer), pero de su tiempo, encontramos textos naturalistas y textos ya muy parecidos a los que la modernidad deparará. Así, sin salirnos de <i>Sotileza</i>, vemos que el grado de observación, análisis y descripción de los pataches en nada tiene que envidiar al empleado por Zola para los trenes:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"> </span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">El patache es un barquito de treinta toneladas escasas, con aparejo de bergantín-goleta… puede afirmarse que el patache es un compuesto de tablucas y jarcia vieja. Le tripulan cinco hombres; a lo más, seis, o cinco y medio: el patrón tiene a popa su departamento especial, con el nombre aparatoso de cámara; la demás gente se amontonan en el rancho de proa, espacio de forma triangular, pequeñísimo a lo ancho, a lo largo y a lo profundo, con dos a modo de pesebres a los costados. En estos pesebres se acomodan los marineros para dormir, sobre la ropa que tengan de sobra, y debajo de la que vistan, pues son allí tan raras como las onzas de oro las mantas y las colchonetas. Para entrar en el rancho hay, entre el molinete y el castillo de proa, un agujero, poco mayor que el de una topera, el cual se cubre con una tabla revestida de lona encerada; tapa unas veces de corredera y otras de bisagras. De cualquier modo, si el agujero se cubre con la tapa, no hay luz adentro, ni aire, y si la tapa se deja a medio correr o levantada, entran la lluvia y el frío, y el sol, y las miradas de los transeúntes; porque el patache, en los puertos, siempre está atracado al muelle. </span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">(Capt. X).<i><o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Para escribir esto nos imaginamos a Pereda en los muelles como a Zola en la estación de San Lázaro: a pie de campo, con el cuaderno de notas en la mano. Y puede que en este caso fuera así. Pero en la mayor parte de su obra, Pereda no nos habla de algo que haya investigado y analizado, sino de algo que ha vivido. Mejor aún: de algo que recuerda, y en el recuerdo lo analiza. No es lo mismo. No es lo mismo retratar la realidad que analizar el recuerdo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Por eso es fácil encontrar en su obra textos de corte intimista que se acercan ya a la modernidad. Como cuando Andrés ve de cerca la muerte, una muerte por agua que acecha a los pobres marinos que tiene al lado:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">¿cabía imaginar un desamparo, una soledad, un desconsuelo más espantoso en derredor de un hombre para morir? Enseguida pasaron por su memoria, en triste desfile, los mártires que él recordaba de la numerosa legión de héroes, a la cual pertenecían los desventurados que le rodeaban, destinados quizá a desaparecer también, de un momento a otro, en aquel horrible cementerio. Y los vio, uno por uno, luchar brevísimos instantes, con las fuerzas de la desesperación, contra el inmenso poder de los elementos desencadenados; hundirse en los abismos; reaparecer con el espanto en los ojos y la muerte en el corazón, y volver a sumergirse para no salir ya sino como informe despojo de un desastre, flotando entre los pliegues de las olas y arrastrados al capricho de la tempestad.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Y viéndolos a todos así, llegó a ver a Mules; y viendo a Mules, se acordó de su hija; y acordándose de su hija, por una lógica asociación de ideas, llegó a pensar en todo lo que le había pasado y fue causa de que él se viera en el riesgo en que se veía, y entonces, a la luz que solo perciben los ojos humanos en las fronteras de la muerte, estimó en su verdadera importancia aquellos sucesos; y se avergonzó de sus ligerezas, de su insensatez, de sus ingratitudes, de su última locura, causa, quizá, de la desesperación de sus padres; y volvió su mortal naturaleza a reclamar sus derechos; y amó la vida, y le espantaron de nuevo los peligros que corría en aquel instante </span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">(Capt. XXVIII).<i><o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">En todo caso, cierto es que Pereda, vive inmerso todavía en esa época de hartazgo realista (sumergido en él) que se extrema y culmina con el naturalismo. Hartazgo que nos llevará, como reacción, a ese simbolismo que, con los posteriores movimientos modernistas y expresionistas, abrirá las puertas a las vanguardias del siglo XX y, sin duda, al cambio más radical en la historia de las ideas artísticas. Interesa el yo interior. Su manifestación. ¿Pero es transmisible? Este es el problema: tan intrasmisible es nuestro yo como impenetrable el yo ajeno. En todo caso, esta intransmisibilidad ¿supone algún problema? En absoluto, porque si lo que nos interesa es el interior, su transmisibilidad, su comunicación, "enajenación" en suma, no importa. O importa como mucho a efectos de catarsis, de terapia: para sacar lo que llevamos dentro, exteriorizarlo, incluso analizarlo para comprenderlo, para comprendernos mejor a nosotros mismos, para oír, sentir, mejor nuestro yo. Incluso nos puede interesar la exteriorización del yo ajeno (si conseguimos descifrarla), pero también solo de modo instrumental: como medio, como criterio de comparación para profundizar mejor en el conocimiento de nosotros mismos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Esto es la modernidad: el grito, la <i>expresión</i>, del yo interno reivindicando su existencia por encima de la externa. Y a partir de ahí la búsqueda, la interpretación. Y ese debe ser el objeto del arte, no el reflejo de una realidad externa que para contemplarla o analizarla no necesita de representación alguna bastando su mera contemplación; tampoco la imposible representación o descripción detallada del yo impenetrable, inexpresable e indescifrable, sino la mera, pero incitante, sugerencia verlainiana; el simple matiz excitante; el apunte provocador capaz de poner en marcha nuestros mecanismos internos para conocernos mejor a nosotros mismos y conocer mejor a los demás. Al Hombre. Que, en definitiva, es de lo que se trata. Esto es, insistimos, la Modernidad: el descubrimiento, más bien redescubrimiento, de ese yo interior. Y solo excepcionalmente encontramos esa búsqueda en obras anteriores. Y por eso también, Pereda, en general, se halla inmerso, le guste o no, en ese momento de hartazgo realista (ya naturalista), ofreciéndonos en <i>Sotileza </i>un ejemplo más, un buen ejemplo, de las técnicas propias del naturalismo, con alguna excepción como la que acabamos de ver.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Pero hay más. Más excepciones y más sorprendentes. Marcelino Menéndez Pelayo, detecta seguramente la principal. Algo en lo que la crítica literaria debería detenerse y analizar con mayor detalle. </span><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">El pensamiento artístico de </span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Sotileza,</span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> la idea primera ―nos dice en su introducción― es tan honda, que casi parece un enigma.</span><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="background: yellow; font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Pero entendamos bien: no es el enigma pueril en que se deleitan los hacedores de novelas transcendentales. Sotileza es un enigma sorprendido valerosamente, y sin intención ulterior, en las profundidades de la naturaleza humana. El autor le ha planteado; pero en la conclusión le elude más bien que le resuelve. Ha hecho bien, después de todo. En el arte agradan y dominan siempre aquellos personajes en quienes resta un fondo inaccesible a las miradas de la crítica. De este modo quedan como algo simbólico y misterioso, entrevisto en el crepúsculo de la poesía, que adivina tales naturalezas más bien que las penetra.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Sotileza, con ser muy mujer, tiene algo de esfinge tebana, y el autor no ha hecho más que levantar una punta del velo sagrado.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="background: yellow; font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"><o:p> </o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">¡El velo sagrado!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Recordemos de nuevo el poema de Verlaine, cuyo título, además, <i>L'art Poétique,</i></span><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">tampoco es casual: <i>deberás buscar / palabras que se presten a equívoco: / nada más valioso que la canción gris… Es como unos bellos ojos tras unos </i>velos<i>…</i><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftn10" name="_ftnref10" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">[10]</span></span></span></a><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">¿Conocía Menéndez Pelayo al escribir estas líneas, en 1885, este poema de Verlaine publicado el año anterior? Llama la atención incluso la expresa alusión al </span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">velo</span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Lo conociera o no, de lo que no hay duda es que Menéndez Pelayo estaba al corriente de lo que acontecía literariamente en Francia. ¿Lo estaba también Pereda? En todo caso, con </span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Sotileza</span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">, lleva a la práctica los mismos postulados poéticos de Verlaine, en lo que a este aspecto, que tan acertadamente destaca Menéndez Pelayo, se refiere. </span><span style="background: yellow; font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Y he aquí el descubrimiento de Menéndez Pelayo en su </span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Introducción</span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> a</span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> Sotileza</span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">. Es algo cuyo alcance no acertó a percibir el gran Clarín. Y no solo no acertó a verlo sino que incluso detectándolo lo señaló como una carencia narrativa: </span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">el velo de Silda</span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">. Y no se trata de desmerecer o elogiar a uno u a otro. Imposible que Clarín, asturiano de Zamora ―y este es un tema que también aborda en su prólogo― "viviera" </span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Sotileza </span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">como la vivió el polígrafo cántabro.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Clarín, decimos, lo detecta:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Pocas veces habrá llegado el arte de la pluma a representar con tanta belleza un carácter en embrión y un carácter original y fuerte, como va a ser el de Sotileza, con tan pocos rasgos y tan exteriores.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"> </span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Lo detecta, pero le parece insuficiente o escaso:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"> </span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">el hilo principal que sigue el autor es el de la vida y pensamientos de Andrés, no el de Sotileza<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">(…)<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Andrés, a pesar de su mérito, perjudica mucho por ocupar demasiado la atención del autor<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">(…)<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">lo que yo censuro es que se convierta en lo principal, en lo absorbente en una novela que tiene, gracias al ingenio del autor, elementos de belleza superiores con mucho a la que Andrés<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">(…)<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">la callealtera debía ser más suya, figurar ella más; y ese análisis interior que se emplea en Andrés, emplearlo en ella: en ella y en Muergo.<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"> </span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">No, no hay que profundizar más, no conviene profundizar más. Definitivamente: el velo de Silda debe mantenerse. A la mirada, a las facciones… más: al interior de Silda, no solo le favorece la indefinición, el </span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">sfumato</span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">, la sugerencia verlainiana: es que es ahí donde reside toda la esencia y encanto de nuestra protagonista. Y ese desvío de atención hacia Andrés, realmente el personaje que más conocemos y literariamente ―y seguramente por eso― el más débil, sirve precisamente para realzar aún más la oscuridad de Silda. Luego, no sobra. En absoluto sobra.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Y de este modo, con el velo de Silda, Pereda se adelanta a su tiempo. Si bien es cierto que, desde siempre, los más grandes personajes de la literatura están solo sugeridos o, si detallados, inmersos en un mar de sombras: desde el Hamlet de Shakespeare, disuelto en sus dudas, hasta don Quijote ahogado en su delirio. Desde el desorientado Samsa de Kafka, convertido en un asqueroso insecto, al horrorizado Kurtz de Conrad, una voz sin palabras que se busca y no se encuentra, en el corazón de las tinieblas<a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftn11" name="_ftnref11" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">[11]</span></span></span></a>. Y es que, como dice George Steiner, no es ya que el poeta renuncie deliberadamente a la expresión, sino que hay ciertas cosas, ciertas experiencias, que le resultan inexpresables. Impotencia de la que se pone a salvo con el mutismo. Ya Dante, en su </span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Divina Comedia</span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">, se hacía eco del problema. Mayor, conforme sus visiones se cargan de un superior misticismo. Hasta que en el canto XXXIII del </span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Paraíso</span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">, cuando roza la presencia divina, se rinde:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 78pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Mi ver, desde aquel punto, superaba<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 78pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">a nuestro hablar…</span></i><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftn12" name="_ftnref12" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">[12]</span></span></span></span></a><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Pero en el propio límite del lenguaje reside la grandeza del poema. Porque </span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">donde cesa la palabra del poeta comienza una gran luz</span></i><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftn13" name="_ftnref13" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 12pt; line-height: 18.4px;">[13]</span></span></span></span></a><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">.</span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> Una luz de búsqueda, riqueza y verdad.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Y este es el acierto, más o menos consciente del autor de </span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Sotileza:</span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> acertar ―porque hay que acertar como él acierta― en esos</span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> pocos rasgos y tan exteriores </span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">a los que se refiere Clarín, que posibiliten la sugerencia necesaria para </span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">representar con tanta belleza un carácter en embrión y un carácter original y fuerte, como va a ser el de Sotileza. </span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> Algo a lo que</span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> pocas veces </span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">[ha]</span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> llegado el arte de la pluma a representar con tanta belleza.</span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Con todo, hay una vez, una sola en toda la novela, en que el corazón de Silda se nos presenta desnudo. En realidad no es sino una más de esas sugerencias. Pero la que mejor nos permite indagar en la entraña del personaje.</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> Y es, posiblemente por eso mismo, el momento más poético y, seguramente, el más moderno de la novela: cuando, en el capítulo XVI, tras la contemplación de la horrible fealdad de Muergo (que no olvidemos, significa "feo"), </span><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">con expresión codiciosa, hundiendo al mismo tiempo toda la fuerza de su mirada en las tenebrosas escabrosidades de la cara de Muergo</span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">, </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">se le escapan las únicas tres palabras, que en toda la novela brotan desde su interior más sincero:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> </span></p><p align="center" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: center;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">¡Da gusto mirarle!</span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Y de aquí, otro debate de calado como solo lo suscitan las grandes obras: el del mito de <i>La Bella y la Bestia</i>. Porque, aunque muchos lo pongan en solfa, está claro que la <i>monstruosidad de Muergo</i>, epíteto que se repite en la novela hasta cuatro veces, constituye el verdadero y oscuro objeto del deseo de Silda. Algo ―y aquí vuelve el determinismo del naturalismo― que estaba en sus genes. Pues, todavía crisálida,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span lang="es" style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">entre tantos puercos y descamisados como andaban por allí, solamente se dolía de la roña y de la desnudez de Muergo. Y Muergo correspondía a estas relativas delicadezas de Silda, riéndose de ella, dándola una patada, o arrimándola un tronchazo como el de la Maruca. ¡Y la preferencia continuaba, por parte de Silda! ¿Por qué razón? Vaya usted a saberlo. Acaso la fuerza del contraste; la misma monstruosidad de Muergo; un inconsciente afán, hijo de la vanidad humana, de domar y tener sumiso lo que parece indómito y rebelde, y de embellecer lo que es horrible; hacer con Muergo lo que algunas mujeres, de las llamadas elegantes en el mundo, hacen con ciertos perros lanudos y muy feos: complacerse en verlos tendidos a sus pies, gruñendo de cariño, muy limpios y muy peinados, precisamente porque son horribles y asquerosos y no debieran estar allí. </span></i><span lang="es" style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">(Capt. III).<i><o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span lang="es" style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> </span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">¡Da gusto mirarle! </span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Esta es la explosión de Silda, el único intersticio por el que muestra su alma al lector. Al lector y al propio y desolado Andrés, cuya reacción inmediata obvia acertadamente el autor, para fijar su atención en los dos verdaderos protagonistas:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"> </span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><span lang="es" style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">[Muergo]<i> sintió la puñalada de luz en lo más hondo de sí mismo; conmoviose todo; relinchó como un potro cerril, y cargándose sobre el remo con todos sus bríos bestiales, dio tal estropada, cogiendo a Cole descuidado, que torció el rumbo de la barquía.<o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span lang="es" style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">En la cara de Sotileza brilló entonces algo como relámpago de vanidad satisfecha, y al mismo tiempo se oyó la voz de Mechelín, que gritaba desde proa, detrás de la vela desmayada y lacia:<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span lang="es" style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">―¿Qué haces, animal?<o:p></o:p></span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0.0001pt 42.55pt; text-align: justify;"><i><span lang="es" style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">―Na que le importe ―respondió Muergo, relinchando otra vez.</span></i><span lang="es" style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> (Capt. XVI).<i><o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 8pt;"> </span></i></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">¡Cosa más rara que aquella muchacha!,</span></i><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;"> apostillará más adelante, ya en el capítulo XIX, el asombrado autor/narrador, admirándose y apartándose de la fría objetividad del naturalismo, en la que la opinión del autor no existe: <i>¡Cosa más rara…!</i> <i>En el mismo sitio en que había domado los ímpetus apasionados de Andrés con su palabra desengañada y su continente esquivo, escuchaba las brutalidades de Muergo con la sonrisa en los labios y el regocijo en la mirada</i><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">Y después de esto, nada más dice ni debe decir el autor, ni es lícito preguntarle, ni creíble cualquier opinión que, forzada o no, pueda añadir. Porque el artista solo habla de su obra en su propia obra. Ahí comienza y concluye su <i>expresión</i>, para que finalmente, sea cada lector quien extraiga y module sus propias conclusiones. Y será entonces, y solo entonces, cuando alcanzará la obra sus poliédricos, vivos y esenciales objetivos. Sus verdades.<o:p></o:p></span></p><p align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Garamond, serif; font-size: 12pt;">(<i>El universo de Silda, </i><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search?q=Servando+Gotor" target="_blank">Servando Gotor</a>)</span></p><div><br clear="all" /><hr align="left" size="1" width="33%" /><div id="ftn1"><p class="MsoFootnoteTextCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftnref1" name="_ftn1" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[1]</span></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"> </span><span lang="EN-US" style="font-family: Garamond, serif; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Proust</span><span lang="EN-US" style="font-family: Garamond, serif;">, 1913-1922.</span><span lang="EN-US" style="font-family: Garamond, serif;"><o:p></o:p></span></p></div><div id="ftn2"><p class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftnref2" name="_ftn2" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[2]</span></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"> </span><span style="font-family: Garamond, serif; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Proust</span><span style="font-family: Garamond, serif;">, 1913:338.</span><span style="font-family: Garamond, serif;"><o:p></o:p></span></p></div><div id="ftn3"><p class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftnref3" name="_ftn3" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[3]</span></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"> </span><span style="font-family: Garamond, serif; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Proust</span><span style="font-family: Garamond, serif;">, 1919:733.</span><span style="font-family: Garamond, serif;"><o:p></o:p></span></p></div><div id="ftn4"><p class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftnref4" name="_ftn4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[4]</span></span></span></span></a><span style="font-family: Garamond, serif;"> El amor se hace inmenso, no pensamos en el poco espacio que en él ocupa la mujer real (…) Esa Albertine <i>[la real]</i> era poco más que una silueta, todo lo que se había superpuesto a ella era de mi cosecha; hasta tal punto prevalecen en el amor las aportaciones que proceden de nosotros mismos (…) sobre las que nos vienen del ser amado.<span style="font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;"> Proust</span>, 1919:754.<o:p></o:p></span></p></div><div id="ftn5"><p class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftnref5" name="_ftn5" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[5]</span></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"> </span><span lang="EN-US" style="font-family: Garamond, serif; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Proust</span><span lang="EN-US" style="font-family: Garamond, serif;">, 1919:693.</span><span lang="EN-US" style="font-family: Garamond, serif;"><o:p></o:p></span></p></div><div id="ftn6"><p class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftnref6" name="_ftn6" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[6]</span></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"> </span><span lang="EN-US" style="font-family: Garamond, serif; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Proust</span><span lang="EN-US" style="font-family: Garamond, serif;">, 1919:695.</span><span lang="EN-US" style="font-family: Garamond, serif;"><o:p></o:p></span></p></div><div id="ftn7"><p class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;"><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftnref7" name="_ftn7" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[7]</span></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"> </span><span lang="EN-US" style="font-family: Garamond, serif; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Proust</span><span lang="EN-US" style="font-family: Garamond, serif;">, 1919:766.</span><span style="font-family: Garamond, serif;"><o:p></o:p></span></p></div><div id="ftn8"><p class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;"><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftnref8" name="_ftn8" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[8]</span></span></span></span></a><span lang="EN-US" style="font-family: Garamond, serif;"> <span style="font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Zola,</span> 1880:2-3.<o:p></o:p></span></p></div><div id="ftn9"><p class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;"><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftnref9" name="_ftn9" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[9]</span></span></span></span></a><span lang="EN-US" style="font-family: Garamond, serif;"> <span style="font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Proust</span>, 1913:43.<o:p></o:p></span></p></div><div id="ftn10"><p class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftnref10" name="_ftn10" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[10]</span></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"> </span><span style="font-family: Garamond, serif;">VV.AA, 2015:294</span><i><span style="font-family: Garamond, serif;">.</span></i><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"><o:p></o:p></span></p></div><div id="ftn11"><p class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftnref11" name="_ftn11" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[11]</span></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"> </span><span style="font-family: Garamond, serif;">Sobre la poética de la sugerencia, destaca Umberto <span style="font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Eco</span> que la primera vez que aparece una poética consciente de la obra "abierta" es ―como ya hemos visto― con Verlaine. Añadiendo que <i>más extremas y comprometidas son las afirmaciones de Mallarmé: "Nommer un objet c'est supprimer les trois quarts de la jouissance du poeme, qui est faitre du bonnheur de deviner peu à peu: le suggérer… voilà le rève…" Es preciso evitar que un sentido único se imponga de golpe</i>. (<span style="font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Eco</span>, 1962:79).<o:p></o:p></span></p></div><div id="ftn12"><p class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;"><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftnref12" name="_ftn12" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[12]</span></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"> </span><span style="font-family: Garamond, serif; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Steiner, </span><span style="font-family: Garamond, serif;">1961:57-58.<o:p></o:p></span></p></div><div id="ftn13"><p class="MsoFootnoteTextCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt;"><a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/PEREDA%20-%20Sotileza%20septiembre%20(2).doc#_ftnref13" name="_ftn13" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 15.3333px;">[13]</span></span></span></span></a><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Garamond, serif;"> </span><span style="font-family: Garamond, serif; font-variant-caps: small-caps; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal;">Steiner</span><span style="font-family: Garamond, serif;">, 1961:56.<o:p></o:p></span></p><div><span style="font-family: Garamond, serif;"><br /></span></div></div></div><p></p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-60985826874427959862021-05-25T11:49:00.001-07:002021-05-25T11:49:02.917-07:00YO SOY Y MI CIRCUNSTANCIA, Y SI NO LA SALVO A ELLA NO ME SALVO YO (José Ortega y Gasset)<div style="text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: right;"><a href="http://barricadaletrahispanic.blogspot.com/2012/02/jose-ortega-y-gasset.html" target="_blank"><span style="color: #ffa400; font-size: x-small;"><b>VOLVER A ORTEGA</b></span></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: right;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: right;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgotiSPJsbSdHXce614vjpz__gpJu1ZRwKsl3iruN8aIoYpoi6JLaDZYI-k3ge0faMxlWLnvYWCGZN0CwQJvjACqoZoayXv1EJLEpTtfZyjkNWFFzA9Er6bOwBENuhaZCjeN3nEmhUeNXQ/s500/9788437604817-es.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="299" height="407" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgotiSPJsbSdHXce614vjpz__gpJu1ZRwKsl3iruN8aIoYpoi6JLaDZYI-k3ge0faMxlWLnvYWCGZN0CwQJvjACqoZoayXv1EJLEpTtfZyjkNWFFzA9Er6bOwBENuhaZCjeN3nEmhUeNXQ/w242-h407/9788437604817-es.jpg" width="242" /></a></div><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Al lado de gloriosos asuntos, se habla muy frecuentemente en estas <i>Meditaciones </i>de las cosas más nimias. Se atiende a detalles del paisaje español, del modo de conversar de los labriegos, del giro de las danzas y cantos populares, de los colores y estilos en el traje y en los utensilios, de las peculiaridades del idioma, y, en general, de las manifestaciones menudas donde se revela la intimidad de una raza.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Poniendo mucho cuidado en no confundir lo grande y lo pequeño; afirmando en todo momento la necesidad de la jerarquía, sin la cual el cosmos vuelve al caos, considero de urgencia que dirijamos también nuestra atención reflexiva, nuestra meditación, a lo que se halla cerca de nuestra persona.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">El hombre rinde el máximum de su capacidad cuando adquiere la plena conciencia de sus circunstancias. Por ellas comunica con el universo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">¡La circunstancia! <i>¡Circum-stantia!</i> ¡Las cosas mudas que están en nuestro próximo derredor! Muy cerca, muy cerca de nosotros levantan sus tácitas fisonomías con un gesto de humildad y de anhelo, como menesterosas de que aceptemos su ofrenda y a la par avergonzadas por la simplicidad aparente de su donativo. Y marchamos entre ellas ciegos para ellas, fija la mirada en remotas empresas, proyectados hacia la conquista de lejanas ciudades esquemáticas. Pocas lecturas me han movido tanto como esas historias donde el héroe avanza raudo y, recto, como un dardo, hacia una meta gloriosa, sin parar mientes que va a su vera, con rostro humilde y suplicante, la doncella anónima que le ama en secreto, llevando en su blanco cuerpo un corazón que arde por él, ascua amarilla y roja donde en su honor se queman aromas. Quisiéramos hacer al héroe una señal para que inclinara un momento su mirada hacia aquella flor encendida de pasión que se alza a sus pies. Todos, en varia medida, somos héroes y todos suscitamos en torno humildes amores.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><i>Yo un luchador he sido</i></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: georgia; font-size: large;"><i>Y esto quiere decir que he sido un hombre,</i></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">prorrumpe Goethe. Somos héroes, combatimos siempre por algo lejano y hollamos a nuestro paso aromáticas violas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">En el <i>Ensayo sobre la limitación </i>se detiene el autor con delectación morosa a meditar sobre este tema. Creo muy seriamente que uno de los cambios más hondos del siglo actual con respecto al XIX va a consistir en la mutación de nuestra sensibilidad para las circunstancias. Yo no sé qué inquietud y como apresuramiento reinaba en la pasada centuria —en su segunda mitad sobre todo— que impelía los ánimos a desatender todo lo inmediato y momentáneo de la vida. Conforme la lejanía va dando al siglo último una figura más sintética, se nos manifiesta mejor su carácter esencialmente político. Hizo en él la humanidad occidental el aprendizaje de la política, género de vida hasta entonces reducido a los ministros y a los consejos palatinos. La preocupación política, es decir, la conciencia y actividad de lo social, derrámase sobre las muchedumbres merced a la democracia. Y con un fiero exclusivismo ocuparon el primer plano de la atención los problemas de la vida social. Lo otro, la vida individual, quedó relegada, como si fuera cuestión poco seria e intranscendente. Es sobremanera significativo que la única poderosa afirmación de lo individual en el siglo XIX —el «individualismo»— fuera una doctrina política, es decir, social, y que toda su afirmación consistía en pedir que no se aniquilara al individuo. ¿Cómo dudar de que un día próximo parecerá esto increíble?</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Todas nuestras potencias de seriedad las hemos gastado en la administración de la sociedad, en el robustecimiento del Estado, en la cultura social, en las luchas sociales, en la ciencia en cuanto técnica que enriquece la vida colectiva. Nos hubiera parecido frívolo dedicar una parte de nuestras mejores energías —y no solamente los residuos— a organizar en torno nuestro la amistad, a construir un amor perfecto, a ver en el goce de las cosas una dimensión de la vida que merece ser cultivada con los procedimientos superiores. Y como ésta, multitud de necesidades privadas que ocultan avergonzadas sus rostros en los rincones del ánimo porque no se las quiera otorgar ciudadanía; quiero decir, sentido cultural.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">En mi opinión, toda necesidad, si se la potencia, llega a convertirse en un nuevo ámbito de cultura. Bueno fuera que el hombre se hallara siempre reducido a los valores superiores descubiertos hasta aquí: ciencia y justicia, arte y religión. A su tiempo nacerá un Newton del placer y un Kant de las ambiciones.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">La cultura nos proporciona objetos ya purificados, que alguna vez fueron vida espontánea e inmediata, y hoy, gracias a la labor reflexiva, parecen libres del espacio y del tiempo, de la corrupción y del capricho. Forman como una zona de vida ideal y abstracta, flotando sobre nuestras existencias personales siempre azarosas y problemáticas. Vida individual, lo inmediato, la circunstancia, son diversos nombres para una misma cosa: aquellas porciones de la vida de que no se ha extraído todavía el espíritu que encierran, su <i>logos</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Y como espíritu, <i>logos</i> no son más que un «sentido», conexión, unidad, todo lo individual, inmediato y circunstante, parece casual y falto de significación.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Debiéramos considerar que así la vida social como las demás formas de la cultura, se nos dan bajo la especie de vida individual, de lo inmediato. Lo que hoy recibimos ya ornado con sublimes aureolas, tuvo a su tiempo que estrecharse y encogerse para pasar por el corazón de un hombre. Cuanto es hoy reconocido como verdad, como belleza ejemplar, como altamente valioso, nació un día en la entraña espiritual de un individuo, confundido con sus caprichos y humores. Es preciso que no hieraticemos la cultura adquirida, preocupándose más de repetirla que de aumentarla.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">El acto específicamente cultural es el creador, aquel en que extraemos el <i>logos </i>de algo que todavía era insignificante (<i>i-logico</i>). La cultura adquirida sólo tiene valor como instrumento y arma de nuevas conquistas. Por esto, en comparación con lo inmediato, con nuestra vida espontánea, todo lo que hemos aprendido parece abstracto, genérico, esquemático. No sólo lo parece: lo es. El martillo es la abstracción de cada uno de sus martillazos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Todo lo general, todo lo aprendido, todo lo logrado en la cultura es sólo la vuelta táctica que hemos de tomar para convertirnos a lo inmediato. Los que viven junto a una catarata no perciben su estruendo; es necesario que pongamos una distancia entre lo que nos rodea inmediatamente y nosotros, para que a nuestros ojos adquiera sentido.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Los egipcios creían que el valle del Nilo era todo el mundo. Semejante afirmación de la circunstancia es monstruosa, y, contra lo que pudiera parecer, depaupera su sentido. Ciertas almas manifiestan su debilidad radical cuando no logran interesarse por una cosa si no se hacen la ilusión de que es ella todo o es lo mejor del mundo. Este idealismo mucilaginoso y pueril debe ser raído de nuestra conciencia. No existen más que partes en realidad; el todo es la abstracción de las partes y necesita de ellas. Del mismo modo no puede haber algo mejor sino donde hay otras cosas buenas, y sólo interesándonos por éstas cobrará su rango lo mejor. ¿Qué es un capitán sin soldados?</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">¿Cuándo nos abriremos a la convicción de que el ser definitivo del mundo no es materia ni es alma, no es cosa alguna determinada, sino una perspectiva? Dios es la perspectiva y la jerarquía: el pecado de Satán fue un error de perspectiva.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Ahora bien; la perspectiva se perfecciona por la multiplicación de sus términos y la exactitud con que reaccionemos ante cada uno de sus rangos. La intuición de los valores superiores fecunda nuestro contacto con los mínimos, y el amor hacia lo próximo y menudo da en nuestros pechos realidad y eficacia a lo sublime. Para quien lo pequeño no es nada, no es grande lo grande.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Hemos de buscar para nuestra circunstancia, tal y como ella es, precisamente en lo que tiene de limitación, de peculiaridad, el lugar acertado en la inmensa perspectiva del mundo. No detenernos perpetuamente en éxtasis ante los valores hieráticos, sino conquistar a nuestra vida individual el puesto oportuno entre ellos. En suma: la reabsorción de la circunstancia es el destino concreto del hombre.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Mi salida natural hacia el universo se abre por los puertos del Guadarrama o el campo de Ontígola. Este sector de realidad circunstante forma la otra mitad de mi persona: sólo al través de él puedo integrarme y ser plenamente yo mismo. La ciencia biológica más reciente estudia el organismo vivo como una unidad compuesta del cuerpo y su medio particular: de modo que el proceso vital no consiste sólo en una adaptación del cuerpo a su medio, sino también en la adaptación del medio a su cuerpo. La mano procura amoldarse al objeto material a fin de apresarlo bien; pero, a la vez, cada objeto material oculta una previa afinidad con una mano determinada.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo. <i>Benefac loco illi quo natus</i> es, leemos en la Biblia. Y en la escuela platónica se nos da como empresa de toda cultura, ésta: «salvar las apariencias», los fenómenos. Es decir, buscar el sentido de lo que nos rodea.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Preparados los ojos en el mapamundi, conviene que los volvamos al Guadarrama. Tal vez nada profundo encontremos. Pero estemos seguros de que el defecto y la esterilidad provienen de nuestra mirada. Hay también un <i>logos</i> del Manzanares: esta humildísima ribera, esta líquida ironía que lame los cimientos de nuestra urbe, lleva, sin duda, entre sus pocas gotas de agua alguna gota de espiritualidad.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Pues no hay cosa en el orbe por donde no pase algún nervio divino: la dificultad estriba en llegar hasta él y hacer que se contraiga. A los amigos que vacilan a entrar a la cocina donde se encuentra, grita Heráclito: «¡Entrad, entrad! También aquí hay dioses». Goethe escribe a Jacobi en una de sus excursiones botánicogeológicas: «Heme aquí subiendo y bajando cerros y buscando lo divino <i>in herbis et lapidibus</i>». Se cuenta de Rousseau que herborizaba en la jaula de su canario, y Fabre, quien lo refiere, escribe un libro sobre los animalillos que habitaban en las patas de su mesa de escribir.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Nada impide el heroísmo —que es la actividad del espíritu—, tanto como considerarlo adscrito a ciertos contenidos específicos de la vida. Es menester que dondequiera subsista subterránea la posibilidad del heroísmo, y que todo hombre, si golpea con vigor la tierra donde pisan sus plantas, espere que salte una fuente. Para Moisés el Héroe, toda roca es hontanar.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;">Para Giordano Bruno: <i>est animal sanctum, sacrum et venerahile, mundus</i>.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: georgia; font-size: x-small;">José Ortega y Gasset</span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: georgia; font-size: x-small;"><i>(Meditaciones del Quijote,</i> 1914</span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: georgia; font-size: x-small;"><i>Obras completas</i>, </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: georgia; font-size: x-small;">Tomo I -1902-1916. </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: georgia; font-size: x-small;">Séptima edición. </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: georgia; font-size: x-small;">Revista Occidente. </span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: georgia; font-size: x-small;">Madrid, 1966. pp. 318-323)</span></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: georgia; font-size: x-small;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia; font-size: medium;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><a href="http://barricadaletrahispanic.blogspot.com/2012/02/jose-ortega-y-gasset.html" style="text-align: right;" target="_blank"><span style="color: #ffa400; font-size: x-small;"><b>VOLVER A ORTEGA</b></span></a></div><p style="text-align: justify;"><br /></p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-41924937754257923142021-04-04T11:04:00.006-07:002021-04-14T10:30:14.874-07:00LEOPOLDO LUGONES: La invención del cuento moderno (Servando Gotor)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.amazon.es/fuerzas-extra%C3%B1as-Edici%C3%B3n-anotada-introducci%C3%B3n/dp/B091F77XF9/ref=sr_1_13?dchild=1&qid=1617554678&refinements=p_27%3AServando+Gotor&s=books&sr=1-13" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;" target="_blank"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1347" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjV77qbKgQ_fadqxNHWGA7trax0-JhtRXF76mmAJHEg0In9v6pUfOdr8gs9diiaeXp5s2snenkis50TXag_Hdkx4rAOCEnBRZIm0MWcPyjZHFMNE6BYfwSN7hfw6wLPVUTr6mdrYi0ViHc/s320/LUGONES+Fuerzas+extra%25C3%25B1as.jpg" /></a></div><p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpFirst" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;"><o:p> </o:p></span></p>
<div style="mso-element-anchor-horizontal: column; mso-element-anchor-vertical: paragraph; mso-element-linespan: 2; mso-element-wrap: around; mso-element: dropcap-dropped; mso-height-rule: exactly;">
<table align="left" cellpadding="0" cellspacing="0" hspace="0" vspace="0">
<tbody><tr>
<td align="left" style="padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm; padding: 0cm;" valign="top">
<p class="CSP-FrontMatterBodyText" style="break-after: avoid; line-height: 29.25pt; mso-element-anchor-horizontal: column; mso-element-anchor-vertical: paragraph; mso-element-linespan: 2; mso-element-wrap: around; mso-element: dropcap-dropped; mso-height-rule: exactly; mso-line-height-rule: exactly; page-break-after: avoid; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><br /></p>
</td>
</tr>
</tbody></table><span style="font-size: 13pt; text-align: justify;">Compré
el mono en el remate de un circo que había quebrado”.</span></div>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">Así empieza </span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">Yzur</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">, uno más de los jugosos
relatos del argentino Leopoldo Lugones (1874-1938), escritor
que sirve de puente entre el modernismo hispanoamericano (Rubén Darío a la
cabeza) y la potente literatura que vendrá después, rebosante de realismo,
ciencia y magia, desde Borges o Bioy Casares hasta Gabriel García
Márquez, pasando por Juan Rulfo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">La narración continúa
en estos términos:<o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 2pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="margin-left: 42.55pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 0.05pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">La
primera vez que se me ocurrió tentar la experiencia a cuyo relato están
dedicadas estas líneas fue una tarde, leyendo no sé dónde que los naturales de
Java atribuían la falta de lenguaje articulado en los monos a la abstención, no
a la incapacidad. “No hablan, decían, para que no los hagan trabajar”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="margin-left: 42.55pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 0.05pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">Semejante
idea, nada profunda al principio, acabó por preocuparme hasta convertirse en
este postulado antropológico: los monos fueron hombres que por una u otra razón
dejaron de hablar. El hecho produjo la atrofia de sus órganos de fonación y de
los centros cerebrales del lenguaje; debilitó casi hasta suprimirla la relación
entre unos y otros, el idioma de la especie en el grito inarticulado, y el
humano primitivo descendió a ser animal.<o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="margin-left: 42.55pt; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 0.05pt;"><span style="font-size: 2pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">Subvierte aquí Lugones los postulados
científicamente correctos… aparentemente, claro. Porque lo que dice
no es en realidad tan extraño a la ciencia, siempre tan cara para él. De hecho,
ya había sido un niño precoz con una memoria prodigiosa al que se le
daban maravillosamente las ciencias y las historias. A su familia y a los de su
entorno -dicen- se les caía la baba escuchando sus ocurrencias. Y en
1921 llegó a escribir un folleto sobre la relatividad (</span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">El tamaño del espacio</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">) por
el que -cuentan- se interesó el propio Einstein. Lo cierto es que en este
relato parece contradecir -incluso condenar- a Darwin, quien planteó la
teoría de la evolución en sentido positivo. Pero Lugones, en este relato, lo
que plantea es que la evolución en vez de ir en un único sentido de ida o
avance -la denominada Ley de la irreversibilidad evolutiva de Dollo-, puede,
también, retroceder, algo que ya señalaron a finales del siglo XIX las
denominadas teorías de la devolución o des-evolución; esto es: una evolución
hacia atrás, hacia el origen. <o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">Pierre Boulle, en </span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">El planeta de los simios</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;"> (1963)
nos muestra a unos primates que, no tan vagos, sí avanzan hacia el lenguaje, y
ello les llevará inexorablemente a una cierta organización social. Pero
lo que Lugones nos cuenta es que los monos que hoy conocemos no
evolucionaron porque voluntariamente se opusieron a la esclavitud a que el
lenguaje (y con él la organización social) podía arrastrarles. Los
muy listos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">Estas reflexiones/fantasías sobre las posibilidades
de los animales (hoy tan valoradas) las vuelve a repetir Lugones en </span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">Los caballos de Abdera</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">, una
distopía, que nos hacer pensar en la transcendencia de los extremismos e
intolerancias, adelantándose así, con un siglo de anticipación, al debate
animalista actual.<o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">Pero no solo de animales se alimenta la evolución;
o lo que es lo mismo,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la vida. Porque el
concepto vida es eso: movimiento, evolución y, por tanto: </span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">tiempo</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;"> (la
cuarta dimensión).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y quien posibilita
esos movimientos, es precisamente ese cúmulo de apasionantes </span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">fuerzas extrañas</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">, a
día de hoy todavía tan desconocidas, no solo para el hombre de a pie. Y a ese
movimiento y a sus consecuencias están dedicados, más o menos directamente, la
mayor parte de los relatos que componen este fantástico volumen. Asistimos así
a la búsqueda<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de la energía que rige la
armonía pitagórica de las esferas para utilizarla como herramienta
desintegradora (</span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">La
fuerza omega</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">), al estudio de la fuerza delatora de la luz y el
color de los sonidos (</span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">La metamúsica</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">), o a la radiación de los olores en ciertas plantas
mortales o </span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">flores
del mal</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;"> (</span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">La viola acherontia</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">); a los efectos de
otras fuerzas no menos extrañas capaces, en unos casos, de absorber y
materializar los pensamientos (</span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">El Psychon), </span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">o desvelarnos un universo
paralelo o de desdoblamientos (</span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">Un fenómeno inexplicable</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">), e
incluso hasta plantear cierta hipótesis pretendidamente científica sobre el
comienzo de la vida: </span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">Ensayo de una cosmogonía </span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">y </span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">El origen del diluvio</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">. Esta
última narración con evidentes tintes ocultistas o espiritistas, que no faltan
tampoco a lo largo de todos los relatos, en los que, en todo caso, se desborda
la fantasía pura y simple y sin mayor intento de explicación, como </span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">El milagro de San Wilfrido</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;"> o </span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">El escuerzo</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">; de
los que se ha llegado a decir que contenían un realismo mágico </span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">avant la lettre</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">. O las
dos soberbias prosas relacionadas con el bíblico final de Sodoma y Gomorra: <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">La lluvia de fuego</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;"> y </span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">La estatua de sal</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">.<o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">Monos, caballos, dobles, máquinas sorprendentes,
armonía de las esferas, pitagorismo, espiritismo… Y todo contado con buenas
dosis de ironía que jalonan la obra de principio a fin, alimentándose —como
toda ironía— de contrastes: la lógica y el absurdo; o lo que es lo mismo: la quiebra de la lógica. Así,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>razonadas,
y hasta razonables hipótesis científicas, son rematadas con las más variopintas
conclusiones. Y las más curiosas invenciones técnicas para descubrir o utilizar
esas energías, concluyen materializadas en esperpénticas máquinas que acaban
con la muerte, la locura o la mutilación de su propio hacedor, lo que, lejos de
desorientar al lector, lo hacen cómplice del guiño y el sarcasmo del autor, quien
parece castigar con crueldad a sus propios personajes: esos estrafalarios
diletantes que meten las narices donde no deben. <o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">Pero nada de todo esto es gratis: Lugones arrastra
al lector por caminos a veces tortuosos, exigiéndole fe y lealtad. Y solo si somos
capaces de aceptar el reto, disfrutaremos plenamente del siempre merecido y
generoso final, hacia el que todas y cada una de esas sendas conducen.Y, en
definitiva, es esa la esencia del cuento. En ella se encierra el núcleo de toda
su poética: el comienzo -y a partir de él toda la trama- está pensado, diseñado
y tiranizado por el final: </span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">en mi principio está mi fin</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">, recordará T.S. Eliot. Final hacia
el que el poeta nos conducirá por caminos y vericuetos insospechados. <o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">Son cuentos<o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">Y el cuento, a diferencia de la novela, no permite
pausas ni distracciones: hay que leerlo de un tirón. La novela exige tregua, el
cuento entrega. En la novela caben respiros, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el cuento solo admite frenesí. La novela
invita a la reflexión, el cuento al arrebato.<o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">Eso sí, el recorrido ha de ser verosímil. Y la
verosimilitud se logra con la pormenorización de datos y detalles, lo que
Lugones consigue llevar a niveles científicos, reales o ficticios, pero siempre
con una convincente apariencia de verdad.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Para que la ciencia ficción o la fantasía enganchen es preciso vencer al
descreimiento, lo que solo se consigue con una convincente y recia apariencia
de lógica y coherencia internas impecables.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">Pero aún hay algo más, no menos importante que la
coherencia: para que la objetividad resulte creíble tiene que estar siempre
exenta de la mínima exageración emocional. Los narradores de los trece cuentos,
resultan todos ellos consumadamente asépticos en este sentido.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El relato discurre por una especie de crónica
descriptiva en que el contador opina lo justo; y cuando lo hace es para
destacar algún detalle fáctico imprescindible en la trama. Y si ese detalle
revela alguna emoción, esta se deduce normalmente del propio dato sin ulterior aliño
ni comentario. Cuando el narrador duda, por ejemplo, de la cordura de un
personaje, lo hace para describir una sensación basada en dos hechos objetivos:
una actuación insensata que presencia, y la impresión que a él le causa esa
actuación (impresión que no por personal pierde objetividad). Así, cuando el
homeópata de </span><i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES;">Un
fenómeno inexplicable</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: normal;">, después de una detallada relación de sucesos
extraños y hasta extravagantes, acaba por decirle al narrador que a veces ve
las cosas dobles porque cada ojo procede sin relación al otro, este concluye: «</span><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Era, a
no dudarlo, un caso curioso de locura, que no excluía el más perfecto
raciocinio». Sin más. <o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Objetividad, pues, dato, detalle, coherencia y
distancia,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>crean la verosimilitud
necesaria para acabar con el descreimiento del lector. Y esta es sin duda la
mejor y mayor aportación de Lugones al cuento moderno. En literatura se pueden
crear universos distintos al nuestro pero siempre han de ser verosímiles. Y nuestro
autor, además, lo hace en un contexto de hipótesis científica que da mayor
valor a sus ficciones. <o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Lugones da un salto cualitativo en nuestra
Literatura. Su narrativa está muy pero que muy lejos de la de Rubén Darío. Se
aparta radicalmente del florido modernismo dando paso a ese lenguaje tan
preciso como conciso de la Modernidad que consigue impactar con tal fuerza en
el lector, que no necesita de mayores efectos, artefactos ni aditamentos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Pero, además, esta aparente asepsia y frialdad, no
está reñida con la belleza.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La prosa de
Lugones no solo alcanza la sublimidad en muchos momentos, sino también la
belleza. Y como mero ejemplo baste citar, precisamente, uno de los relatos
fantásticos, alejado -solo aparentemente, eso sí- del cientifismo que jalona al
resto: </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">La lluvia de fuego,</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"> la
obra maestra de Lugones, según el propio Borges. Y para muchos, desde el plano
estético el cuento más conseguido de </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Las
fuerzas extrañas.</span></i><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpMiddle" style="text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;"><o:p> </o:p></span></p>
<p align="right" class="CSP-FrontMatterBodyTextCxSpLast" style="text-align: right; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-size: 13pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-weight: bold;">Servando Gotor<o:p></o:p></span></p>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-47969779050500090822020-08-16T08:41:00.003-07:002020-08-16T08:41:33.666-07:00EL REINO DE LOS SUEÑOS EN LA NOVELA EXPRESIONISTA POR ANTONOMASIA: "LA OTRA PARTE", DE ALFRED KUBIN<div style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: x-large;"><br /></span></div><span style="font-family: trebuchet;"><div class="separator" style="clear: both; font-size: x-large; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIw0lVILnTqEIiu7FAJ0bF10XA_O8UWJGZwaEep0L1kKxt5UKw-KrSHzNjmTxGD6SqW_Y6sM3uPWZDPOJhcj3TAxm1NNZviHzIMAKjDcuoWCKkdA-oVA4vBDhPf9GBWp-3xJpbCM6YDv8/s1600/LA+OTRA+PARTE.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1023" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIw0lVILnTqEIiu7FAJ0bF10XA_O8UWJGZwaEep0L1kKxt5UKw-KrSHzNjmTxGD6SqW_Y6sM3uPWZDPOJhcj3TAxm1NNZviHzIMAKjDcuoWCKkdA-oVA4vBDhPf9GBWp-3xJpbCM6YDv8/s640/LA+OTRA+PARTE.jpg" /></a></div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;"><br /></div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">―Vengo a hacerle varias propuestas. No le estoy hablando en mi nombre, sino en el de un hombre a quien usted tal vez haya olvidado, pero que aun le recuerda perfectamente. Este hombre se halla en posesión de riquezas cuya cuantía supera todo lo que un europeo pueda imaginar. Me estoy refiriendo a Claus Patera, su ex compañero de escuela. ¡Le ruego que no me interrumpa! Gracias a una extrañísima casualidad Patera llego a tener en sus manos acaso la fortuna más grande del mundo. Su viejo amigo se consagro entonces a la realización de un proyecto que, de algún modo, supone la existencia de recursos materiales prácticamente inagotables. ¡Había decidido fundar un <i>Reino de los sueños</i>!... El asunto es complicado, pero tratare de ser breve. </div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">―Como primera medida adquirió un lugar adecuado de tres mil kilómetros cuadrados. Una tercera parte de esta zona esta constituida por terrenos muy montañosos, el resto comprende una llanura y una región cubierta de colinas. Grandes bosques, un lago y un río dividen y animan este pequeño Reino. Luego fundó una ciudad y, haciendo frente a una necesidad inmediata, se establecieron también aldeas y alquerías, pues la población inicial se elevaba ya a las doce mil almas. Hoy, el <i>Reino de los sueños</i> cuenta con sesenta y cinco mil habitantes. </div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">El extraño señor hizo una breve pausa y bebió un sorbo de té. Yo permanecí en completa calma y solo atine a decir, bastante perplejo: </div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">―¡Prosiga! </div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">Y me enteré de lo siguiente: </div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">―Patera siente una profunda aversión contra todo lo que, en general, guarde relación con cualquier forma de progreso. Repito, contra todo lo que guarde relación con cualquier forma de progreso, especialmente en el campo científico. Le ruego que interprete mis palabras lo mas literalmente posible, pues en ellas esta resumido el propósito fundamental del Reino de los sueños. Este se halla separado del mundo exterior por un muro de circunvalación y esta protegido contra cualquier ataque por sólidos baluartes. Hay una sola puerta, que sirve de entrada y salida al mismo tiempo y permite un estricto control sobre el movimiento de personas y mercancías. En el Reino de los sueños, refugio para los descontentos con la cultura moderna, se ha previsto todo lo necesario para satisfacer cualquier tipo de necesidades corporales. Sin embargo, nada es más ajeno al Amo de aquel país que la idea de forjar una Utopía o una especie de Estado del futuro. Si bien la penuria material ha sido, dicho sea de paso, erradicada de él, los nobles y elevados objetivos de aquella comunidad no apuntan en modo alguno a la conservación de los valores materiales de la masa de pobladores o del individuo aislado. ¡No, en absoluto!... Pero ya veo su sonrisa de incredulidad y, en efecto, le aseguro que me resulta casi imposible explicar en pocas palabras lo que Patera intenta hacer realmente con el<i> Reino de los sueños</i>. </div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">―En primer término, debo precisar que toda persona que encuentra acogida entre nosotros esta, sea por nacimiento o por algún golpe de fortuna ulterior, predestinada para ello. Como es sabido, una extrema agudeza en los órganos sensoriales permite a sus poseedores captar ciertas relaciones del mundo individual que, salvo en momentos aislados, no existen para el hombre común. Y fíjese usted: son precisamente esas cosas que podemos llamar inexistentes, las que constituyen la quintaesencia de nuestras aspiraciones. El insondable fundamento del Universo es, en su sentido último y más profundo, algo en que los soñadores ―que así se autodenominan― no dejan de pensar un solo instante. La vida normal y el mundo onírico son tal vez conceptos antitéticos, y es precisamente esta diferencia lo que hace tan difícil un acuerdo entre ambos. Ante la pregunta: ¿qué sucede realmente en el <i>Reino de los sueños</i>?, ¿cómo vive allí la gente?, me vería obligado, sin más, a guardar silencio. Yo solo podría describirle su aspecto superficial y, sin embargo, la búsqueda de la profundidad es justamente uno de los rasgos esenciales de quienes viven en el País de los sueños. Todo aspira allí a lograr la máxima espiritualización de la vida; las penas y alegrías de sus contemporáneos son totalmente ajenas al mundo del soñador; y es natural que así sea, ya que el mismo actúa según una escala de valores totalmente diferente. Acaso el concepto que más se aproxime ―al menos ilustrativamente― a la esencia de la cuestión, sea el de <i>estado de ánimo. </i>Nuestra gente solo experimenta <i>estados de ánimo</i> o, <i>mejor dicho, solo vive por estados de ánimo</i>. Toda la apariencia exterior, que ellos configuran a su antojo y gracias a un sutilísimo esfuerzo mancomunado, no constituye más que la materia prima. Cierto que hemos tomado todas las medidas necesarias para evitar que esta se agote. Sin embargo, el soñador no cree en nada más que en el sueño, en su sueño, fomentado y desarrollado por nosotros; perturbarlo sería un delito de alta traición inimaginable. De ahí que las personas invitadas a convivir en nuestra republica sean sometidas antes a un riguroso examen. Para decírselo en pocas palabras y acabar de una vez ―y al llegar aqui, Gautsch dejo el cigarrillo y me miro tranquilamente a la cara: </div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;"><i>―Claus Patera, Señor absoluto del Reino de los sueños, me encarga transmitirle, en calidad de agente suyo, una invitación para trasladarse a su país. </i></div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">Mi visitante pronuncio las últimas palabras en voz más alta y con un tono bastante formal. Luego, el buen hombre se calló y al principio yo también guarde silencio, cosa que cualquiera de mis lectores comprenderá. La sospecha de estar sentado frente a un loco se abrió paso en mí casi a la fuerza. Me resultaba sumamente difícil ocultar mi agitación. Haciendo como si jugara, aparte la lámpara fuera del radio de acción de mi visitante, y al mismo tiempo, retire con gran habilidad, un compás y un cuchillo raspador, objetos puntiagudos y peligrosos. </div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">A decir verdad, toda la situación era en extremo embarazosa. Cuando empezó lo de la historia del País de los sueños, pensé que se trataba de una broma que algún conocido se tomaba la libertad de gastarme. Lamentablemente, este atisbo de esperanza fue disminuyendo en forma alarmante, y llevaba ya diez minutos sopesando desesperadamente mis posibilidades. No ignoraba que lo mejor que uno puede hacer cuando está con un enfermo mental es no desechar nunca sus ideas fijas. ¡Pero también es cierto que yo no soy precisamente un gigante, sino un hombre tímido y débil en el fondo! Y allí, sentado en mi habitación, estaba el corpulento señor Gautsch, con su correcta fisonomía de asesor, sus quevedos y su barbilla rubia, terminada en punta. </div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">Tales eran, a grandes rasgos, las ideas que en aquel momento cruzaron por mi mente. Y algo tenía que decir de todos modos, ya que el buen hombre esperaba mi respuesta. En caso de que le sobreviniera un ataque de rabia aun podía, en última instancia, apagar la lámpara de un soplo y escabullirme de la habitación, que conocía palmo a palmo. </div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">―¡Claro, claro! ¡Estoy entusiasmadísimo! Solo quisiera consultar el caso con mi esposa. Mañana, señor Gautsch, recibirá usted mi respuesta. </div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">Dije todo esto en un tono conciliatorio y me levante. Pero mi huésped siguió sentado tranquilamente y replico con voz seca: </div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">―Veo que no ha logrado comprender nuestra situación actual, cosa que no me extraña en absoluto. Lo más probable es que no conceda usted crédito alguno a mis palabras, si es que su nerviosismo, contenido con gran dificultad, no encubre una sospecha aun mas grave sobre mi persona. Le aseguro que estoy completamente sano, tan sano como cualquiera. Lo que le acabo de comunicar es un asunto sumamente serio, aunque reconozco, claro esta que pueda parecer extraordinario o fantástico. Tal vez se tranquilice en cuanto haya visto esto. </div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">Y al decir estas palabras saco un paquetito de su bolsillo y lo puso sobre la mesa, delante de mí. En el leí mi dirección exacta; rompí el precinto y tuve entre mis manos un estuche de cuero liso y color gris verdoso, en cuyo interior se veía una pequeña miniatura: el típico retrato de medio cuerpo de un joven. Sus rizos castaños se ensortijaban en torno a un rostro de apariencia extrañamente clásica: grandes y clarísimos, los ojos me miraban fijamente desde la imagen, ¡se trataba indiscutiblemente de Claus Patera!... Durante los veinte años en que no nos habíamos visto apenas pensé alguna vez en este compañero de escuela, a quien daba por perdido. Al contemplar su retrato, de gran parecido con el original, el considerable lapso de tiempo se fue reduciendo en mi espíritu. Ante mi surgieron los largos corredores, pintados de amarillo, del Instituto de Salzburgo. Volví a ver al viejo conserje del bocio señorial, disimulado con gran dificultad por una elegante y bien cuidada barba. Me vi nuevamente en medio de los muchachos, entre los que también se hallaba Claus Patera, deslucido por un rígido sombrero de fieltro que el estrafalario gusto de una tía adoptiva le había impuesto a la fuerza. </div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">―¿Dónde consiguió este retrato? ―exclamé con una involuntaria mezcla de curiosidad y alegría. </div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">―Ya se lo he dicho ―replico mi interlocutor―. Y su temor también parece haberse desvanecido ―añadió con una sonrisa afable e inofensiva. </div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">-¡Esto es un disparate, una broma, un infundio! -acerté a proferir entre risas nerviosas.</div><div style="font-size: x-large; text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: right;"><i>La otra parte</i></div><div style="text-align: right;">(Alfred Kubin, 1908)</div></span>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-73821929012748983232020-08-16T01:39:00.003-07:002020-08-16T01:39:27.666-07:00UNA ESCENA UNIVERSAL EN EL IMAGINARIO OCCIDENTAL (Servando Gotor)<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdIz26kkVsgpzpjrEC2d-buToyE7SrhoUefQcBtnfEOSJ6ylZ5Bb68dXJyDaxSOw126XJGPVQOFoV1NvgG_kXXq0QzPp2WT-QuzQ9An5ef_YzKED40N5l06VSR_mqiq5VQ6tv7WuAL1Cs/s1535/El-entierro-del-conde-de-Orgaz.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1063" data-original-width="1535" height="354" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdIz26kkVsgpzpjrEC2d-buToyE7SrhoUefQcBtnfEOSJ6ylZ5Bb68dXJyDaxSOw126XJGPVQOFoV1NvgG_kXXq0QzPp2WT-QuzQ9An5ef_YzKED40N5l06VSR_mqiq5VQ6tv7WuAL1Cs/w512-h354/El-entierro-del-conde-de-Orgaz.jpg" width="512" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3SC8UIVCokqxphiW8wvasGQh_197aE5tZvnBoexFH6NFSFFjNdxm0LjvOOrnhQtYoBTC0zCNsu_A9eeCRrz8SKXi3HCudw7XjdXyiqirOsKP9yVnO1gPLmeQWAaDR-pq0QsJs_VTzDe4/s960/IMG-20200815-WA0002.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="628" data-original-width="960" height="335" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3SC8UIVCokqxphiW8wvasGQh_197aE5tZvnBoexFH6NFSFFjNdxm0LjvOOrnhQtYoBTC0zCNsu_A9eeCRrz8SKXi3HCudw7XjdXyiqirOsKP9yVnO1gPLmeQWAaDR-pq0QsJs_VTzDe4/w512-h335/IMG-20200815-WA0002.jpg" width="512" /></a></div><span style="color: #222222; font-family: trebuchet; text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><span style="font-size: small;">Fotografía: Heraldo de Aragón</span></div></span><p></p><span style="font-family: trebuchet; font-size: x-large;"><div style="text-align: justify;">La escena es una de tantas que se producen en todas las épocas, y especialmente en esta que nos toca vivir. Una imagen humana y universal. Sin embargo, el fotógrafo, en el encuadre y la perspectiva, que eso sí que lo añade él, tiene en mente (consciente o inconscientemente) toda la imaginería <a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/2009/09/occidente-servando-gotor.html" target="_blank">occidental</a> sobre la piedad y el dolor. Las concretas representaciones de la Piedad en todas sus variaciones por supuesto que también están ahí, pero quizá fue El Greco quien, en un ejercicio de soberbia intertextualidad (que mucho bruto confunde con plagio) supo concentrarlas en esa su gran obra de arte de la estructura, composición, perspectiva y encuadre, que es <i>El entierro del Conde de Orgaz</i>.</div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: x-large;">Por lo demás, esta sublime imagen silenciosa, vale más que todos los aplausos del mundo como agradecimiento a estos sanitarios y voluntarios, que tanto han hecho y siguen haciendo por todos en estos terribles tiempos. </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: x-large;">Vaya aquí, especialmente, mi más sincero reconocimiento a todos ellos, personificado, en mi caso, en el voluntario de la derecha, <a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/2020/05/pero-este-trabajo-puede-ser-mortal-lo.html">Andrés</a>, de cuya amistad me honro y beneficio hace ya bastantes años.</span></div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;"><a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Servando%20Gotor">Servando Gotor</a></div>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-34140032048735675162020-06-20T11:35:00.003-07:002020-06-20T11:35:55.348-07:00JULIÁN JUDERÍAS: ARTÍFICE PRINCIPAL DE LA EXPRESIÓN "LEYENDA NEGRA". UN ANÁLISIS RIGUROSO Y DOCUMENTADO<br /><div style="text-align: center;">
<a href="https://www.amazon.es/leyenda-negra-Estudios-concepto-extranjero/dp/1693311593/ref=sr_1_29?qid=1577120769&refinements=p_27%3AServando+Gotor&s=books&sr=1-29"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbGgXy4Gg0hzB8UXfL620JstQULj15QfS3gWJeffB_WYLsSDvYoq2am6peeHxu2NvYoMzfVzrYD2NMI0GieIIQxzS5cWft-xlRiOe2TlcN9EWJ9D8XdB8IEk88Iy-jAngdmaAQax35E7k/s400/LEYENDA+NEGRA.jpg" width="263" /></a></div>
<br /><div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Cuando en periodismo se trata un asunto de forma interesada transmitiendo la información de modo partidario, decimos que el periodista es partidista. Si, además, pretende calificar a su información ya manipulada con el calificativo o la vitola fundamentalista de ser la única cierta, decimos que es sectario. Es verdad que todo acontecimiento es poliédrico y que cambia según la perspectiva desde la que es observado. Relatividad que aumenta exponencialmente cuando, además, el observador contrasta su percepción con otras. Y no digamos cuando careciendo de esa contemplación directa o personal, el periodista cuenta tan solo con visiones/versiones ajenas, que es lo que le ocurre siempre al historiador con la dificultad añadida de que, además, su mirada pertenece a otra época y, por tanto, a otra sensibilidad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">La verdad, en definitiva, es una entelequia, ya que la realidad, como decía Ortega, se ofrece en perspectivas individuales. Así, pues, su percepción resulta siempre compleja y todo dogmatismo respecto a ella habrá de calificarse, cuando menos, de temerario (no digamos si, a mayor abundamiento, tal dogmatismo se pretende imponer por ley que es lo que hasta ahora solo ocurría en las dictaduras). </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Si,además, esas conclusiones temerarias llegan a calar en diversos colectivos y se emplea para desprestigiar a otros, alcanzaremos la injusticia y con ella aflorará el conflicto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Por eso, historiadores y periodistas juegan con material extraordinariamente sensible, y la exigencia de honradez en su cometido debiera alcanzar las cotas más altas. Algo que, por desgracia ocurre cada vez menos. Deontológicamente, tienen la obligación de proporcionar una información lo más veraz posible, exenta de toda manipulación y opinión. Las valoraciones, en periodismo, deben quedar relegadas a las secciones de opinión que les son propias; y, en la historia, al ensayo. En todo momento claramente delimitadas. No siempre es fácil, cierto, porque para eso son necesarios ciertos niveles mínimos de categoría profesional y personal. Y este es el mayor problema que hoy padecemos: la nula calidad de muchos periodistas e historiadores. Quienes, por cierto, son los primeros que se quejan de las informaciones no profesionales que circulan por las redes, cuando debieran ser ellos quienes velaran por mantener esa distancia a base de altura. Porque cada vez resulta más difícil distinguir al profesional del que no lo es.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">La célebre "leyenda negra" de la que tanto hemos oído hablar, nace del sectarismo propio de las naciones enemigas de la imperial Monarquía Hispánica y de su calado en la propia España. Ni todos sus contenidos son falsos ni, mucho menos, ciertos. Se trata de una campaña nacida de plumas y lenguas muy concretas, unas veces a conciencia, otras por error y la mayoría por inercia. Pero todas faltas del rigor propio del concreto relator o historiador. Aunque la expresión arranca de muy antiguo, tomará carta de naturaleza con esta obra de Julián Juderías (Madrid,1887-1918). De 1914, la primera edición, y de 1917 la ampliada y definitiva que aquí presentamos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">El propio autor nos ofrece esta definición: </span></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">¿Qué es, a todo esto, la leyenda negra? ¿Qué es lo que puede calificarse de este modo tratándose de España? Por leyenda negra entendemos el ambiente creado por los fantásticos relatos que acerca de nuestra Patria han visto la luz pública en casi todos los países; las descripciones grotescas que se han hecho siempre del carácter de los españoles como individuos y como colectividad; la negación, o, por lo menos, la ignorancia sistemática de cuanto nos es favorable y honroso en las diversas manifestaciones de la cultura y del arte; las acusaciones que en todo tiempo se han lanzado contra España, fundándose para ello en hechos exagerados, mal interpretados o falsos en su totalidad, y, finalmente, la afirmación contenida en libros al parecer respetables y verídicos y muchas veces reproducida, comentada y ampliada en la Prensa extranjera, de que nuestra Patria constituye, desde el punto de vista de la tolerancia, de la cultura y del progreso político, una excepción lamentable dentro del grupo de las naciones europeas.<br />En una palabra, entendemos por leyenda negra, la leyenda de la España inquisitorial, ignorante, fanática, incapaz de figurar entre los pueblos cultos lo mismo ahora que antes, dispuesta siempre a las represiones violentas; enemiga del progreso y de las innovaciones; o, en otros términos, la leyenda que habiendo empezado a difundirse en el siglo XVI, a raíz de la Reforma, no ha dejado de utilizarse en contra nuestra desde entonces y más especialmente en momentos críticos de nuestra vida nacional.</span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La obra se estructura en cinco partes conceptual y perfectamente delimitadas. En primer lugar un estudio sobre España (Libro Primero), que vendría a analizar lo que somos; esto es, el ser; la realidad de la que el autor parte. Le sigue un análisis sobre cómo nos ven o nos quieren ver: visión lejana y más o menos distorsionada que de aquella realidad se tiene en el extranjero sobre España (Libro Segundo). En el Tercero se analiza cómo quieren que nos vean; o lo que es lo mismo: aquello que en el extranjero se ha escrito y difundido sobre España; para después analizar la influencia de todo ello en nosotros mismos; es decir: cómo han conseguido que nos veamos (Libro Cuarto). Y, por último, el Libro Quinto nos transmite cómo son ellos: un análisis sobre el comportamiento del resto de Europa en los dos principales asuntos tan graves como sensibles sobre los que se forjó la leyenda negra de España: la tolerancia religiosa y el trato con las tierras conquistadas (la colonización).</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">De lo que haya de verdad o falsedad en esta leyenda, el lector juzgará. Y contará para ello con todos los elementos necesarios en orden a forjar su propia opinión. El libro de Juderías es el fruto de un trabajo serio, propio de su época, de una personalidad como la suya ―hombre erudito y viajero, conocedor de más de quince idiomas―, y en el que quedan claramente definidas tres voces: la personal y subjetiva de su honrado autor; la de los testimonios expresos y literales debidamente entrecomillados y bibliográficamente identificados; y la que alude a otras muchas obras debidamente reseñadas en el casi un millar de notas consigandas a pie de página. Ya solo por la antología de opiniones vertidas sobre España, merece la pena tener siempre a mano este genial estudio, cuya solidez bibliográfica en nada obstaculiza una lectura sencilla, fluida y por supuesto, apasionante. Un libro que, por lo demás, constituye todo un clásico imprescindible en la materia. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: right;">
<a href="https://servando-mibarricada.blogspot.com/search/label/Servando%20Gotor"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">ServandoGotor</span></a></div>
Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-88555482217707990632020-06-11T10:35:00.000-07:002020-06-11T10:37:06.316-07:00CONVERSACIONES DE ENAMORADOS (Jean Paul Sartre)<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5ep69POfqIbPIignABNFI3rTjeDbZ77MGxL0AoKVCsBy8_2LYcslFyzTV0stYK7ygzSTmeIfhniGLO208ESwtGhRbqxWxkVmLJ-uJPv2o5UDDO_rTPmYeQUb7FxW5_y2UbPz5v0PAusI/s1600/eyJ0eXAiOiJKV1QiLCJhbGciOiJIUzI1NiJ9.eyJpbSI6WyJcL2FydHdvcmtcL2ltYWdlRmlsZVwvdGhlLWtpc3Mtcm9kaW5fMjQ4MDI4N2suanBnIiwicmVzaXplLDU4MCJdfQ.3wBI4p7zHMobUSeUEwoz-ec7PvOCwiAez9wf3aBjyP4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="363" data-original-width="580" height="250" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5ep69POfqIbPIignABNFI3rTjeDbZ77MGxL0AoKVCsBy8_2LYcslFyzTV0stYK7ygzSTmeIfhniGLO208ESwtGhRbqxWxkVmLJ-uJPv2o5UDDO_rTPmYeQUb7FxW5_y2UbPz5v0PAusI/s400/eyJ0eXAiOiJKV1QiLCJhbGciOiJIUzI1NiJ9.eyJpbSI6WyJcL2FydHdvcmtcL2ltYWdlRmlsZVwvdGhlLWtpc3Mtcm9kaW5fMjQ4MDI4N2suanBnIiwicmVzaXplLDU4MCJdfQ.3wBI4p7zHMobUSeUEwoz-ec7PvOCwiAez9wf3aBjyP4.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 10.56px;"><i>El beso</i>. Rodin, 1881 (Tate Modern, Londres)</span></td></tr>
</tbody></table>
<div style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; font-size: x-large; text-align: justify;">
No los escucho más: me irritan. Se acostarán juntos. Lo saben. </div>
<div style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; font-size: x-large; text-align: justify;">
Cada uno sabe que el otro lo sabe. Pero como son jóvenes, castos y decentes, como cada uno quiere conservar su propia estima y la del otro, como el amor es una gran cosa poética que es preciso no espantar, van varias veces por semana a los bailes y a los restaurantes a ofrecer el espectáculo de sus pequeñas danzas rituales y mecánicas... </div>
<div style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; font-size: x-large; text-align: justify;">
Después de todo hay que matar el tiempo. </div>
<div style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; font-size: x-large; text-align: justify;">
Son jóvenes y robustos, todavía tienen para unos treinta años. Entonces no se dan prisa, se demoran y no están equivocados. Cuando se hayan acostado juntos, habrá que buscar otra cosa para ocultar el enorme absurdo de la existencia. </div>
<div style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; font-size: x-large; text-align: justify;">
Con todo... es absolutamente necesario engañarse?</div>
<div style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; text-align: right;">
<i>La naúsea</i></div>
<div style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif; text-align: right;">
Jean Paul Sartre, 1931</div>
Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-30573764079425930502020-05-03T13:10:00.000-07:002020-06-11T10:36:43.932-07:00PERO ESTE TRABAJO PUEDE SER MORTAL... ¿LO SABE VD.? ("La peste", Albert Camus)<br />
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=10222520184938601&id=1389805259?sfnsn=scwspwa&extid=V4GZQ27vzW70eeuV" target="_blank"><img border="0" data-original-height="1047" data-original-width="720" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzQCxxUNhFtEjbJik9ThFnvZ2HcW-KkTQ6cErMfe_turjD-MIdixKU7mDAWyYlTJ969xqm4KJg_0J_3XbKt-Qirz8R2UwsyicQhOVulFzB5xtwHv3u8JB8X9rirvl3dUab_jSoCeynWb0/s400/IMG-20200503-WA0023.jpg" width="275" /></a></div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—Sé —dijo Tarrou <i>[periodista de investigación],</i>
sin preámbulos— que con usted puedo hablar abiertamente. Dentro de quince días
o un mes usted ya no será aquí de ninguna utilidad, los acontecimientos le han superado.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—Es verdad —dijo Rieux <i>[Médico asesor de la Admnistación]</i>.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—La organización del servicio es mala. Le faltan a
usted hombres y tiempo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">Rieux reconoció que también eso era verdad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—He sabido que la prefectura va a organizar una
especie de servicio civil para obligar a los hombres válidos a participar en la
asistencia general. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—Está usted bien informado. Pero el descontento es
grande y el prefecto está ya dudando.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—¿Por qué no pedir voluntarios? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—Ya se ha hecho, pero los resultados han sido
escasos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—Se ha hecho por la vía oficial, un poco sin creer
en ello. Lo que les falta es imaginación. No están nunca en proporción con las
calamidades. Y los remedios que imaginan están apenas a la altura de un
resfriado. Si les dejamos obrar solos sucumbirán, y nosotros con ellos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—Es probable —dijo Rieux—. Tengo entendido que
están pensando en echar mano de los presos para lo que podríamos llamar
trabajos pesados. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—Me parece mejor que lo hicieran hombres libres. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—A mí también, pero, en fin, ¿por qué? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—Tengo horror de las penas de muerte. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">Rieux miró a Tarrou. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—¿Entonces? —dijo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—Yo tengo un plan de organización para lograr unas
agrupaciones sanitarias de voluntarios. Autoríceme usted a ocuparme de ello y
dejemos a un lado la administración oficial. Yo tengo amigos por todas partes y
ellos formarán el primer núcleo. Naturalmente, yo participaré.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—Comprenderá usted que no es dudoso que acepte con
alegría. Tiene uno necesidad de ayuda, sobre todo en este oficio. Yo me encargo
de hacer aceptar la idea a la prefectura. Por lo demás, no están en situación
de elegir. Pero... <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">Rieux reflexionó. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—Pero este trabajo puede ser mortal, lo sabe usted
bien. Yo tengo que advertírselo en todo caso. ¿Ha pensado usted bien en ello? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">Tarrou lo miró en sus ojos grises y tranquilos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—¿Qué piensa usted del sermón del Padre Paneloux, doctor?
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">La pregunta había sido formulada con naturalidad y
Rieux respondió con naturalidad también. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—He vivido demasiado en los hospitales para
gustarme la idea del castigo colectivo. Pero, ya sabe usted, los cristianos hablan
así a veces, sin pensar nunca realmente. Son mejores de lo que parecen. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large; mso-ansi-language: ES;">—Usted cree, sin embargo, como Paneloux, que la
peste tiene alguna acción benéfica, ¡que abre los ojos, que hace pensar! <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large;">—Como todas las enfermedades de este mundo.</span><o:p></o:p></span><br />
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span>
<br />
<div style="text-align: right;">
<a href="https://archive.org/details/camusalbert.lapesteepl2018/mode/2up" target="_blank"><i>La peste</i></a></div>
<div style="text-align: right;">
(Albert Camus, 1947)</div>
<span style="mso-ansi-language: ES;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<br />Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-11524697029025767042020-05-01T20:00:00.001-07:002020-05-01T20:18:20.959-07:00"SE CREÍAN LIBRES Y NADIE SERÁ LIBRE MIENTRAS HAYA PLAGAS" (Abert Camus: "La peste")<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwm_yMJxRp76jrMyAiSUv8CxqEbSw3q9vtauTULrty9R15ulVQWklS9KpBCK5NIC-YXySJXfOEYOMCZ35XhUrKEee8AM432bcjw5NpoDyMauD2aTxOT0ddM5WCew_vSrT8LZcJqLbDDqU/s1600/albert-camus-6.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="251" data-original-width="420" height="238" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwm_yMJxRp76jrMyAiSUv8CxqEbSw3q9vtauTULrty9R15ulVQWklS9KpBCK5NIC-YXySJXfOEYOMCZ35XhUrKEee8AM432bcjw5NpoDyMauD2aTxOT0ddM5WCew_vSrT8LZcJqLbDDqU/s400/albert-camus-6.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="font-size: 16px;">Albert Camus (1913-1960). Premio Nobel de Literatura, 1957</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large;">Las plagas, en efecto, son una cosa común pero es difícil creer en las plagas cuando las ve uno caer sobre su cabeza. Ha habido en el mundo tantas pestes como guerras y sin embargo, pestes y guerras cogen a las gentes siempre desprevenidas. El doctor Rieux estaba desprevenido como lo estaban nuestros ciudadanos y por esto hay que comprender sus dudas. Por esto hay que comprender también que se callara, indeciso entre la inquietud y la confianza. Cuando estalla una guerra las gentes se dicen: “Esto no puede durar, es demasiado estúpido.” Y sin duda una guerra es evidentemente demasiado estúpida, pero eso no impide que dure. La estupidez insiste siempre, uno se daría cuenta de ello si uno no pensara siempre en sí mismo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large;">Nuestros conciudadanos, a este respecto, eran como todo el mundo; pensaban en ellos mismos; dicho de otro modo, eran humanidad: no creían en las plagas. La plaga no está hecha a la medida del hombre, por lo tanto el hombre se dice que la plaga es irreal, es un mal sueño que tiene que pasar. Pero no siempre pasa, y de mal sueño en mal sueño son los hombres los que pasan, y los humanistas en primer lugar, porque no han tomado precauciones. Nuestros conciudadanos no eran más culpables que otros, se olvidaban de ser modestos, eso es todo, y pensaban que todavía todo era posible para ellos, lo cual daba por supuesto que las plagas eran imposibles. Continuaban haciendo negocios, planeando viajes y teniendo opiniones. ¿Cómo hubieran podido pensar en la peste que suprime el porvenir, los desplazamientos y las discusiones? Se creían libres y nadie será libre mientras haya plagas. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large;">Incluso después de haber reconocido el doctor Rieux delante de su amigo que un montón de enfermos dispersos por todas partes acababa de morir inesperadamente de la peste, el peligro seguía siendo irreal para él. Simplemente, cuando se es médico, se tiene formada una idea de lo que es el dolor y la imaginación no falta. Mirando por la ventana su ciudad que no había cambiado, apenas si el doctor sentía nacer en él ese ligero descorazonamiento ante el porvenir que se llama inquietud. Procuraba reunir en su memoria todo lo que sabía sobre esta enfermedad. Ciertas cifras flotaban en su recuerdo y se decía que la treintena de grandes pestes que la historia ha conocido había causado cerca de cien millones de muertos. Pero ¿qué son cien millones de muertos? Cuando se ha hecho la guerra apenas sabe ya nadie lo que es un muerto. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large;">Y además un hombre muerto solamente tiene peso cuando le ha visto uno muerto; cien millones de cadáveres, sembrados a través de la historia, no son más que humo en la imaginación. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large;">(…) Y el doctor Rieux que miraba el golfo pensaba en aquellas piras, de que habla Lucrecio, que los atenienses heridos por la enfermedad levantaban delante del mar. Llevaban durante la noche a los muertos pero faltaba sitio y los vivos luchaban a golpes con las antorchas para depositar en las piras a los que les habían sido queridos, sosteniendo batallas sangrientas antes de abandonar los cadáveres. Se podía imaginar las hogueras enrojecidas ante el agua tranquila y sombría, los combates de antorchas en medio de la noche crepitante de centellas y de espesos vapores ponzoñosos subiendo hacia el cielo expectante. Se podía temer... </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "georgia" , "times new roman" , serif; font-size: large;">Pero este vértigo no se sostenía ante la razón. Era cierto que la palabra “peste” había sido pronunciada, era cierto que en aquel mismo minuto la plaga sacudía y arrojaba por tierra a una o dos víctimas. Pero ¡y qué!, podía detenerse. Lo que había que hacer era reconocer claramente lo que debía ser reconocido, espantar al fin las sombras inútiles y tomar las medidas convenientes. En seguida la peste se detendría, porque la peste o no se la imagina o se la imagina falsamente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<a href="https://archive.org/details/camusalbert.lapesteepl2018/mode/2up" target="_blank"><i>La peste</i></a></div>
<div style="text-align: right;">
(Albert Camus, 1947)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-21441267042642936422019-06-22T23:23:00.001-07:002020-06-11T10:37:37.553-07:00MIGUEL DE UNAMUNO: Niebla y La tía Tula<br />
<div class="WordSection1">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://www.amazon.es/Niebla-t%C3%ADa-Tula-Edici%C3%B3n-anotada/dp/1072499282/ref=sr_1_1?__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&keywords=Servando+gotor&qid=1561269220&s=books&sr=1-1" target="_blank"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1036" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkb42bnBqNAIJ_HFRZ8q1Lkwrb-HUW88R7Gd4fANCOhDl0SRp2zYL-897wwvzCq9KxjA4soCnxsMcINF9mtqWpcHLpj-nn-EbUvibcTgmhdMtSeKy2CrtsUee8Q1OrRlXxNRqBeii77kE/s400/UNAMUNO+NIEBLA-TULA.jpg" width="258" /></a></div>
<h1>
</h1>
<h1>
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="color: #ffd966;"><br /></span></span></h1>
<h1>
<span style="mso-ansi-language: ES;"><span style="color: #ffd966;">El nebuloso mundo interior de
Augusto y Tula</span><o:p></o:p></span></h1>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<a href="https://www.amazon.es/s?k=servando+gotor&i=stripbooks&__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&ref=nb_sb_noss" target="_blank"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Servando</span><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"> </span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Gotor</span></a><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
</div>
<span style="font-family: "calibri" , "sans-serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;"><br clear="all" style="mso-break-type: section-break; page-break-before: right;" />
</span>
<br />
<div class="WordSection2">
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Altas encinas y sombrías soledades en el bosque sagrado
son<o:p></o:p></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">sublimes; macetas con flores, setos bajos y árboles <o:p></o:p></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">recortados en figuras son bellos (…)<o:p></o:p></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">La noche es sublime, el día es bello<o:p></o:p></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">(Inmanuel Kant: <o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Observaciones sobre el sentimiento <o:p></o:p></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">de lo bello y lo sublime</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">)<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Porque lo bello no es nada<o:p></o:p></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">más que el comienzo de lo terrible<o:p></o:p></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">(R.M. Rilke: </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Elegías de Duino</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">, I)<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">El placer engendra al cabo de todo, dolor<o:p></o:p></span></i></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">(</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Cantar de los Nibelungos</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;"> 2378d)<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<span style="font-family: "garamond" , serif; font-size: 9pt; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"> </span></div>
</div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<h2 style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="color: #ffe599; font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13pt; font-style: normal; font-variant: small-caps;">1<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Clarín y Unamuno. Del Realismo a la
Modernidad.</span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; font-style: normal; font-variant: small-caps; font-weight: normal;"><o:p></o:p></span></h2>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: right;">
<br /></div>
<div style="mso-element-anchor-horizontal: column; mso-element-anchor-vertical: paragraph; mso-element-linespan: 3; mso-element-wrap: around; mso-element: dropcap-dropped; mso-height-rule: exactly;">
<table align="left" cellpadding="0" cellspacing="0" hspace="0" vspace="0">
<tbody>
<tr>
<td align="left" style="padding-bottom: 0cm; padding-left: 0cm; padding-right: 0cm; padding-top: 0cm;" valign="top"><div class="MsoNormal" style="line-height: 43.85pt; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-element-anchor-horizontal: column; mso-element-anchor-vertical: paragraph; mso-element-linespan: 3; mso-element-wrap: around; mso-element: dropcap-dropped; mso-height-rule: exactly; mso-line-height-rule: exactly; page-break-after: avoid; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 61.5pt;">E<o:p></o:p></span></div>
</td>
</tr>
</tbody></table>
</div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">n 1895, un Unamuno joven aún pero ya flamante
catedrático de Griego en Salamanca con enor-mes ansias, nunca disimuladas, de
alcanzar la gloria como novelista<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span>,
pide a Clarín, a la sazón también catedrático, pero de Derecho y en Oviedo, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mantener con él una relación epistolar. Huelga
expresar que no había por entonces ni wasap, ni internet… ni siquiera teléfono<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span>.
Del intercambio de correspondencia entre estos dos universales provincianos<a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/UNAMUNO%20-%20PEPEL.docx#_ftn3" name="_ftnref3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>
nos han llegado 10 cartas de Unamuno a Clarín durante el último lustro del
siglo<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span>,
entre otras cosas porque la relación cesó con la muerte de Clarín en 1901 a los
cuarenta y nueve años. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">El interés de Unamuno no era casual: Clarín era el
crítico literario no del momento, sino de la época. Además de ser el afamado
autor de </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">La Regenta</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">, segura-mente la mejor novela en español del siglo
XIX, lo que es casi tanto como decir la mejor </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">novela</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">
(</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">stricto sensu</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">) en español de todos los tiempos. Pero es que la
opinión de Clarín como crítico provinciano con eco universal ya era temida y
respetada antes de </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">La
Regenta</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">: su veredicto te hundía o
encumbraba como autor<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span>.
Y, además, no era en esto hombre de muchos miramientos: sus críticas eran
ácidas y mordaces. Sin compasión. Se empleaba en ellas con la misma dureza con
la que calificaba a sus alumnos de Derecho. En todo caso, </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">La Regenta</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">, y su obra y su vida en general, legitima tamaña
dureza porque acredita que esa misma exigencia al primero que se la exigía era
a sí mismo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y, claro, las respuestas epistolares a Unamuno, y
sus referencias críticas, fueron escasas, tardías y, cuando llegaban, no
precisamente muy halagüeñas. Unamuno nunca recibiría de Clarín la ayuda que
esperaba. Sirva de ejemplo cómo concluye la crítica de uno de sus libros (de
ensayo): <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">Perdóneme Unamuno todas estas
impertinencias. Por lo mismo que le quiero mucho y que espero de su talento
muchísimo, quiero verle impecable, libre de todo error, o que me lo parezca; y,
lo que importa más, lejos de tendencias y <i>maneras</i> que me
parecen contrarias a la higiene del espíritu.<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>O esta
súplica de Unamuno, referida a </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Paz
en la guerra</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> (1897), su primera novela:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">Vuelvo a rogarle que lea mi
pobre hijo, mi pobre hijo predilecto, y me desengañe en mi ciego cariño, si es
que estoy engañado. Un escritor que hace un librillo de setenta páginas, que
«hace pensar» (…) ¿no merece que un crítico de profesión intente leer la obra
en que enterró su juventud (…)?<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">«Pero Clarín guardó uno de sus temidos silencios
―dice Calvo Carilla―, y </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Paz
en la Guerra</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> dormitó en las librerías ante
la indiferencia general. Golpe difícil de encajar para quien por esos años
estaba alimentando desmedidamente una personalidad de hombre público e intentaba
llamar a toda costa la atención, a fin de situarse en una posición social
prominente.»<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">¿Amores… que matan? <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">¿Existe un canon artístico absoluto y universal que
nos permita juzgar una obra de arte? Esta es la pregunta clave, siempre de
difícil respuesta seguramente porque carece de ella. El crítico norteamericano
Harold Bloom es uno de los que se ha atrevido a pontificar sobre un supuesto </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">canon occidental </span></i><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">El asunto es complicado y ha sido ampliamente
tratado desde que el hombre es hombre, empezando ―que se sepa― por la propia </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Poética</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> de Aristóteles. Vaya esto por delante. Y no hay
refrán que menos se ajuste a la realidad que aquel que dice que </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">sobre gustos no hay nada escrito</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">. Falso. Sobre gustos han corrido torrentes de
tinta. Pero de lo que no cabe duda es que el arte no es igual ni en todos los
tiempos ni<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en todos los espacios. Y que
toda crítica parte de razonamientos. Sí: </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">razonamientos</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">.
Cuando la </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">razón</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> es justo lo opuesto al </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">arte</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">; al menos,
o en especial, al </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">arte
de la Modernidad</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y algo de esto se adivina ya en el reproche de
Clarín a Unamuno cuando en el párrafo anterior al que he transcrito había dicho
esto:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">Tampoco estoy conforme con el
poco respeto que Unamuno parece tener al aristotelismo. Aristóteles, el
verdadero, <i>él</i>, no sus derivados, en lo fundamental, en la <i>primera
cuestión</i> metafísica, es de una profundidad que se vislumbra a veces
con verdadera emoción de lo sublime... Pero... ¡hablar de esto sería tan largo,
y relativamente, tan obscuro!</span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">El </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">aristotelismo</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">. O sea: la razón, la lógica. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y es que, en realidad, Unamuno pertenecía ya a otro
mundo muy distinto al del autor de </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">La
Regenta: </span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Unamuno andaba ya por la
órbita de</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> </span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">la Modernidad. Por eso entiendo que Clarín no
estaba legitimado para juzgar a Unamuno (al menos en lo que a la mención
aristotélica respecta), y ello a pesar ―es verdad― de las acertadas analogías
que entre ambos escritores han destacado críticos y biógrafos, y de que
precisamente esta primera novela (</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Paz
en la guerra</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">) acabara siendo la única
«novela» </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">stricto sensu</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> de Unamuno. Su producción narrativa posterior,
enseguida lo veremos, es otra cosa («nivola», la llamó él).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y vuelvo aquí a algo meramente apuntado líneas más
arriba: que la novela por antonomasia es la del siglo XIX. Por eso me he
atrevido a decir que </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">La
Regenta</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> es<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>probablemente la mejor novela en español de
todos los tiempos. No la comparo por tanto con obras de otros siglos (y cuando
hablo de </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">siglo</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> no lo hago en términos cronológicos sino
estilísticos).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Dicho lo cual ratifico lo expresado: que Clarín,
autor de la mejor novela en español, no está legitimado por ello para criticar
una obra de Unamuno. Los tiempos son otros, las tendencias dispares, y los
estilos incluso contrapuestos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Unamuno, como autor, era de una generación
completamente distinta en unos momentos de profundos cambios, y pertenecía ya a
otra mentalidad literaria. Evidentemente, a él (como a todo escritor) le
hubiera gustado haber escrito algo parecido a </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">La Regenta</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">,
o mejor aún la propia </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Regenta</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">. Pero </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">La
Regenta</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> ya estaba escrita, como
estaban escritas todas las grandes novelas. Las mejores novelas. En francés, en
español y en inglés. Todas. Porque la novela como género, ya lo decía Ortega en
1925, estaba agotada<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span>.
Por tanto, solo quedaba repetirse. Y cuando se dice que en la novela cabe todo
y todo vale, se está haciendo referencia a otra cosa. O, al menos, no se está
haciendo referencia a la novela del siglo XIX. Porque en la novela del siglo
XIX, tenía su propia poética: ni cabía todo ni valía todo. Estaba sujeta, como
género, a unas reglas muy estrictas. Fuera de aquel siglo sí que había otros
cánones y hasta una enorme flexibilidad, sí. Pero eso no es novela. El </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Quijote</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">, en este sentido, no sería propiamente una novela.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Por lo demás, el propio concepto de
"género" estaba ya y está (y seguramente lo ha estado siempre) en crisis.
En entredicho<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span>.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">También los grandes tratados de filosofía, la
filosofía misma como género, lo han estado y lo están. Nietzsche ya no es autor
de un sistema exhaustivo, coherente y cerrado, como podían serlo los de Kant,
Hegel o Schopenhauer, sino de una obra fragmentaria en la que se da igual o
superior relevancia al sentimiento o al arrebato inconsciente que a la razón; y
donde poesía y divagación metafísica, o mito y logos, se funden.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Además, es por aquella época en que Unamuno
(literariamente alejado ya de Clarín ―probablemente sin él mismo saberlo―), es
por aquella época que surgen, acaban de surgir o están a punto de hacerlo,
obras literarias como las de Proust, Kafka o Joyce... Ya no son
"novelas", ya no estamos ante aquella "narrativa" más o
menos realista, lógica, estructurada y encorsetada del siglo XIX… Estamos ante
otra cosa. Y juzgar esas obras posteriores con los criterios de una </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">novela</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> no resulta precisamente ni justo ni,
especialmente, muy… razonable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">El propio Unamuno se ha dado cuenta de esto. Se ha
dado cuenta, por un lado, de que Clarín tenía razón al no hacerle mucho caso,
puesto que, en definitiva, era muy poco lo que </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Paz en la guerra</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">
añadía a lo que hasta entonces ya estaba hecho (y lo estaba todo o casi todo);
y, por otro, y esto era lo principal, esa falta de respeto a Aristóteles
criticada por Clarín, era justo lo verdaderamente novedoso y acorde con la
época: el llamado mal del siglo, al que luego volveré. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Paz en la guerra</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">, ya lo he dicho, será la primera y última </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">novela</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> de Unamuno. Y a partir de ahora, insisto,
escribirá otras cosas: "nivolas". Llámesele como se le llame, él es consciente
de estar haciendo algo distinto, y especialmente de su alejamiento de
Aristóteles; esto es: de la razón, de la lógica, del logos. Porque había sido
Kant quien, en su crítica de esa razón pura, había alertado de que una cosa es
lo que percibimos con nuestro intelecto (con nuestra razón) y otra muy distinta
la realidad </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">en
sí</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> misma de aquello que
percibimos: una cosa es la cosa que vemos, y otra lo que realmente sea esa cosa
(la cosa en sí). En definitiva, la razón, nuestra razón, crea una realidad ―una
realidad paralela que sirve para entendernos― pero esa realidad, objetiva en
cuanto todos la percibimos igual o casi igual, no es necesariamente la
verdadera realidad<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span>.
El propio Unamuno nos lo expresa así:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">La razón es aquello en que
estamos todos de acuerdo, todos o por lo menos la mayoría. La verdad es otra
cosa, la razón es social; la verdad, de ordinario, es completamente individual,
personal e incomunicable. La razón nos une y las verdades nos separan.<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">[13]</span></span><!--[endif]--></span></span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Nada nuevo, en todo caso. Ya Heráclito decía algo,
si no igual, sí muy parecido:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">Hay un mundo uno y común para
los que están despiertos, pero el que duerme se reduce a un mundo propio.<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">[14]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y conforme la razón se va extremando en las
ciencias ―pues las ciencias son producto de la razón― y en la vida durante el
siglo XIX, surge un movimiento contrario, una reacción, que evoluciona
precisamente en sentido inverso y que acabará en la denominada Modernidad, tras
un intenso viaje del arte al interior, en palabras de Herich Helle. Al
interior. Esto es alejándonos de la realidad externa, verdaderamente
indescifrable e impenetrable, y centrándonos en lo que realmente somos: lo que
sentimos. Nuestro interior.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Pero ¿qué era la novela </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">stricto sensu</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">,
es decir, la novela del siglo XIX? Realista. Este es el calificativo: era una
narración realista. Fue la Ilustración quien alzó a la razón como la medida de
todo. Se había pasado de una sociedad teocrática, es decir presidida por Dios,
a una sociedad gobernada por la razón (de la </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Biblia</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">
a la </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Enciclopedia</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">). Y a lo largo del siglo, conforme la ciencia
avanzaba (y la ciencia se basa en la razón y la lógica; esto es en ese
"aristotelismo" al que Unamuno ya no respeta), conforme avanzaba la
ciencia esta situación se irá extremando. Y se llega así al naturalismo: de
Balzac a Zola. Lukács, el célebre crítico marxista, resumirá este cambio sentenciando
que «allí donde el realista selecciona, el naturalista enumera»<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[15]</span></span><!--[endif]--></span></span>.
Bien, pues Clarín era naturalista. Nada que ver con lo que acabó siendo
Unamuno. Existen, como es lógico reacciones contra el realismo, y por supuesto
el romanticismo es la más importante.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>También lo será después el simbolismo. En ambas reacciones, romanticismo
y simbolismo, primará el sentimiento y el subjetivismo sobre la razón.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<h2 style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-add-space: auto;">
<span style="color: #ffd966; font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13pt; font-style: normal; font-variant: small-caps;">2<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>El mal del siglo. la muerte de Dios y el fracaso de la Razón.</span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; font-style: normal; font-variant: small-caps; font-weight: normal;"><o:p></o:p></span></h2>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Pero toda esa ruptura, todo este alejamiento de las
reglas, del canon, de la lógica, no es óbice para que, como dice Julián Marías,
aflore <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>«una profunda unidad en toda la
obra de Unamuno (…). Una unidad que llega a ser ―y así lo dice él mismo―
monotonía. El tema de Unamuno es único (…). Por dondequiera que se abra un
libro suyo, se encuentra el mismo ámbito de pensa-miento y de preocupaciones,
mucho más que en los escritores más congruentes y bien trabados.»<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[16]</span></span><!--[endif]--></span></span>
No hay estructura, pero hay coherencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y el "tema", no es otro que la cuestión
humana. El afán del hombre por saber quién es, de dónde viene, a dónde va y el
porqué de todo ello: «La cuestión humana es la cuestión de saber qué habrá de
ser de mi conciencia, de la tuya, de la del otro y de la de todos, después de
que cada uno de nosotros se muera»<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[17]</span></span><!--[endif]--></span></span>.
En definitiva, desvelar ese "secreto de la vida humana", «el secreto
raíz de que todos los demás brotan, es el ansia de más vida, es el furioso e
insaciable anhelo de ser todo lo demás sin dejar de ser nosotros mismos, de
adueñarnos del universo entero sin que el universo se adueñe de nosotros y nos
absorba; es el deseo de ser otro sin dejar de ser yo, y seguir siendo yo siendo
a la vez otro; es, en una palabra, el apetito de divinidad, el hambre de Dios.»<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[18]</span></span><!--[endif]--></span></span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Existencia, dolor, tragedia, lucha o agón
(agonismo). Los baluartes que hasta ahora lo habían sustentado todo habían
fallado: primero Dios y luego la razón. Ya no había dónde asirse. He aquí el
verdadero drama, el verda-dero mal del momento. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Nietzsche pegará un golpe definitivo en la mesa al
constatar que Dios ha muerto. Y, al igual que Diógenes buscaba un hombre en el
ágora ateniense sin encontrarlo, también </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">El hombre frenético</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> de Nietzsche busca a Dios en vano:<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 63.8pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">Busco a Dios (…) ¿Acaso se ha
perdido? (…) ¿Adónde ha ido Dios? (…) Nosotros lo hemos matado (…) ¡vosotros y
yo! Todos nosotros somos sus asesinos (…) Lo más sagrado y lo más poderoso que
hasta ahora poseía el mundo, sangra bajo nuestros cuchillos (…) ¿No es la
grandeza de este hecho demasiado grande para nosotros? ¿No hemos de
convertirnos nosotros mismos en dioses, sólo para estar a su altura? ¡Nunca
hubo un hecho más grande ―todo aquel que nazca después de nosotros, pertenece a
causa de este hecho a una historia superior que todas las historias existentes
hasta ahora.<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">[19]</span></span><!--[endif]--></span></span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y sin Dios, el nihilismo. La nada (el
"nadismo" para Unamuno). Toda la historia de Occidente, todos sus
valores, basados en un Dios que hemos eliminado, todo ha sido fruto de un
error. Porque aunque la razón ya se había puesto al frente del Universo con la
Ilustración, la idea de Dios aún seguía ahí, latente, en la retaguardia. Y, de
hecho, la ciencia avanzaba para demostrar ese más allá, incluso para cohonestar
Dios y razón. Un más allá, con o sin Dios. Pero es cuando el conocimiento llega
tan lejos cuando precisamente se muestra incapaz de dar con las causas últimas,
cuando definitivamente nos deshacemos de Dios… y nos entregamos decididamente a
una ciencia y a un progreso que tampoco satisface nuestros deseos de eternidad,
de plenitud. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y asistimos así, a final del siglo XIX, a un auténtico
y frustrante hartazgo racional. Todo había fracasado. La razón, el
aristotelismo, había degenerado en un positivismo, en un maquinismo, en una
sociedad industrial atroz capaz de generar riqueza para muy pocos y miseria
para muchos. El paisaje urbano viene marcado por el<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hacinamiento en los arrabales. Y, como
respuesta, las revueltas sociales de mediados de siglo. Todo esto acaban por
retratarlo los artistas naturalistas, objetivos y minuciosos observadores de la
realidad, quienes al igual que los científicos enraízan toda su obra en la
observación. Y ya, hacia finales de siglo, la novela (la novela por
antonomasia, reitero), acaba por mostrarse incapaz de solucionar nada; y sus
altos valores artísticos (poéticos y literarios) terminan por extremarse
conforme se van agotando… Tanto, que Lukács constatará que, cuando Balzac
(realista) describe un sombrero, lo hace porque lo lleva puesto un hombre; sin
embargo la descripción por Flaubert (pre-naturalista) de la gorra del marido de
Enma Bobary es una mera pieza de blasonería técnica. Y es que la ciencia, el
maquinismo, la sociedad industrial, en suma, ha llevado al hombre a una
relación distinta con el objeto. La producción en masa ha impuesto las modas y
el uniformismo; en suma: la cosificación de nuestras vidas<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[20]</span></span><!--[endif]--></span></span>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y así, cuando Zola, en París, se presenta en la
estación de San Lázaro para documentarse perfecta y minuciosamente, máquina de
fotos a mano, papel y bolígrafo en ristre, tomando notas, la mirada atenta,
observadora, inquisitiva, como un auténtico científico en su laboratorio…<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>raya en lo ridículo. Tanto, como cuan-do,
luego, vuelca caligráficamente toda esa observación en su novela:<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">Roubaud siguió con la mirada
la máquina de maniobras, una pequeña máquina ténder, de tres ruedas bajas y
apareadas, que comenzaba a desenganchar el tren, ágil, laboriosa, empujando los
vagones sobre las vías de los depósitos. Otra máquina de gran potencia, una
máquina de exprés, con dos grandes ruedas devoradoras, esperaba sola, arrojando
por su chimenea un espeso humo negro, que subía recto, con lentitud en el aire
tranquilo. Pero toda la atención de Roubaud se concentró en el tren de las tres
y veinticinco, con destino a Caen, lleno de viajeros y que solo esperaba su
máquina.<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">[21]</span></span><!--[endif]--></span></span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Hartazgo de
realidad (naturalismo), de la razón, de la ciencia, de la observación del
entorno circundante, que no ha servido sino para hacernos peores en una
sociedad peor.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Muerte, por tanto de Dios, y muerte de la razón. Nietzsche,
como hemos visto, certifica la primera; y Hofmannsthal, el gran poeta vienés,
constatará metafóricamente la de la razón. Y lo hará enmudeciendo, porque es en
la voz, en el habla, donde la razón reside: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">Mi caso es, en resumen, el
siguiente: he perdido por completo la capacidad de pensar o hablar coherentemente
sobre ninguna cosa (…) las palabras abstractas, de las que, conforme a la
naturaleza, se tiene que servir la lengua para manifestar cualquier opinión, se
me deshacían en la boca como setas mohosas<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">[22]</span></span><!--[endif]--></span></span>.</span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Algo parecido le ocurrirá al Gregor Samsa de Kafka
cuando, convertido en un asqueroso insecto, quiere contestar a la dulce voz de
su madre y le resulta imposible hacerlo: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">Gregor se asustó, al oír su
propia voz que respondía, pues aunque era, inconfundiblemente, la de siempre,
salía como desde muy abajo y mezclada con un doloroso e irreprimible pitido que
solo en un primer momento permitía oír con claridad las palabras, para luego,
cuando, cuando resonaban, deformarlas de tal modo que uno no sabía si había
oído bien<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">[23]</span></span><!--[endif]--></span></span>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Es el nuevo hombre de aquel periodo crítico de
entresiglos: </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">póstumo</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> para Nietzsche, </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">mudo</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> para
Hofmannsthal,</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> desorientado</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> para Kafka y </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">sin atributos</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">
para Musil.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Un hombre cerrado en sí
mismo. La realidad exterior ni la entiende, ni le interesa, y el exterior, el
contexto en suma, se torna "kafkiano". <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Proust, el gran escritor francés, también contempla
el exterior desde un interior en cuya memoria se refugia. Y le bastará un olor,
un sabor, o una frase musical, no para quedarse con su percepción inmediata y
pasajera (real pero no por ello auténtica ni verdadera), sino para que obre en
él el milagro de un estremecimiento muy superior al que pudieran producirle
todos los ruidos y colores, o todas las sensaciones que el mundo externo le
ofrece, y que venían siendo el arsenal artístico del realismo. Se trata de la <i>evocación
</i>que ese aroma, ese sabor o esas notas musicales le producen: recuerdos tan
vibrantes, tan sólidos, que más parecen vivencias (<i>re-vivencias</i>, <i>repetidas
vivencias, </i>ya experimentadas) de un yo profundo. Es la <i>memoria
involuntaria</i>. Veamos el ejemplo de la famosa magdalena de Proust, cuyo
sabor le transporta hacia cruciales momentos de su niñez: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">… me llevé a los labios una
cucharilla de té donde había dejado empaparse un trozo de magdalena. Pero en el
instante mismo en que el trago mezclado con migas del bollo tocó mi paladar, me
estremecí, atento a algo extraordinario que dentro de mí se producía. Un placer</span><i><span style="color: black; font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.5pt;"> </span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">delicioso me había invadido, aislado, sin que tuviese la noción de su
causa. De improviso se me habían vuelto indiferentes las vicisitudes de la
vida, inofensivos sus desastres, ilusoria su brevedad, de la misma forma que
opera el amor, colmándome de una esencia preciosa; o mejor dicho, aquella
esencia no estaba en mí, era yo mismo… Bebo un segundo sorbo… un tercero, que
me aporta algo menos que el segundo. Es tiempo de parar, la virtud del brebaje
parece disminuir. Es evidente que la verdad que busco no está en él, sino en
mí… Dejo la taza y vuelvo hacia mi espíritu. Es él quien debe hallar la verdad.
Pero ¿cómo? Grave incertidumbre cada vez que el espíritu se siente superado por
sí mismo, cuando él, el buscador, es juntamente el país oscuro donde debe
buscar y donde todo su bagaje no ha de servirle para nada. ¿Buscar? Más aún:
crear<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">[24]</span></span><!--[endif]--></span></span>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y desde el punto de vista literario, uno se
pregunta: ¿qué es esto? ¿novela o ensayo? Nótese bien: entre el texto que hemos
reseñado de Zola (1890) y este de Proust (1913) media una diferencia de más de
veinte años. Y, además, qué veinte años: estos de la crisis de <i>fin de siècle</i>.
Esa crisis de valores, de lenguaje, esa crisis brutal que, a la postre,
desembocará en la Primera Guerra Mundial: la atroz Gran Guerra; y después, en
las vanguardias artísticas y en una segunda contienda mundial tan cruel e inhumana
como la anterior.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Pero estamos donde estamos, no desviemos nuestra
atención. Nos encontramos en ese momento crítico de cambio de siglo, en que la
razón se ha estancado en sus propios límites. Y este es, en definitiva, el tan
mentado "mal del siglo": cuando la razón toca fondo, aparece la
tragedia, la existencia trágica, el pensamiento, el conocimiento trágico. La</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> confianza extrema en la ciencia ha dejado
paso a veces a la melancólica cuando no a la trágica constatación de su
incapacidad no ya para resolver, sino para plantear convenientemente las únicas
cuestiones que importan: aquellas que conciernen al origen del hombre, a la ley
de su conducta y a su destino futuro. Un proceso en el que va tomando cuerpo
implacable el desencanto ante la civilización industrial. Un proceso de quiebra
de las ilusiones del optimismo ilustrado y de impugnación, cada vez más
exaltada, del positivismo científico, del naturalismo literario y, en general,
del utilitarismo como ideología. Un proceso, en definitiva, cuyo desenlace tomó
cuerpo inquietante en la crisis finisecular: en la crisis de la “conciencia
burguesa”, con su cultura objetivista y calculadora</span><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-style: italic;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">[25]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">.</span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y muerto Dios y la razón, sin habla, todo resulta
confuso, difuminado, nebuloso… Todo es… niebla. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">El ciudadano (porque ahora prima el hombre de la
ciudad), no tiene dónde asirse: Dios ha muerto, y la razón ha fracasado. El
sentido de la vida ha quedado sin respuesta. Ya no hay una explicación ni
teológica ni científica (racional) que nos aclare de dónde venimos ni qué nos
espera después de esta extraña vida. Estamos aquí sin saber cómo, ni por qué,
ni para qué. Padecemos, sufrimos, andamos sumergidos en el más absoluto desconocimiento
del sentido de la vida. Y, ahora, por vez primera… sin esperanza. Sin esa
esperanza que nos proporcionaba primero Dios y luego la razón. Esta es la
llamada angustia existencial; este el sentimiento trágico de la vida.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Hasta los ideales secularistas del
racionalismo para responder a una síntesis hegeliano/positivista (el propio
Unamuno lo intenta en el contexto del krausismo imperante) y la teología
racional se han mostrado incapaces de encontrar la más mínima explicación. Y
asustados, asombrados, frustrados, acabaremos optando por encerrarnos en
nosotros mismos rozando incluso el silencio… Optando por la expresión personal,
subjetiva, y por ello, difícilmente transmisible, inteligible. Por un mundo
propio como es el de los sueños. Nada nuevo, por lo demás:<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ya hemos visto que Heráclito hablaba de esto
hace más de veinticinco siglos:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">Hay un mundo uno y común para
los que están despiertos, pero el que duerme se reduce a un mundo propio.<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">[26]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">La expresión humana sublime por excelencia, la
artística, cerrada en sí misma, se volverá así ininteligible porque
ininteligibles son los sueños. Y al ser ininteligibles serán intransmisibles, </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">intransitivos</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">… Hasta Rilke hablará de un </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">amor intransitivo</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> como el único, el verdadero amor, <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">porque nosotros,
allí donde sentimos, nos evaporamos; ay nosotros<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">respirando, salimos
de nosotros; y nos disipamos, de ascua en ascua<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nuestros
sentimientos son tan íntimamente nuestros, que al menor contacto con el
exterior se desvanecen</span><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">[27]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">: el amor más intenso se disuelve al primer
contacto con la realidad: en el primer abrazo.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Tampoco es casualidad que sea en esa época en la
que nace el psicoanálisis, en un intento de penetrar en el interior propio y en
el ajeno, en un intento de interpretar y encontrar una explicación a nuestros
sueños, a nuestra inconsciencia, a nuestro interior. Si el hombre se encierra
en sí mismo, abordémosle desde dentro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">En resumen, tres graves cuestiones: una realidad
externa que no nos interesa o no la alcanzamos a percibir o nada nos soluciona;
un encerrarnos en nosotros mismos como consecuencia de ese desinterés; y un
conflicto irresoluble, una tragedia (en palabras de <span style="font-variant: small-caps;">Cerezo Galán</span>), como consecuencia de esa contradicción
irresoluble entre nuestra consciencia de sabernos mortales y nuestro deseo de
eternidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Este es el contexto en el que se desarrolla la obra
y la vida (o la vida y la obra, tanto da) de Miguel de Unamuno. Esa la </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">niebla </span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">y ese el </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">sentimiento
trágico de la vida</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<h2 style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-add-space: auto;">
<span style="color: #ffd966; font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13pt; font-style: normal; font-variant: small-caps;">3<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>la muerte de Sócrates. El remedio del arte.</span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; font-style: normal; font-variant: small-caps; font-weight: normal;"><o:p></o:p></span></h2>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y ante esta tragedia, ante ese mal del siglo, ¿qué
que nos queda? El arte. El remedio del arte. Al hombre del siglo XX solo le
queda refugiarse en el arte. ¿Solo? Nietzsche, figura capital en el crudo
análisis del estado mental de Occidente, sale inmediatamente al paso:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Puede, tal vez, que (…) parezca chocante que se tome tan
en serio un problema estético (…) <i>[si no se tiene]</i> del arte otra
concepción que no sea la de un pasatiempo agradable, la de un repiqueteo
perfectamente prescindible situado junto a la 'seriedad de la existencia' (…)
Que sirva de enseñanza a estas personas serias mi convencimiento de que <i>el
arte es la tarea suprema y la actividad propiamente metafísica de esta vida</i>.
En este sentido se manifiesta el hombre a quien, como sublime precursor<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de la lucha en este camino, quiero dedicar
este escrito. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">El Arte, con mayúscula. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y reitero lo subrayado: «el arte es la tarea
suprema y la actividad propiamente metafísica de esta vida». Muerto Dios y la
Razón, es lo único que nos queda. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">¿Pero no era el arte, precisamente, el templo de la
belleza? No. No, necesariamente. ¿No era el arte la imitación de la naturaleza?
Tampoco, necesariamente. ¿Acaso puede concebirse un arte de lo horrible y lo
terrible, un arte de lo feo? Por supuesto. ¿Qué es, entonces el arte? La
expresión, no solo de lo bello sino también y sobre todo de </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">lo sublime</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">.<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[28]</span></span><!--[endif]--></span></span>
Y en España contamos con la obra de un genio tenido por tal, precisamente por
haberse adelantado a su época en esta concepción del arte: Goya y sus pinturas
negras.<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[29]</span></span><!--[endif]--></span></span>
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Nietzsche en esa su obra emblemática, </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">El origen de la tragedia</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">, al preguntarse por qué es precisamente en Grecia donde
surge la tragedia, sentencia que aparece allí justo como respuesta, como
reacción al hartazgo racionalista, al que también se llegó entonces.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ese hartazgo cuya imagen plástica nos la
ofrece la muerte de Sócrates, adalid del racionalismo ―maestro de Platón y este
de Aristóteles―, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>crítico de la tragedia
griega precisamente por representar lo contrario a la razón: arte y ciencia se
excluyen. Sócrates aceptará su injusta condena a muerte por haber negado a los
dioses y corrompido a la juventud, alejándola de los principios de la
democracia. Y hasta desechará eludirla a cambio de una ridícula multa ("en
tan poco valora el Estado la vida de un hombre"), o mediante una huída que
ya tenían preparada sus amigos. No, aceptó el cumplimiento de la ley.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">¿Y a qué se dedica mientras espera su ejecución ya
inapelable? A la música, a poner música a una fábula de Esopo. Sus amigos
quedan absortos, porque él siempre había rechazado la música como contraria a
la filosofía y al razonamiento: «Oh, Sócrates trabaja en componer música». Y por
eso Nietzsche se pregunta si tanto la razón como las artes no suponen en
realidad, ambas, una evasión una huída:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">¿Acaso el cientifismo no es otra cosa que miedo, una
huida del pesimismo, un sutil modo de defenderse de… la verdad… y hablando
moralmente, algo así como una cobardía y una insinceridad; hablando
inmoralmente, una astucia? ¡Oh Sócrates, Sócrates! ¿Fue quizás éste tu secreto?
¡Oh irónico misterioso! ¿Tal vez fue esta tu… ironía?...<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">[30]</span></span><!--[endif]--></span></span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">¡Música! ¿Hasta el propio Sócrates adolecía de cierto
hartazgo de racionalismo? En todo caso, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>puestos a buscar remedios a esa angustia, a
ese afán de eternidad, aun tenemos otra salida:<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>el que el propio Unamuno llama <i>erostratismo</i>. Su <i>alter ego</i>
en <i>Amor y pedagogía</i> (1902), Fulgencio Entrambosmares, nos lo explica: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">¿Sabes quién fue Eróstrato?
Fue uno que quemó el templo de Éfeso para hacer imperecedero su nombre; así
quemamos nuestra dicha para legar nuestro nombre, un vano sonido, a la
posteridad. ¡A la posteridad! Sí, Apolodoro ―cogiéndole de una mano―, no
creemos ya en la inmortalidad del alma y la muerte nos aterra, nos aterra a
todos, a todos nos acongoja y nos amarga el corazón la perspectiva de la nada,
del ultratumba, del vacío eterno. [...] Y como no creemos en la inmortalidad
del alma, soñamos en dejar un nombre, en que de nosotros se hable, en vivir en
las memorias ajenas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Erostratismo</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> que, en última instancia, será el único atisbo que
Unamuno alcanzara a saborear en vida: la fama y gloria que a través de su obra
consiguió y la consciencia de que le sobreviviría. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<h2 style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-add-space: auto;">
<span style="color: #ffd966; font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13pt; font-style: normal; font-variant: small-caps;">4<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>De las novelas a las ‘nivolas’. Del dato conciso al concepto nebuloso.</span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; font-style: normal; font-variant: small-caps; font-weight: normal;"><o:p></o:p></span></h2>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Lo cierto es que fue en este contexto finisecular de
hartazgo de la razón donde se formaron los escritores de la Generación del 98,
Unamuno entre ellos. Sus novelas, a las que, salvo a la primera (</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Paz en la guerra, </span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">1897<span style="mso-bidi-font-style: italic;">), él no llama novelas, sino </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">nivolas</i><span style="mso-bidi-font-style: italic;">, ya hemos visto que son otra cosa. En </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Niebla</i><span style="mso-bidi-font-style: italic;"> o, en </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La tía Tula</i><span style="mso-bidi-font-style: italic;">, por ejemplo, detalles como los que caracterizan a Zola brillan por su
ausencia: no sabemos el lugar, ciudad o pueblo (espacio), ni la época (tiempo)
en que se desarrolla la trama. De sus personajes ignoramos cómo son
físicamente, y a menudo hasta la edad que tienen. La mayor parte de las veces
desconocemos si la acción transcurre en invierno o en verano, si hace frío o
calor, etc. Porque lo que interesa no es retratar la realidad (para lo que
además ya había irrumpido la fotografía) sino conocer al personaje por dentro:
en su interior. Nada que ver con el realismo, ni mucho menos con el
naturalismo. Nada que ver con… Clarín. Como muestra, véase el comienzo de <i>La
Regenta</i>:<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">La heroica ciudad dormía la siesta. El viento Sur,
caliente y perezoso, empujaba las nubes blanquecinas que se rasgaban al correr
hacia el Norte. En las calles no había más ruido que el rumor estridente de los
remolinos de polvo, trapos, pajas y papeles que iban de arroyo en arroyo, de
acera en acera, de esquina en esquina revolando y persiguiéndose, como
mariposas que se buscan y huyen y que el aire envuelve en sus pliegues
invisibles. Cual turbas de pilluelos, aquellas migajas de la basura, aquellas
sobras de todo se juntaban en un montón, parábanse como dormidas un momento y
brincaban de nuevo sobresaltadas, dispersándose, trepando unas por las paredes
hasta los cristales temblorosos de los faroles, otras hasta los carteles de
papel mal pegado a las esquinas, y había pluma que llegaba a un tercer piso, y
arenilla que se incrustaba para días, o para años, en la vidriera de un
escaparate, agarrada a un plomo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Vetusta, la muy noble y leal ciudad, corte en lejano
siglo, hacía la digestión del cocido y de la olla podrida, y descansaba oyendo
entre sueños el monótono y familiar zumbido de la campana de coro, que
retumbaba allá en lo alto de la esbelta torre en la Santa Basílica. La torre de
la catedral, poema romántico de piedra…<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">[31]</span></span><!--[endif]--></span></span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">La descripción minuciosa está en la misma línea
naturalista que la ya transcrita de Zola. Y llegado a este punto, se comprenderá
el poco caso que Clarín le hacía al joven Unamuno: hablaban, ya, lenguajes
distintos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.25pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Frente a estas narraciones realistas (en este caso
naturalista), el carácter intimista de las novelas de Unamuno omite casi por
completo los detalles externos. <i>Niebla</i> o </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">La tía Tula</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">,
repito, se desarrollan en una ciudad y en una época desconocidas. Cierto que se
pueden identificar con Salamanca a principios de siglo. Pero tiempo y espacio
son ficticios y poco o nada importan ni aportan al desarrollo, la trama o la
finalidad última de ambos relatos: la angustia existencial. «No es que Unamuno
niegue la existencia de la realidad exterior; lo que cuestiona es su primacía.
El hombre, sí, tiene que habérselas con esa realidad exterior; pero se hace a
sí mismo (…) La verdadera persona es la de dentro, y al tener que transigir con
el mundo de fuera surge el conflicto de que se nutre la novela; pero la
observación de los datos externos nada nos dice acerca de la persona, cuya
verdadera esencia exige un esfuerzo creativo para llegar a comprenderla. En
términos filosóficos podría decirse que Unamuno adopta un método ontológico y
no fenomenólogico para el estudio del ser humano»<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[32]</span></span><!--[endif]--></span></span>.
La crítica es prácticamente unánime en considerar <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que estamos ante una ciudad de ficción y no en
Salamanca «aunque la presencia de lugares como el jardín de la Alameda y la
iglesia de San Martín nos lleven a pensar lo contrario»<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[33]</span></span><!--[endif]--></span></span>.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.25pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y otra de las características fundamentales del
nuevo modo de narrar consiste en el empleo del </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">monólogo interior</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">
y del </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">flujo de consciencia</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">. La diferencia fundamental entre uno y otro es que
el </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">monólogo interior</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> se nos presenta ordenado (racionalizado) por el narrador,
y por tanto se trata de un texto gramatical y sintácticamente correcto,
mientras que el </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">flujo
de consciencia</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> lo vierte el autor en la
narración tal y como se supone discurriría por el pensamiento del personaje; es
decir: desordenado y sin sujeción a regla alguna; de modo que el lector ―y ese
es el efecto buscado― tiene la impresión de haber tomado posesión de la mente
del<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>personaje. En realidad, el flujo de
consciencia viene a ratificar lo dicho por Heráclito: que, a diferencia de
nuestras relaciones con el exterior, las cuales se ajustan a un código común,
convencional y razonable, el mundo de los sueños (el de nuestro interior) es
libre, personal y desordenado, al margen de toda convención; y es este segundo
mundo el que se nos intenta presentar mediante el </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">flujo de conciencia</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> (</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">stream of
consciousness</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">), expresión deudora de la Psicología,
cuyo padre, William James, la acuñó en sus </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Principios de la Psicología</span></i><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[34]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.25pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">El ejemplo paradigmático del uso extremo de esta
técnica lo encontramos en el </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Ulises</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> (1922) de Joyce. Entremos por un momento, un
momento cualquiera, en la mente de Leopold Bloom, su protagonista:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.25pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Tiempo divino realmente. Si la vida fuera siempre así.
Tiempo de críquet. Sentarse bajo los parasoles. Tiempo tras tiempo. Fuera. Aquí
no saben jugar a eso. Cero a seis palos. Aun así el capitán Culler rompió una
ventana en el club de Kildare Street con un pelotazo dirigido a la izquierda
del bateador. La feria de Donnybrook está más en su línea. Y la de cráneos que
partíamos cuando M'Carthy salía al campo. Ola de calor. No durará. Siempre
pasando, fluir de la vida, que en el fluir de la vida rastreamos es más querido
queee todo.<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">[35]</span></span><!--[endif]--></span></span>
<span style="mso-bidi-font-style: italic;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 42.55pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Siete años después, esto es, en 1929, Faulkner, en
un </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">tour de force</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">, eso sí, bajo la influencia del </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Ulises</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">, remedó monólogos similares en </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">El ruido y la furia</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">, yendo más allá, puesto que esta vez nos introduce
en la mente de… un enfermo mental (Benjy):<o:p></o:p></span></div>
<h2 style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; font-style: normal; font-weight: normal;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 8.0pt; font-style: normal; font-weight: normal;"><o:p></o:p></span></h2>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Yo no lloraba, pero no me podía parar. Yo no lloraba,
pero el suelo no se estaba quieto y luego lloré. El suelo no dejaba de subir y
las vacas corrían colina arriba. T.P. intentó levantarse. Volvió a caerse y las
vacas bajaron corriendo por la colina. Quentin me cogió del brazo y fuimos
hacia el establo. Entonces el establo no estaba allí y tuvimos que esperar a
que volviera. No lo vi llegar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Vino por detrás de nosotros y Quentin me sentó en la
artesa donde comían las vacas. Me agarré. Aquello también se marchaba y me
agarré. Las vacas volvieron a bajar corriendo por la colina después de
atravesar la puerta. Yo no me podía parar. Quentin y T.P. subían peleándose por
la colina. T.P. rodaba colina abajo y Quentin lo arrastraba hacia arriba.
Quentin golpeó a T.P. Yo no me podía parar.<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%;">[36]</span></span><!--[endif]--></span></span> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Pues bien, en </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Niebla</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">,
la nivola, publicada en 1914, pero escrita en 1907, aunque no llegamos a
encontrarnos estos extremos </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">flujos
de conciencia</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">, sí está ya plagada de
monólogos interiores. Tomemos, sin ir más lejos el primero de los capítulos: <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Pero aquel chiquillo ―iba diciéndose Augusto, que más
bien que pensaba hablaba consigo mismo―, ¿qué hará allí, tirado de bruces en el
suelo? ¡Contemplar a alguna hormiga, de seguro! ¡La hormiga, ¡bah!, uno de los
animales más hipócritas! Apenas hace sino pasearse y hacernos creer que trabaja.
Es como ese gandul que va ahí, a paso de carga, codeando a todos aquellos con
quienes se cruza, y no me cabe duda de que no tiene nada que hacer.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Pero es que ya la segunda novela de Unamuno, </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Amor y pedagogía</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">, publicada en 1902, contenía numerosos monólogos
interiores mediante los cuales ―como señala Garrido Ardila―, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>«abre el interior más íntimo de sus
personajes. Ello ya lo había logrado antes Pardo Bazán en </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Insolación. </span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">La diferencia fundamental es que Unamuno logra que
en esos monólogos se llegue al subconsciente de los personajes y se redondeen
los primeros ejemplos de flujo de conciencia en lengua española. Ello además de
que Unamuno perfeccionará la técnica en novelas posteriores, sobre todo en </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Niebla</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> y en </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Abel
Sánchez</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">. Esto es, que </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Amor y pedagogía</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> es la primera de las novelas españolas que, a lo
largo del siglo XX, recurrirán al monólogo interior como técnica de
interiorización»<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[37]</span></span><!--[endif]--></span></span>. <span style="background: fuchsia; mso-highlight: fuchsia;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y en <i>La tía Tula</i>, escrita en 1907, aunque
abunda el diálogo, también tiene algún antológico ejemplo de monólogo interior.
Baste entresacar, ya en el primer capítulo, el del don Primitivo, el tío cura
de Rosa y Tula:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; margin-left: 49.65pt; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">¿para qué me voy a meter en sus inclinaciones y
sentimientos íntimos? Lo mejor es no hablarles mucho de eso, que se les abren
demasiado los ojos. Aunque... ¿abrirles? ¡Bah!, bien abiertos los tienen, sobre
todo las mujeres. Nosotros los hombres no sabemos una palabra de esas cosas. Y
los curas, menos. Todo lo que nos dicen los libros son pataratas. ¡Y luego, me
mete un miedo esa Tulilla...! Delante de ella no me atrevo..., no me atrevo...
¡Tiene unas preguntas la mocita! Y cuando me mira tan seria, tan seria..., con
esos ojazos tristes ―los de mi hermana, los de mi madre. ¡Dios las tenga en su
santa gloria!―. ¡Esos ojazos de luto que se le meten a uno en el corazón...!
Muy serios, sí, pero riéndose con el rabillo. Parecen decirme: "¡No diga
usted más bobadas, tío!" ¡El demonio de la chiquilla!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<h2 style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-add-space: auto;">
<span style="color: #ffe599; font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13pt; font-style: normal; font-variant: small-caps;">5<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Niebla. La angustia de un esteta aburrido</span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; font-style: normal; font-variant: small-caps; font-weight: normal;"><o:p></o:p></span></h2>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Ya he hecho referencia a la angustia existencial
que produce nuestro enfrentamiento, nuestra lucha (<i>agón</i>) por el no ser,
esa tragedia propia y exclusiva del hombre: su consciencia de la muerte
enfrentada a su deseo de eternidad. Ahí está la clave, el grave conflicto,
el<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i>sentimiento trágico de la vida</i>,
el origen de toda filosofía y de toda religión. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">A Unamuno, si le dieran a elegir, se inclinaría
antes, y sin dudarlo, por la resurrección de la carne ―a la manera judaica― que
por la inmortalidad del alma ―a la manera platónica―<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[38]</span></span><!--[endif]--></span></span>.
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A él no le interesa otra vida ni, por
tanto, una vida de su alma como algo distinto a su cuerpo y mente (cuerpo y
mente a los que sin duda identifica con su </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">yo</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">): «Lo que
en rigor anhelamos para después de la muerte es seguir viviendo esta vida, esta
misma vida mortal, pero sin más males, sin el tedio y sin la muerte»<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[39]</span></span><!--[endif]--></span></span>.
Así de claro.</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-style: italic;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Pero una cosa es el deseo y otra muy
distinta la realidad. Unamuno, ante sus dudas religiosas y existenciales, se
aferrará al erostratismo, persiguiendo y consiguiendo finalmente ese nombre,
esa fama literaria que haya de sobrevivirle. Única inmortalidad a la que puede
y quiere aspirar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Bien, pues en 1935, ya setentón y en el umbral de
esa muerte que tanto aborrecía, lejos ya de aquel joven que en 1895 pedía
cartearse con Clarín, puede jactarse ya, y se jacta, de haber ganado su batalla
personal a la inexistencia, al haber alcanzado la gloria literaria: «</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Obras mías <i>[nos dirá en el Prólogo a </i></span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Niebla<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[40]</span></span><!--[endif]--></span></span><i>]</i><span style="mso-bidi-font-style: italic;"> han conseguido verse traducidas ―y sin mi
instancia― a quince idiomas diferentes ―que yo sepa― y son: alemán, francés,
italiano, inglés, holandés, sueco, danés, ruso, polaco, checo, húngaro, rumano,
yugoslavo, griego y letón; pero de todas ellas la que más traducciones a
logrado ha sido esta: </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Niebla</i><span style="mso-bidi-font-style: italic;">.»<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Será su obra, y por tanto el arte, el remedio de
aquella su angustia vital. La única forma de eternidad. Y, entre su obra, si
bien la filosófica alcanza la cumbre con </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Del sentimiento trágico de la vida</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">, va a ser </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Niebla</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">
―trasunto literario de aquella<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[41]</span></span><!--[endif]--></span></span>―
la que le proporcione la mejor respuesta a su erostratismo. Forzoso remedio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Se inscribe, pues, </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Niebla</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">
en el marco de este sentimiento trágico, en el que su protagonista, Augusto
Pérez, un hombre débil que ha perdido a su madre, única que le proporcionaba
seguridad, se autoengaña pretendiendo querer enamorarse para dar sentido a su
vida, cuando en realidad lo único que busca es una mujer que llene el enorme
vacío que la madre le ha dejado. Es un hombre sin genio, sin carácter y sin
problemas, aburrido en suma; y un soñador y un esteta, pero sin ninguna meta
transcendente. Por si fuera poco acaba fijándose en Eugenia, una mujer fuerte,
como su madre, profesora de piano que odia la música, y que no solo lo rechaza
sino que lo utiliza y hasta se burla descarnadamente de él. Y esa burla será la
que le hará tomar conciencia de sí mismo. «El dolor resulta ser la puerta de
acceso a su verdad sustancial (…) En este trance doloroso, Augusto ha
encontrado su carácter, es el burlado por amor. Por eso puede ahora tomar una
decisión radical sobre sí mismo, como es el suicidio, el acto soberano de disposición
de sí».<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[42]</span></span><!--[endif]--></span></span>
Pero es justo cuando toma conciencia del conflicto existencial, cuando constata
precisamente que no es nadie, que es mero personaje de un autor que puede hacer
de él lo que quiera como Dios hace con sus creaciones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Con todo, y aun perteneciendo a ese momento de
crisis finisecular, al que ya nos hemos referido como el "mal del
siglo", ―o quizá precisamente por eso mismo― la obra también está escrita en
clave humor. La novela no quiere ser una novela sino otra cosa. Algo que
mezcle, o mejor, fusione, ficción y realidad. En que protagonista y autor
interactúen. Así, incluso hasta el prólogo principal esta redactado por un
personaje de ficción, amigo de Augusto, el protagonista que también aparecerá
en diversos capítulos: Víctor Gotí. Fusión y confusión. Realidad y ficción. Tragedia
o sentimiento trágico, pero también humor. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">El propio Gotí ya nos advierte en su prólogo que «don
Miguel tiene la preocupación del bufo trágico y me ha dicho más de una vez que
no quisiera morirse sin haber escrito una bufonada trágica o una tragedia bufa,
pero no en que lo bufo o grotesco y lo trágico estén mezclados o yuxtapuestos,
sino fundidos y confundidos en uno».<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y eso será <i>Niebla</i>: esa <i>bufonada trágica</i>
o <i>tragedia bufa</i> pretendida. Un retrato de la angustia existencial de su
protagonista en clave de sutil humor. Y el mismo Gotí va a reconocer, en el
capítulo 25 que a él también le gusta la bufonería:<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>«</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">no te lo niego. Gusto de la bufonería». Si bien, «no me agradan sino
los chistes lúgubres, las gracias funerarias. La risa por la risa misma me da
grima, y hasta miedo. La risa no es sino la preparación para la tragedia». A lo
que Augusto le responde con ese recelo que Unamuno achaca a la mayor parte de
los españoles: «Pues a mí esas bufonadas crudas me producen un detestable
efecto.» <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Para </span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Antonio
Vilanova,</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> la fuente originaria de
la concepción del bufo trágico en el que Unamuno está empeñado reside «en la
teoría de lo grotesco formulada por Víctor Hugo en el famoso prólogo de <i>Cromwell</i>
(…) <i>[donde] </i>expone por vez primera los caracteres fundamentales del
drama romántico, concebido como el resultado de la fusión de lo sublime y lo
grotesco (…) A partir de aquel momento, escribe Víctor Hugo, 'la Musa moderna
contemplará las cosas con una visión más amplia y más elevada. Descubrirá<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que no todo en la creación es humanamente
bello, que junto a lo hermoso existe lo feo, al lado de lo armonioso lo
deforme, detrás de lo sublime lo grotesco, el mal junto al bien, la luz junto a
las tinieblas'».<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[43]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">En la propia obra y en otro prólogo firmado por
Unamuno, se explicará y definirá el término "nivola" y su relación
con "niebla". Para Endres «la palabra "niebla" contiene
deliberadamente toda una gama de sentidos. Principalmente debe entenderse, en
un contexto filosófico existencialista, como metáfora del mero pasar la vida,
inconsciente y sin metas (…) Pero hay más (…) la palabra "niebla" (…)
connota lo difuso y lo que no se distingue con claridad (…) el complejo juego
entre ficción y realidad.»<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[44]</span></span><!--[endif]--></span></span>
La nivola en definitiva es una broma; un nombre más para un extraño género (o
subgénero) en el que hay mucho diálogo y mucho monólogo; en el que se fusionan
diversas ficciones y diversas realidades, y en el que se plantea todo de modo
nebuloso, dejando muchas dudas, muchas perspectivas y muchas cuestiones sin
resolver. Niebla, mucha niebla. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Pero, ¿qué es la niebla? Todo. Eso es la niebla:
todo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Porque cuanto más pobre resulta
nuestra percepción sensorial sobre un objeto concreto más se enciende nuestra
imaginación para percibir no lo que ese objeto es (que eso ya señaló Kant que
nunca lo sabremos); ni tampoco lo que de él nos llega, sino lo que quisiéramos
que fuera, presentándose entonces ante nosotros perfecto y, por tanto, irreal.
Y nuestras divagaciones crecen y crece la perfección y la irrealidad, y crece
nuestra angustia y nuestro deseo; en resumidas cuentas: la etérea
irracionalidad. Por eso Verlaine apelaba solo al esbozo. No al color concreto y
acabado, sino tan solo al matiz. </span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Al
trazo difuso, nebuloso. A la obra inacabada o, mejor aún, a la obra
abierta…<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i>El matiz, no el color, es lo
que nos interesa</i>, decía </span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">en su célebre poema <i>L'art Poétique</i>:
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">También deberás buscar / palabras que se
presten a equívoco: / nada más valioso que la canción gris,/ donde lo Indeciso
se une a lo Preciso. / Es como unos bellos ojos tras unos velos…</i><span style="mso-bidi-font-style: italic;"> </span><span style="mso-bidi-font-weight: bold;">La sugerencia, más que la afirmación. El velo más que la imagen nítida.
Porque la claridad ahoga nuestra imaginación. La aplasta y extermina. Todo lo
contrario a los naturalistas, que habían llevado al extremo el culto al dato
preciso y concreto, como hemos visto en Zola y en Clarín. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Pero en esto, en este romper las reglas, la lógica,
los géneros y sistemas, e indagar en el interior, en el de los personajes, en
el del autor y en el nuestro como lectores, como espectadores, en esto estriba
el cambio de los siglos XIX al XX.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El
mundo externo se nos presenta ya sin Dios, sin razón, como se le presenta la
vida a Augusto con la ausencia de su madre. A Augusto se le ha muerto su madre
como al hombre de entresiglos se le ha muerto Dios, primero, y la razón
después. Busca (quiere buscar) a otra madre y cree encontrarla en los ojos de
Eugenia, pero Eugenia le falla y acaba desnudo e indefenso ante la intemperie
como un personaje en busca de un autor<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[45]</span></span><!--[endif]--></span></span>.
Porque los ojos, esos ojos negros de Eugenia que tanto le atraen contienen la
mirada de una mujer fuerte, de una mujer segura. Como la madre de Augusto. Solo
que Eugenia ni es madre, ni está enamorada de Augusto, ni… Ni le gusta la
música, a pesar de ser profesora de piano. Es más, la aborrece. Nada que ver
con la Eugenia por él imaginada. Nada con lo que esos ojos negros le prometían,
porque en realidad nada le habían prometido. Pues su mirada, la mirada de
aquellos ojos era en realidad un mero reflejo de la ansiedad y la soledad de la
propia mirada de Augusto: niebla, pura e inasible niebla, reflejos… espejos. Y
los espejos, los impenetrables espejos ―lo dirá Rilke― nadie sabe aún lo que
realmente son ni lo que realmente esconden.<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[46]</span></span><!--[endif]--></span></span>
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<h2 style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span style="color: #ffe599; font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13pt; font-style: normal; font-variant: small-caps;">6<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>De los ojos de Eugenia a
la mirada vidriosa de <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Tula.</span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; font-style: normal; font-variant: small-caps; font-weight: normal;"><o:p></o:p></span></h2>
<div class="MsoNormalCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<br /></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.25pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y de los ojos de Eugenia, que ―al menos para el
lector― no tienen otra vida que el reflejo de la mirada de Augusto, Unamuno nos
traslada a esos otros serenos ojazos de luto de Gertrudis, estos sí plenos del
vigor dominante y petrificante de la Medusa. La mirada de Tula es una mirada
triste, sí. Pero plena de vida, y de una vida que mata. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.25pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">También </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">La
tía Tula</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> es una nivola. Aunque
aparentemente recuerda más a la novela del siglo XIX, quizá sea solo desde el
punto de vista meramente formal. Porque en </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">La tía Tula</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">,
como en </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Niebla</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">, sigue sin importar el dato preciso. Aunque se
busquen localizaciones concretas, no se nos dice en qué ciudad estamos, ni en
qué época. Carlos A. Longhurst ha destacado "la total confusión de Unamuno
en cuanto a los nombres y el sexo de los </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">[sobrinos] </span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">pequeños".
En todo caso tales errores no vician la trama ni la tesis de la novela. Y, por
supuesto, ponen de manifiesto esta nueva concepción narrativa de Unamuno tan
distante del ya vencido naturalismo plagado de los más minuciosos detalles. Si
esta corriente de extremo realismo hacía de la descripción perfilada y
aquilatada, tanto del aspecto externo de los personajes como de su contexto
ambiental, una herramienta de denuncia, el estilo de Unamuno, olvidándose de
nimiedades, para él accidentales, centra su interés en la esencia de la
personalidad de esos personajes, su dimensión humana y existencial, y su forma
de resolver o hundirse ante los problemas que les acucian. A Unamuno le da
igual que los hijos de Rosa sean cuatro u ocho, niñas o varones, como le da
igual sus nombres. Lo que le importa es trasmitirnos que Rosa, la hermana de
Tula, tiene varios hijos cuya sola presencia influye de modo determinante en el
devenir existencial de los protagonistas. Una realidad más abstracta, sí, pero
más incisiva. En todo caso, no dejan de ser herramientas literarias por las que
el autor opta y cuyo mayor o menor acierto en la elección dependerá de su
efectividad respecto a los objetivos narrativos propuestos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.25pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Y no solo por la ausencia del detalle. La tía Tula,
como </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Niebla,</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> también funde los pocos datos que nos proporciona,
también sumerge al lector en un mar de indefiniciones y ambivalencias. Pero con
guiños. Invitándole unas veces a pensar y otras a dejarse llevar por su
imaginación. La mirada nebulosa nos hace ver todo empañado, como empañados
están los vidriosos ojazos de Gertrudis, cuyo nombre ―por cierto― ya nos da una
señal. De origen germano, significa lanza <i>(ger)</i> fiel o valiosa <i>(trut)</i></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">,
fuerte<span style="mso-bidi-font-style: italic;">. Va perfectamente con el
carácter, con la mirada de Tula, y habida cuenta la atracción de Unamuno por la
cultura germana (a pesar de que durante la Primera Guerra Mundial tomara una
postura radical a favor de los aliados), no parece que lo eligiera al azar ni
por meras razones estéticas. Ahora bien, Gertrudis será para los suyos, Tula;
mejor aún: la tía Tula. Salvo, eso sí, para los hombres, y en especial para
Ramiro, su cuñado viudo, para quien seguirá siendo Gertrudis. He aquí también
la ambivalencia. La misma que encierra Augusto Pérez, el protagonista de </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Niebla</i><span style="mso-bidi-font-style: italic;">: un nombre con pretensiones imperiales y una apellido común. Nombres
ambivalentes y caracteres también ambivalentes. Porque tras la fortaleza de
esos serenos ojazos de Tula, se vislumbra también una dosis de tristeza. Porque
son "serenos ojazos de luto". <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Ojos
tristes… Pero, ¿por qué? ¿Cuál es la tragedia de Tula?</span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> </span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Para María Dolores Dobón Antón, en un interesante
estudio, está muy clara. El luto no es por la muerte de su hermana, sino por la
muerte de Eros. Esa mirada nació el día en que perdió a Ramiro. Y Tula no ha
fracasado ahí como mujer, sino que ha sido Ramiro quien le ha fallado como
hombre.<span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt; line-height: 115%;">[47]</span></span><!--[endif]--></span></span>
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Esa es su debilidad, esa su tragedia. Los
conflictos sin resolver. Ramiro le acusará de «santa que ha hecho pecadores» y
ella misma se definirá como una pecadora que se esfuerza «en hacer santos,
santos a tus hijos, y a ti y a tu mujer». Se defiende. Tiene que defenderse. Y
lo hace enrocándose en la luz y la castidad. En la luz para escapar de las
sombras, sombras entre intersticios y sombras interiores. Satisfará (¿o
sacrificará, más bien?) sus deseos sexuales y maternales pero desde la
virginidad, la luz, el saber y la limpieza. Todo claro, todo perfecto, todo
geométricamente calculado, cada cosa en su sitio. Y para verlo claro: luz,
saber. Y para que lo que se ve se vea bien: limpio. A la verdad se llega por el
saber, y la verdad es limpia y luminosa. De ahí su afición a la geometría: «para
ella la geometría era luz y pureza.</span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"> <span lang="ES-TRAD">Lo demás: la anatomía, la fisiología… porquerías».
(Capt. 19).<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.25pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Inseguridad, en suma. Porque también Tula necesita
algo a lo que aferrarse. Y si el Augusto de </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Niebla</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">
lo buscaba en esa mujer ideal sustituta de la madre, Tula lo quiere hallar en
la limpieza y la geometría.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y es que
detrás de toda su fortaleza, su aparente fortaleza, se adivina en ella,
inseguridad, una inseguridad que ni la religión ni los valores tradicionales en
que ha sido educada le proporcionan. Por eso busca con fuerza cualquier verdad
racional, una luz que alcanzará no desde el "mantillo de la tierra, sino
de las razas de lumbre que (lleguen) </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">del sol" (Capt. 19). Y a falta de semejante
asidero, que ni la fe ni la razón le ofrecen,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">se aferra en su soledad y en
su interior a aquella Pepona (la muñeca) que guarda celosa desde su niñez.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.25pt;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">¿Y Ramiro? Porque Gertrudis está enamorada de
Ramiro, como Ramiro lo está de ella. </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;">Se diría que Tula tampoco hace nada por ganárselo
en el momento trascendental en que este se decide por Rosa, porque teme la
fatal, la definitiva decepción, tanto de esa relación como de la propia
maternidad, y se conforma con sucedáneos: sobrinos en vez de hijos propios (de
los que la Pepona no sino otro mal remedo); cariño de hermano/cuñado en lugar
de amor de marido. Luz, verdad. En realidad, Gertrudis busca la verdad y sabe
dónde puede encontrarla, pero no se atreve a afrontarla, porque intuye que
finalmente le decepcionará. Porque la verdad, la que ella busca, es perfecta.
No es limpia, luminosa y acabada como la geometría sino sucia, oscura y
grosera, como la anatomía y la fisiología. Y en última instancia, la verdad…
¿para qué? Para paliar una soledad que también intuye no le hubiera resuelto ni
siquiera una eventual felicidad junto a Ramiro. Una aburrida felicidad. Por eso
cuando Rosa se queda embarazada, Tula le dice: «Ahora va de veras, Rosa; ahora
no os aburriréis de la felicidad ni de la soledad».</span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 13.0pt;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormalCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify; text-indent: 21.25pt;">
<br /></div>
<div align="right" class="CSP-ChapterTitleCxSpFirst" style="text-align: right;">
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12.0pt; text-transform: none;"><a href="https://www.amazon.es/s?k=servando+gotor&i=stripbooks&__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&ref=nb_sb_noss" target="_blank">Servando Gotor</a></span><br />
<span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 12.0pt; text-transform: none;">Zaragoza, 15 mayo 2019<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="CSP-ChapterTitleCxSpLast" style="text-align: right;">
<br /></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<a href="file:///C:/Users/Servando/CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/OneDrive%20-%20CONSEJO%20GENERAL%20DE%20LA%20ABOGACIA%20ESPA%C3%91OLA/EDITOR/UNAMUNO%20-%20PEPEL.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span>«Más me parece pensador que sabio y más que
pensador, filósofo; pero al morir quisiera, ya que tengo alguna ambición, que
dijesen de mí: ¡fue todo un poeta!». Carta del 3-IV-1900. (Adolfo <span style="font-variant: small-caps;">Alas</span>: <i>Epistolario a Clarín</i>,
Escorial, 1941, p. 74). <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En 1897 había en España 12.000 aparatos de
teléfono. Ver Ángel <span style="font-variant: small-caps;">Calvo Calvo</span>: <i>El
teléfono en España antes de Telefónica (1877-1924)</i>. Revista de Historia
Industrial, núm. 13. Año 1998. Universidad de Barcelona. Pág. 63).<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> </span><i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Provinciano
universal.</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> Expresión de Antonio <span style="font-variant: small-caps;">Cabezas Candell</span>,
para referirse a Leopoldo Alas, puesto que toda su actividad profesional como
crítico, novelista y jurista la desarrolló en Oviedo: <i>Clarín, el provinciano
universal</i>. Colección Austral. Espasa Calpe. Madrid, 1962.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn4" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Sobre la correspondencia entre ambos,
fundamentalmente: Yvan <span style="font-variant: small-caps;">Lissorgues</span>:
<i>Unamuno y Clarín: ¿una amistad frustrada?</i> Letras de Deusto, núm. 32,
vol.15 (mayo-junio 1985), pp. 87-101. Edición digital:<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes,
2009.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn5" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span>«En 1895 Clarín es la máxima autoridad en la
crítica española. Un juicio suyo asegura la fama o envuelve en el ridículo a un
escritor que empieza. Y Unamuno, catedrático de Salamanca desde 1891, inicia
por entonces su actividad literaria». (<span style="font-variant: small-caps;">García
Blanco</span>: <i>"Clarín" y Unamuno</i>. Archivum: Revista de la
Facultad de Filología. Tomo 2, 1952. Ediciones de la Universidad de Oviedo,
1952, pág. 134)<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn6" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Leopoldo Alas <span style="font-variant: small-caps;">Clarín</span>: <i>Como gustéis</i>. Artículo, sobre <i>Tres ensayos</i>,
publicado en El Pueblo (Valencia), 9-VII-1900. (En <span style="font-variant: small-caps;">Lissorgues).</span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn7" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Carta de 9 de mayo de 1900 en <i>Epistolario
a Leopoldo Alas</i>. Edición El Escorial. Madrid, 1961.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn8" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Luis <span style="font-variant: small-caps;">Calvo
Carilla</span>: <i>La cara oculta del 98</i>. Cátedra. Madrid, 1998:254.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn9" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Harold <span style="font-variant: small-caps;">Bloom</span>:
<i>El canon occidental</i>. Anagrama. Barcelona, 2005.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn10" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> </span><i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Ideas sobre la
novela</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn11" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> Muy interesante al
respecto el seminario público "Literatura y Filosofía en la crisis de los
géneros", en la Fundación Juan March (mayo de 1999), con las conferencias
de José-Carlos Mainer y Francisco Jarauta, concluido con una mesa redonda en la
que participaron, además, José Mª González García, José Mª Guelvenzu y Patricio
Peñalver (audio y Cuaderno del seminario, disponibles en la web de la
Fundación)<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn12" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span><span style="font-variant: small-caps;">Schopenhauer,</span>
realza esta revolución kantiana, este transcendental descubrimiento, en sus
siempre claros y didácticos términos: «El mayor mérito de Kant es la distinción
entre el fenómeno y la cosa en sí, fundada en la demostración de que entre las
cosas y nosotros está siempre el intelecto, por lo que aquellas no pueden ser
conocidas según lo que puedan ser en sí mismas» (Arthur <span style="font-variant: small-caps;">Schopenhauer</span>: <i>El mundo… </i>I. 2004:482).<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn13" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[13]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><span style="font-variant: small-caps;">Unamuno</span>:
<i>Cómo se hace una novela</i> (Salvat Editores. Navarra, 1982, pág. 150)<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn14" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[14]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><span style="font-variant: small-caps;">Heráclito</span>:
<i>Fragmentos</i>. Edición de José Antonio Miguez. Orbis. Barcelona, 1983, pág.
236.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn15" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[15]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> En <i>Lenguaje y
silencio</i>, de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>George <span style="font-variant: small-caps;">Steiner</span>, que añadirá: «Como el maestro
de <i>Tiempos difíciles</i> de Dickens, el naturalista pide hechos y más
hechos. Zola tenía un apetito insaciable del detalle circunstancial y una
pasión por la medida del tiempo y los inventarios». (Gedisa. Sevilla, 2006,
pág. 370).<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn16" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[16]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Julián <span style="font-variant: small-caps;">Marías</span>:
<i>El existencialismo en España</i>. Ediciones Universidad Nacional de
Colombria. Bogotá, 1953. pág. 85.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn17" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[17]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i>Soledad</i> (1905). En <i>Obras Completas,
VIII</i>. <i>Ensayos.</i> Edición y prólogo de Ricardo Senabre. Biblioteca
Castro. Fundación José Antonio de Castro. Madrid. 2007. Pág. 781.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn18" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[18]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i>El secreto de la vida</i> (1906). En <i>Obras
Completas, VIII</i>, pág. 932.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn19" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[19]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span><span style="font-variant: small-caps;">Nietzsche</span>:
<i>La ciencia jovial</i>. En <i>Nietzsche I</i>. Gredos. Madrid, 2010. Págs.
439-440.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn20" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[20]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> Georg Lukásc,
citado por George <span style="font-variant: small-caps;">Steiner</span> en <i>Lenguaje…</i>
Pág. 369<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn21" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[21]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Emilio ZOLA (1890). <i>La bestia humana. </i>Versión
de Carlos Docteur. Segunda edición. Vol. I. Librería Internacional de Romo y
Füssel. Madrid, 1897. 1880:2-3.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn22" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[22]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Hugo von <span style="font-variant: small-caps;">Hofmannsthal</span>:
<i>Carta de Lord Chandos</i>. Alianza Editorial. Madrid, 2008, págs. 17-18.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn23" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[23]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> </span><i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Franz Kafka Obras
Completas</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">, vol. I. Aguilar. En RBA Coleccionables. Barcelona, 2007. Pág. 600.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn24" style="mso-element: footnote;">
<div class="Default" style="tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span style="font-size: 10.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span style="color: black; font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[24]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-size: 10.0pt;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>PROUST,
Marcel: (1913-1927). <i>A la busca del tiempo perdido. </i>Edición de Mauro
Armiño. Valdemar/clásicos. Madrid, 2000. Vol. I: <i>Por la parte de Sawn </i>(1913),
pág. 43. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn25" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[25]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> </span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;">Esto lo ha analizado brillantemente P</span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">edro <span style="font-variant: small-caps; mso-bidi-font-style: italic;">Cerezo Galán</span><span style="mso-bidi-font-style: italic;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">en El mal del siglo.</i><span style="mso-bidi-font-style: italic;"> Biblioteca Nueva/Universidad de Granada.
2003. </span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn26" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[26]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Ob.cit. pág. 236.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn27" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[27]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Elegía II. <i>Elegías a Duino</i> (Cátedra.
Madrid, 2007). Directa o indirectamente, hay muchas referencias al amor
intransitivo en la obra de <span style="font-variant: small-caps;">Rilke</span>,
como en la propia Elegia I y, por supuesto, en <i>Los cuadernos de Malte
Laurids Brigge </i>(Losada. Buenos Aires, 2009). La mención a los espejos como
ejemplo de lo inalcanzable que nos resulta la realidad es también muy
recurrente en el último <span style="font-variant: small-caps;">Rilke</span>: <i>Como
al maestro a veces la hoja, / apresuradamente próxima, le quita / el rasgo
real: así a menudo los espejos toman / en su seno la sonrisa santamente única
de las muchachas / cuando prueban la mañana, a solas, / o en el fulgor de las
luces serviciales /. Y en la respiración de los rostros auténticos, / más
tarde, cae sólo un reflejo.</i> (<i>Sonetos a Orfeo,</i> II, 2. Cátedra.
Madrid, 2007). <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn28" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[28]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> Inmanuel <span style="font-variant: small-caps;">Kant </span>aunque trataría sobre lo bello y lo
sublime en su <i>Crítica del juicio</i>, dedicó a esta a distinción un
opúsculo: <i>Lo bello y lo sublime: ensayo de estética y moral. </i>Aclaraba
allí que «la noche es sublime, el día es <i>bello</i> (…) Lo sublime, <i>conmueve</i>;
lo bello, encanta». (<span style="font-variant: small-caps;">Kant</span>: <i>Lo
bello y lo sublime: ensayo de estética y moral</i>. Traducción de A. Sánchez
Rivero. Espasa-Calpe. Madrid, 1919). La tragedia no es bella, sino sublime. Y
no nos encanta, pero nos conmueve. Arthur <span style="font-variant: small-caps;">Schopenhauer</span>,
cuyo pensamiento constituye uno de los soportes mentales, tanto de Richard
Wagner como de Nietzsche, insiste en esta cuestión: «El placer que nos produce
la tragedia no pertenece al sentimiento de lo bello sino al de lo sublime; es
incluso el grado máximo de ese sentimiento. Pues, así como a la vista de lo
sublime en la naturaleza nos separamos del interés de la voluntad para hacernos
puramente contemplativos, en la catástrofe trágica nos apartamos de la voluntad
de vivir misma. En la tragedia, en efecto, se nos presenta la cara espantosa de
la vida, la miseria de la humanidad, el reinado del azar y el error la caída
del justo, el triunfo del malvado: así pues, se pone ante nuestros ojos la
índole del mundo en directa oposición a nuestra voluntad. Ante esa visión nos
sentimos instados y apartados de nuestra voluntad de vivir, a dejar de querer y
amar. (…) en el instante de la catástrofe trágica se nos hace más clara que
nunca la convicción de que la vida es un mal sueño del que tenemos que
despertar (…) Lo que proporciona el peculiar impulso hacia lo sublime a todo lo
trágico (…) es el conocimiento de que el mundo, la vida, no puede garantizar
ningún verdadero placer y que nuestro apego a ella no vale la pena».<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>(Arthur <span style="font-variant: small-caps;">Schopenhauer</span>:
<i>El mundo como voluntad y representación</i> II. Editorial Trota. Madrid,
2005, págs. 483-484).<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn29" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[29]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> Las pinturas
negras de Goya constituyen nuestra principal aportación al arte universal y
―paradojas de la vida―, al arte universal más "moderno": las que
"iluminaban" los muros de la casa de Goya en Madrid (la Quinta del Sordo),
"expresión del alma moderna con todos sus miedos y angustias", en
palabras de Muther, su primer valedor, quien destacó la obra del aragonés
universal como factor decisivo para el impresionismo y hasta la
"modernidad" de sus encuadres, aspecto este en el que veía el nexo
más fuerte con los artistas más modernos. Pero es que el propio Goya tenía un
importante antecedente, nada menos que renacentista y también en España, en el
negro arte del El Greco. (Ver a este respecto mis ediciones anotadas tanto de <i>España
Negra</i>, de Émile <span style="font-variant: small-caps;">Verhaeren</span> y
Darío <span style="font-variant: small-caps;">Regoyos</span>, como de <i>El Greco</i>,
de Manuel Bartolomé Cossío, ambas en <i>lecturas-hispanicas.com.</i> Zaragoza,
2015).<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn30" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[30]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span><span style="font-variant: small-caps;">Nietzsche</span>:
<i>El nacimiento de la tragedia.</i> En <i>Nietzsche I</i>. Gredos. Madrid,
2010. Pág. 1. Pero ya antes, en 1870 (<i>El nacimiento de la tragedia</i> es de
1872), Nietzsche había escrito el opúsculo <i>Sócrates y la tragedia</i>, donde
se explaya en esta relación del filósofo racionalista con el mundo instintivo
de la tragedia. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn31" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[31]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> </span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-variant: small-caps;">Alas</span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">, Leopoldo (Clarín): <i>La Regenta</i>. Vol. I. Cátedra. Madrid, 2003. Pág.
135-136.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn32" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[32]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Carlos A. <span style="font-variant: small-caps;">Longhurst</span>: Introducción a <i>La tía Tula</i>,
de Miguel de Unamuno. Cátedra. Letras Hispánicas. Madrid, 2003. Pág. 53.</span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn33" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[33]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Ver, <span style="font-variant: small-caps;">González Cifo</span>: <i>Algunas precisiones acerca del tratamiento
del espacio y el tiempo, como técnicas narrativas, en </i>Niebla<i>, de Miguel
de Unamuno</i>. Congreso Internacional Cincuentenario de Unamuno. Universidad
de Salamanca, 1986)</span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn34" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[34]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> </span><i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">The principles of
psychology</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">. </span><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";">(New York:
Henry Holt. 1890).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn35" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[35]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span>James <span style="font-variant: small-caps;">Joyce</span>. <i>Ulises</i>.
Cátedra. Madrid, 2003. Pág. 97.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn36" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[36]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"> <i>William Faulkner.</i> </span><i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Obras completas</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">. Tomo I. William <span style="font-variant: small-caps;">Faulkner</span>. RBA. Barcelona, 2004. Pág.
209.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn37" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[37]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> J.A. <span style="font-variant: small-caps;">Garrido Ardila</span>: <i>Miguel de Unamuno:
Génesis de la novela contemporánea.</i> En "La narrativa de Unamuno".
Ínsula, núm. 807. Marzo. Madrid, 2014. Pág. 4.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Sobre esta cuestión, ver también, del mismo autor: <i>Unamuno, el
monólogo interior y el flujo de conciencia: de William James y Amor y pedagogía
a Knut Hamsun y Niebla</i>. En Hispanic Review, LXXX, pp. 445-466.
Philadelphia, Pennsylvania (USA).<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>2012.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn38" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[38]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span><i>La agonía del Cristianismo</i>. Editorial
Losada, S.A. Buenos Aires. 1938. Pág. 31.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn39" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[39]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> </span><i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Del sentimiento
trágico de la vida</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">. Edit. Renacimiento. Madrid, 1930. Págs.228-229.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn40" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[40]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Prólogo a la edición de febrero de 1935 (que
incluimos en la nuestra), con este concreto título: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Prólogo a esta edición: o sea, historia de Niebla</i>.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn41" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[41]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> </span><i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;">Del sentimiento
trágico de la vida en los hombres y en los pueblos</span></i><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> (1912), es un
ensayo con evidentes influencias del filósofo danés Søren Kierkegaard y del
religioso español fundador de la Compañía de Jesús, San Ignacio de Loyola.
Sobre la deuda de Unamuno con Kierkegaard, y en especial de su obra <i>Diario
del seductor</i>, como principal fuente literaria y filosófica de <i>Niebla</i>,
ver A.G. <span style="font-variant: small-caps;">Ardila</span>, J.: <i>Nueva
lectura de Niebla: Kierkegaard y el amor</i>. Revista de literatura.
enero-julio vo. LXX, núm. 139. Edimburgo, 2008.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn42" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[42]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Pedro <span style="font-variant: small-caps;">Cerezo
Galán</span>: <i>Las máscaras de lo trágico. Filosofía y tragedia en Miguel de
Unamuno.</i> Editorial Trotta. Madrid, 1996. Págs. 585-586.</span></div>
</div>
<div id="ftn43" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[43]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Antonio <span style="font-variant: small-caps; mso-bidi-font-style: italic;">Vilanova</span><span style="mso-bidi-font-style: italic;">: <i>La teoría nivolesca del Bufo Trágico</i>. En Actas del Congreso
Internacional Cincuentenario de Unamuno. Salamanca, 1989, págs. 196-197). Sobre
estas cuestiones, ver también González Cifo: <i>Humor, burla ironía y sátira en
'Niebla': algunas propuestas para la lectura de la 'nivola' unamuniana</i>.
Cuad. Cát. M. de Unamuno. Universidad de Sala-manca, 2000</span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn44" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt;"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[44]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><span style="font-variant: small-caps; mso-bidi-font-style: italic;">Endres</span><span style="mso-bidi-font-style: italic;">,
Heinz-Peter: </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ficción y realidad en
Niebla de Unamuno, con resonancias cervantinas [y calderonianas]</i><span style="mso-bidi-font-style: italic;">», 2004:114-115. En Actas del XV Congreso de
la Asociación Internacional de Hispanistas "Las dos orillas ",
Monterrey, México del 19 al 24 de julio de 2004. Coord. por Beatriz Mariscal,
María Teresa Miaja de la Peña, Vol. 3, 2007).</span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn45" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpFirst" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[45]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span><span style="mso-bidi-font-weight: bold;">En
pocas obras hasta entonces publicas contemplamos algo similar a lo que ocurre
en <i>Niebla</i>: el autor discutiendo con un personaje. Este juego pone de
manifiesto las similitudes de Unamuno con el reconocido dramaturgo italiano
Luigi Pirandello (1867-1936), autor de <i>Seis personajes en busca de un autor</i>,
publicada en 1921 (recordemos que <i>Niebla</i> no se publica hasta 1914).</span><o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn46" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpMiddle" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[46]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"> <span style="mso-tab-count: 1;"> </span>En la tercera estrofa del segundo de los <i>Sonetos
a Orfeo</i>. <o:p></o:p></span></div>
</div>
<div id="ftn47" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteTextCxSpLast" style="line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; mso-add-space: auto; tab-stops: 14.2pt; text-align: justify;">
<span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif";"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="EN-US" style="font-family: "garamond" , "serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">[47]</span></span><!--[endif]--></span></span></span><span style="font-family: "garamond" , "serif"; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span><span style="mso-bidi-font-style: italic;">María
Dolores <span style="font-variant: small-caps;">Dobón Antón:</span> <i>La </i>otra<i>
tía Tula: el lado oscuro de la luna</i>. Cuad. Cat. M. de Unamuno, 31, 1996.
Ediciones Universidad de Salamanca, pp. 71-87.</span><o:p></o:p></span></div>
</div>
</div>
<br />Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-31602602910855967522019-02-19T04:09:00.001-08:002019-02-19T04:09:28.904-08:00SELECCIÓN LH<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" id="m_151378341673054092templateWrapper" style="width: 600px;"><tbody>
<tr><td id="m_151378341673054092templateHeader" style="background: url("https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEhhZ_bL0nmJtAMpKTaCMxSK2w8ty-6nh89gVePM9JNmYRNdPFLQXBdlCMFIXMOeSbUo6BmJmScTJtSo3yp2XshsZ6mRJStybM4LaAJHrBgajLxbbs5s223q8V9tvF-5Uon4beISxduxaDEYMFd5bFPd_eV8yaK4iMCkvICxSgDOV4Opw9ENZruT0gLN=s0-d-e1-ft") left bottom repeat-x rgb(250, 249, 244); border-radius: 5px; border: 1px solid rgb(203, 198, 181); color: #252525; font-family: helvetica; font-size: 36px; font-weight: bold; line-height: 162px;" valign="middle" width="600"><table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 600px;"><tbody>
<tr><td id="m_151378341673054092headerImage" style="text-align: center;" valign="middle" width="530"><div style="text-align: center;">
<strong><u><a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D8ce1ae83b6%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154917000&usg=AFQjCNF9FnmsoZ7HW3gSKeX5gan_9bGCTQ" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=8ce1ae83b6&e=b6fbb769d9" style="color: #252525; font-weight: normal;" target="_blank">lecturas-hispanicas.com</a></u></strong></div>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
<tr><td align="center" valign="top"><br />
<br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" id="m_151378341673054092upperContent" style="background: url("https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEiEZYVaFEtaVoygebUoDogBjVDE-yRPmGWXfX41sI2ULFZVKw5WxCU1gejQITfCRcNItHXZRPKsSPVWmL2vlBFs4eb5pmuPzSNLXHE7KrRO3wdqZBEU8ciHCNpqoWzrQ5lxfijGvYmFFoNg5UFlI-_bHpeffQa7YJZegX7p143AkKDTlNhX4WYKGg=s0-d-e1-ft") left bottom repeat-x rgb(250, 249, 244); border-radius: 5px; border: 1px solid rgb(203, 198, 181);"><tbody>
<tr><td width="35"><br /></td><td id="m_151378341673054092upperContentImage" valign="top" width="250"><br />
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D1478ef3c15%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154917000&usg=AFQjCNETR7341zpd1wAoro88eEBDim2A2w" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=1478ef3c15&e=b6fbb769d9" target="_blank"><img alt="" border="0" class="CToWUd" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEisDjBYH-z0amtCxKu0kclo2UAbW5AnF9Rw6dm8iNx5Ac1QmzGzZ-1DF-2y_Ik_YI8ywPecSzL-W6nS6mljW4SVyNTNp1OZkaFnUt88MfHjZTXLkC44SpikGjp0rQUqjQMUQfctwtQ_hCGBNqNOrY2PvWCKxJXTs6Hvfx58CfgHrJUKOgTaSI9U6FvgD5KvBSGFNNBDC9K91Dq0RyDebF_186ZSAyxnf3qvgLnxKA=s0-d-e1-ft" style="border: none; display: inline; height: auto; margin: 0px; max-width: 250px; outline: none; padding: 0px; text-decoration-line: none;" width="250" /></a> </td><td width="30"><br /></td><td id="m_151378341673054092main" valign="top" width="250"><br />
<div class="m_151378341673054092upperContentCopy" style="color: #323232; font-family: helvetica; font-size: 14px; line-height: 25.2px;">
<span style="font-size: 20px;">Un clásico best-seller sobre las raíces del pensamiento occidental</span><br />
<span class="m_151378341673054092title" style="color: #202020; font-family: "helvetica"; font-size: 46px; font-weight: bold; line-height: 34.5px; padding-bottom: 10px;">Hipatia</span> Siglo IV de nuestra era. El cristianismo acaba siendo la religión del Imperio romano. En el delta del Nilo, Alejandría, la gran ciudad griega de Egipto, conservadora del saber clásico en su gran Biblioteca, luz del Mediterráneo con su monumental Faro, y cabeza de la investigación humanística y científica en su Museo, la vieja religión pagana alienta su último estertor en su lucha contra un cristianismo que trata de emerger de sus propias contradicciones y radicalismos internos.</div>
<br />
<div class="m_151378341673054092button" style="background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid rgb(63, 63, 65); color: white; font-family: arial; font-size: 16px; line-height: 16px; text-align: center;">
<br />
<div>
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage2.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3Dafe9d6aee4%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154917000&usg=AFQjCNHxbVWE5IHNLLBRLyAQegLtpvO66Q" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage2.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=afe9d6aee4&e=b6fbb769d9" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration-line: none;" target="_blank">En amazon a un precio increíble</a></div>
</div>
<div class="m_151378341673054092upperContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: helvetica; font-size: 12px; line-height: 21.6px;">
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D158e4f003e%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154917000&usg=AFQjCNFYhNUlO7Zyo7ALT2Nn0a_CUiQ-mQ" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=158e4f003e&e=b6fbb769d9" style="color: #505050;" target="_blank">Más información pinchando aquí</a></div>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
<tr><td width="35"><br /></td><td id="m_151378341673054092upperContentImage" valign="top" width="250"><br />
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3Dabba18ab13%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154917000&usg=AFQjCNGdrbklwFb8YhiPmFz2MvNYDU0H8w" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=abba18ab13&e=b6fbb769d9" target="_blank"><img alt="" border="0" class="CToWUd" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEh4Ne8mG2-O8M7i_ExxpnBJMfRlaXZxH_6d6jEHHb3FBX35VjGJrtxlUKG6ypfMTVBjfw55JpeFV_PA6-cXEtBxRggjEjpeI4nC0MHYW1jgIAiuSiMlvuBst3pi-oKi6LJGEiqN2dONM2jL3llN2kWUVa732o8sPWUQ8b4XFHcRoN-9GI2LPjYv03o_y6bCTid2k7dJhB5cwCuVmff0BLT8RCsVWkGHlg=s0-d-e1-ft" style="border: none; display: block; margin: 0px; max-width: 250px; outline: none; padding: 0px; text-decoration-line: none;" width="250" /></a></td><td width="30"><br /></td><td id="m_151378341673054092main" valign="top" width="250"><br />
<div class="m_151378341673054092upperContentCopy" style="color: #323232; font-family: helvetica; font-size: 14px; line-height: 25.2px;">
Mariano José de Larra<br />
<strong style="color: #202020; font-size: 32px; line-height: 34px;">El amor, mata.</strong><br />
Si se oyese decir que el final de su obra es inverosímil, que el amor no mata a nadie, puede responder que es un hecho consignado en la historia; que los cadáveres se conservan en Teruel y la posibilidad en los corazones sensibles; que las penas y las pasiones han llenado más cementerios que los médicos y los necios; que el amor mata (aunque no mate a todo el mundo) como matan la ambición y la envidia.</div>
<br />
<div class="m_151378341673054092button" style="background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid rgb(63, 63, 65); color: white; font-family: arial; font-size: 16px; line-height: 16px; text-align: center;">
<br />
<div>
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3Df4ec0bfb69%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNH2IJbtDP1ZTZuXo6LgsYMq2iuTZg" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=f4ec0bfb69&e=b6fbb769d9" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration-line: none;" target="_blank">Más información</a></div>
</div>
<div class="m_151378341673054092upperContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: helvetica; font-size: 12px; line-height: 21.6px;">
</div>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
<tr><td width="35"><br /></td><td id="m_151378341673054092upperContentImage" valign="top" width="250"><br />
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D22fc879dcd%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNFlcTej4ylDxgoSdimI5UO31IUuOg" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=22fc879dcd&e=b6fbb769d9" target="_blank"><img alt="" border="0" class="CToWUd" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEiJHX2T5iNdgkOxYU_y4rsUE1Fg4RPUU3lD4HpbHWRQoJ0xkwBjiL2YTiRHdrnknGeeM2WS3J8Rk1GK6lqKcgHOqsspQsKDowegw8f8uZeYOrxQWLBls3cVRlqgNXljXobOUHBDbhM_EyBocZwg21oFILn1CZ01nWrahGHsN42UrsJ86Yn2tOqCjZd-T_VqDI3LzBZhyphenhyphenIODaVDyRAEvUJ5PmwpWevbx5Q=s0-d-e1-ft" style="border: none; display: block; margin: 0px; max-width: 250px; outline: none; padding: 0px; text-decoration-line: none;" width="250" /></a></td><td width="30"><br /></td><td id="m_151378341673054092main" valign="top" width="250"><br />
<div class="m_151378341673054092upperContentCopy" style="color: #323232; font-family: helvetica; font-size: 14px; line-height: 25.2px;">
José María Collado<br />
<span style="font-size: 40px;"><strong>El mundo secreto de Arturo Soto</strong></span><br />
Narración ágil y entretenida del drama personal de Arturo Soto, profesor de Universidad y escritor novel que se desvive por su familia y que inicia la búsqueda de un pasado oculto por la mentira. A pesar de sus vicisitudes en esos viajes acompañado de su hijo, no dudará en remover todos los obstáculos que le van surgiendo, hasta que siente que sus obligaciones le superan y toma una decisión difícil que cambiará por completo su vida y la de su familia.<br />
Una interesante reflexión sobre la vida, la comunicación entre las personas y la búsqueda de la verdad. </div>
<br />
<div class="m_151378341673054092button" style="background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid rgb(63, 63, 65); color: white; font-family: arial; font-size: 16px; line-height: 16px; text-align: center;">
<br />
<div>
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage1.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3Dd22e18061c%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNG0Dy2Pvk37qrOCyBOxzrxMhus_2g" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage1.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=d22e18061c&e=b6fbb769d9" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration-line: none;" target="_blank">Más información</a></div>
</div>
<div class="m_151378341673054092upperContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: helvetica; font-size: 12px; line-height: 21.6px;">
</div>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
<tr><td width="35"><br /></td><td id="m_151378341673054092upperContentImage" valign="top" width="250"><br />
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D5fcbde12f3%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNHc6Ck4HTGFjUYrHzDmbFCLnUJJYg" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=5fcbde12f3&e=b6fbb769d9" target="_blank"><img alt="" border="0" class="CToWUd" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEhVsu_PfDJ8jM-td8aEFrehwcuv7An8cyXxs3dBPxMGXA2ZzCxsUcXkr7nzDV8XFpY8LJsesw4ku33WR414JQf0upmyNzra_1MZySH9RrtVXq_xR4LM3H6j99XrRVwJ9GnFWjrEglEgaKUs3IoFOnoa-SgLj3y7qp54NFjJVuxZh6k_7Sa4TIP0fZI0C8qQeNQlbTKkuwEex5HQH0RoHWhudlvCCcQeWvUrQ87tGA=s0-d-e1-ft" style="border: none; display: block; margin: 0px; max-width: 250px; outline: none; padding: 0px; text-decoration-line: none;" width="250" /></a></td><td width="30"><br /></td><td id="m_151378341673054092main" valign="top" width="250"><br />
<div class="m_151378341673054092upperContentCopy" style="color: #323232; font-family: helvetica; font-size: 14px; line-height: 25.2px;">
<span style="font-size: 20px;">El estudio clásico y fundamental sobre</span><br />
<span class="m_151378341673054092title" style="color: #202020; font-family: "helvetica"; font-size: 46px; font-weight: bold; line-height: 34.5px; padding-bottom: 10px;">El Greco</span><br />
<br />
EDICIÓN ILUSTRADA, ANOTADA Y ACTUALIZADA<br />
Indispensable para conocer y comprender no solo al gran maestro si no a su época y su influencia incuestionable e indiscutible en el arte moderno.</div>
<br />
<div class="m_151378341673054092button" style="background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid rgb(63, 63, 65); color: white; font-family: arial; font-size: 16px; line-height: 16px; text-align: center;">
<br />
<div>
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D1ac5917f3c%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNGUrSDI8gbuyUB5RThHhAVIeZQjaA" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=1ac5917f3c&e=b6fbb769d9" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration-line: none;" target="_blank">Más información</a></div>
</div>
<div class="m_151378341673054092upperContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: helvetica; font-size: 12px; line-height: 21.6px;">
</div>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
<tr><td align="center" valign="top"><br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" id="m_151378341673054092lowerContent" style="background-color: #faf9f5; border-radius: 5px; border: 1px solid rgb(203, 198, 181);"><tbody>
<tr><td align="center" valign="top"><br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 600px;"><tbody>
<tr><td align="center" valign="top"><table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 600px;"><tbody>
<tr><td width="35"><br /></td><td valign="top"><br />
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3Dadc4170dbf%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNFI5KGkpRhNM0Jn67Ce9p8OGxIkRg" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=adc4170dbf&e=b6fbb769d9" target="_blank"><img alt="" border="0" class="m_151378341673054092lowerContentImage CToWUd" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEgkSCwn3kZjd1Rd3C1jfC2ebz0HC2BWfNf5Znx1ccX3b4pcKiHj8geU-Op36gfRSqds9LBx-4CAQiPKvc6CN_W1jXqD05ejp3AfQVD4X2HNCRxmng1oN-JUJIDYnN1qTcK3NROOS3qIuRcEW-RKoBq773sStrrrAXh5I_fcOJuRrf0sg3JmhLSDhjz3oJFa5ya5FYSRbQ_lpmitTxqtltDs8wkxP-dFsw=s0-d-e1-ft" style="background-color: #ebe9e5; border: 1px solid rgb(215, 213, 201); display: block; height: auto; margin: 0px; max-width: 135px; outline: none; padding: 5px; text-decoration-line: none;" width="135" /></a></td><td width="30"><br /></td><td valign="top"><br />
<div class="m_151378341673054092lowerContentCopy" style="color: #323232; font-family: helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
<span style="font-size: 14px;">Textos fundamentales</span><br />
<span style="color: #202020; font-size: large;"><strong>Brujería y exorcismos en España</strong></span> Ocho documentos esenciales, con cerca de medio millar de interesantes y curiosas notas, para conocer el fenómeno de la brujería y las posesiones diabólicas en España... (<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D3caa53c445%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNHGGN4LE-LS8sWDW_Bmt_rktzzNOA" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=3caa53c445&e=b6fbb769d9" style="color: #505050;" target="_blank">leer más</a>).</div>
<br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 350px;"><tbody>
<tr><td align="center" valign="middle" width="150"><div class="m_151378341673054092button" style="background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid rgb(63, 63, 65); color: white; font-family: helvetica; font-size: 14px; line-height: 14px;">
<br />
<div>
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D48878aae8d%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNEXt_rlzgRF5i49LsPkRjE95QaGyw" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=48878aae8d&e=b6fbb769d9" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration-line: none;" target="_blank">De venta solo en amazon</a></div>
</div>
</td><td width="10"><br /></td><td align="left" valign="middle" width="190"><div class="m_151378341673054092lowerContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
</div>
<br /></td></tr>
</tbody></table>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
<tr><td align="center" valign="top"><table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="border-top: 2px solid rgb(215, 213, 201); width: 600px;"><tbody>
<tr><td width="35"><br /></td><td class="m_151378341673054092repeatableLowerContentLeft" valign="top" width="150"><br />
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D9e82954a02%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNE6EugzUlh59nesfl8c9rmr38qUiw" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=9e82954a02&e=b6fbb769d9" target="_blank"><img alt="" border="0" class="m_151378341673054092lowerContentImage CToWUd" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEjc8hE0E5XUL5wa_babZEDgabawpmRSyJ3lUAV1QVMlWC_7Keeaza8PlB7osTmFLcsacDfwY__5ypesVx5aamQl_XvZuP1AAraMazBF7H5U0rIf4BAxVIBRVccnsfJVg4crKoCL5sfuarJPYgDoCMK_k-Zu0lx1-hRd1qhhnn6EUkLk8ivTq9HxgVwkSv6qaC2ar8tinMWT59GCmPp24wZOadKVQxQA5w=s0-d-e1-ft" style="background-color: #ebe9e5; border: 1px solid rgb(215, 213, 201); display: block; height: auto; margin: 0px; max-width: 135px; outline: none; padding: 5px; text-decoration-line: none;" width="135" /></a></td><td width="30"><br /></td><td align="left" class="m_151378341673054092repeatableLowerContentRight" valign="top" width="350"><br />
<div class="m_151378341673054092lowerContentCopy" style="color: #323232; font-family: helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
Darío de Regoyos y Émile Verhaeren<br />
<span style="color: #202020; font-size: large;"><strong>España negra</strong></span><br />
Sí, la manida expresión "España negra" viene de este libro. En él, Darío Regoyos nos traduce y transcribe las tétricas impresiones del gran poeta belga Émile Verhaeren, tras un viaje de ambos por la península en 1888. Esas impresiones, Regoyos las funde y confunde con las suyas propias trasladadas al texto y a unos magníficos grabados y xilografías que, por supuesto, se reproducen en nuestra edición</div>
<br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 350px;"><tbody>
<tr><td align="center" valign="middle" width="150"><div class="m_151378341673054092button" style="background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid rgb(63, 63, 65); color: white; font-family: helvetica; font-size: 14px; line-height: 14px;">
<br />
<div>
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D065b02c384%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNGzia2LN7Fw2YKjDlM8pDy98ZC-LA" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=065b02c384&e=b6fbb769d9" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration-line: none;" target="_blank">De venta solo en amazon</a></div>
</div>
</td><td width="10"><br /></td><td align="left" valign="middle" width="190"><div class="m_151378341673054092lowerContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
</div>
<br /></td></tr>
</tbody></table>
</td><td width="35"></td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
</tbody></table>
Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-59346568226399698942018-05-19T13:48:00.002-07:002018-05-19T13:48:09.288-07:00<br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" id="upperContent" style="background: url("https://gallery.mailchimp.com/0d61bb2ec9002f0e9872b8c36/images/bg_main.png") left bottom repeat-x rgb(250, 249, 244); border-radius: 5px; border: 1px solid rgb(203, 198, 181); box-shadow: rgb(204, 204, 204) 0px 0px 5px; color: black;"><tbody>
<tr mc:repeatable="repeat_1" mc:repeatindex="0"><td id="upperContentImage" valign="top" width="250"><br />
<a href="https://www.lecturas-hispanicas.com/" target="_blank"><img alt="" border="0" src="https://gallery.mailchimp.com/fa809000abc5905fe0a7163c0/_compresseds/bbca0545-d0b3-4697-98c7-7bd9837683c4.jpg" style="border: none; display: inline; height: auto; margin: 0px; max-width: 250px; outline: none; padding: 0px; text-decoration-line: none;" width="250" /></a></td><td width="30"><br /></td><td id="main" valign="top" width="250"><br />
<div class="upperContentCopy" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 14px; line-height: 25.2px;">
<span style="font-size: 20px;">Presentación de la última novela de José María Collado</span><br />
<span class="title" style="color: #202020; font-size: 46px; font-weight: bold; line-height: 34.5px; padding-bottom: 10px;">Invitación</span>Os invitamos a pasar un buen rato con José María Collado. La sesión la presidirá Arcadio Muñoz, y Servando Gotor nos presentará al autor, profundizando en el conocimiento de su apasionante mundo interior, ya conocido por muchos de vosotros. Finalmente, se abrirá un debate en el que podremos participar todos.</div>
</td></tr>
</tbody></table>
Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-76812150663738411272017-09-28T08:42:00.001-07:002017-09-28T08:42:01.473-07:00"METÁSTASIS". La última novela de Javier Iribarren<br />
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span id="goog_1251632015"></span><a href="https://www.casadellibro.com/libro-metastasis/9788477683209/5533211" target="_blank"><img border="0" data-original-height="464" data-original-width="300" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiP6Us1n3zpCW0TDD6Qds_JXCz2UnBvjtMkbovSJL8uQSx9yCANWnQaokig5ICUiBNDLgjr19KkBq4fctGj0ya3Hm6WE4jagH3tJxBpgwvRcs3YdHv_Tct2kpd7rZNzekAOkJLK4tAIbmY/s400/MET%25C3%2581STASIS+-+Javier+Iribarren.jpg" width="257" /><span id="goog_1251632016"></span></a><span id="goog_1251632010"></span><span id="goog_1251632011"></span></div>
<span id="goog_1251632002"></span><a href="https://www.blogger.com/"></a><span id="goog_1251632003"></span><br />
<div style="text-align: center;">
<a href="https://www.blogger.com/"></a><br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="text-align: center;">
<br /></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
Acabo de leer la segunda novela de Javier Iribarren. En la primera (<a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com.es/2014/11/ayer-presentamos-en-zaragoza-interino.html" target="_blank"><i>Interino</i></a>, 2014), ya prometía, por supuesto, pero en esta se ha desatado y ha conseguido un trabajo que ronda la perfección. Y si en aquella aseguraba su autor que no habría película, esta parece un auténtico guión cinematográfico. Proyección (valga el término) que la propia narradora deja entrever en una de sus muchas confesiones.</div>
<div style="text-align: justify;">
Si la mirada de Iribarren era ya muy crítica con la corrupción político/funcionarial en "Interino", aquí golpea de frente y sin miramientos a la responsabilidad principal: la de todos nosotros, la del hombre de a pie, la de la gran masa sumisa y obediente que sostiene este hipócrita sistema presidido por lo políticamente correcto. No deja títere con cabeza. Y todo con el humor corrosivo que ya asomaba en "Interino" pero que aquí se extrema con total acierto, lo que por lo demás y junto con muchas otras virtudes de la novela, hace que su lectura enganche y cueste interrumpirla. Lo dicho, se mete con todos y con todo. Constituye un retrato perfecto del hombre-masa medio que la prensa y televisión moldean: el feliz idiota que no es que no vea más allá de sus narices, sino que solo ve por las de los líderes sociales vacíos y de cartón piedra que nos dominan. "Quieren loros. Prohibido pensar". Aquí hay para todos. Sin miramientos, sin tonterías: a calzón quitado. Emplea términos que están en la calle pero con el micrófono abierto. Habla de pesebreros, por supuesto. Se refiere a los banqueros catalanes que usan y abusan de los empleados como los "putos catalanes"; alude a moros y charnegos; a maricas que alardean de serlo; al País Vasco, donde "la rueda nacionalista campa a sus anchas, señalando a los infieles que no comulgan con el credo" (el protagonista se suena los mocos con una ikurriña, diciendo que no es la primera vez que lo hace); a la plaga de nombres gilipollas que nos invade ("Manuel. No vacilamos con el nombre... queríamos huir de las tendencias, de ese dandismo paleto que predomina en los padres de hoy... ¿puede llegar a viejo alguien llamado Joel?"); a la fealdad de la vejez ("la edad se ensaña con las nalgas"), sin olvidarse de las nuevas tribus: los <i>loser</i>, los <i>runner,</i> los <i>hipster</i>, los <i>pijipis</i>... Si no llevas su uniforme... "Mi traje -dice el protagonista- desviste su fondo de rencor social". O a las modas/imposiciones pijas: desde el alquiler en grupo de casas rurales que suele acabar como el rosario de la aurora, hasta veranear en Zahara de los Atunes, pasando por los juegos de mesa o el apadrinamiento de un niño... a distancia, claro; pagando unos eurillos al mes y recibiendo puntualmente una fotografía de... vaya usted a saber. Modas. Cosas que hay que hacer.</div>
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Lenguaje sin trabas, algo a lo que no estamos acostumbrados. Llamando, como se llama en la calle, por lo demás -aunque hasta eso está en peligro- a cada cosa por su nombre: "Fue un polvo más, incluso decepcionante. El primer tipo que pronunció '¡Vaya jaca!' debió de toparse con alguien como Annette. Su corpulencia entorpecía la unidad de acción que requiere el sexo compartido. Sí, fue decepcionante".</div>
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¿Y el contexto? ¿La historia? Rabiosamente actual: el protagonista es un joven empleado de banca que se ha puesto las botas vendiendo <i>preferentes</i>... ¿Resultado? La ruina de muchas familias. El padre de una de ellas, desesperado, se presenta en la oficina de aquel y le asesta un disparo. Nuestro hombre queda postrado en una cama. Y desde allí, con la colaboración profesional (lo que quiere decir, pagada) de una periodista que trabaja en un periódico que "no lo lee ni el Tato" y ha hecho sus pinitos literarios, urde dos tramas: la primera escribir una novela; la segunda no la desvelo porque afecta al desenlace final.</div>
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Así que estamos -y entro ahora en el estilo literario- en <i>una novela dentro de una novela</i>. Algo que por muy usado no deja de ser apasionante si se sabe hacer. Y aquí se sabe porque hay oficio. Evidentemente. De entrada, permite a sus personajes/coautores (el protagonista en cama y la periodista/narradora) establecer su particular visión sobre la forma de novelar; en definitiva, asentar sus personales poéticas. Así se avanza el comienzo (literariamente brutal) de <i>la novela dentro de la novela</i>. Merece la pena reseñarlo. El encamado protagonista lo recita mientras su colaboradora lo graba:</div>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
-<i>Veintisiete minutos. El cura rogaba por el difunto, los viejos rogaban por el difunto, las nietas también rogaban por el difunto, pero a mí, el recuerdo de la tronca de la portada, con los pechos descubiertos y su sexo asilvestrado, me...</i></div>
<div style="text-align: justify;">
Llegados a este punto detuve la grabadora y me erguí con brusquedad del asiento.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Un momento Luis, ¿qué?, ¿es?, ¿esto?</div>
<div style="text-align: justify;">
-¿Qué te pasa, Carlota? Siéntate.</div>
<div style="text-align: justify;">
-Pensaba que íbamos a hacer una biografía. ¡Joder! -exclamé alterada- ¿Quieres que escriba eso? ¿En serio? ¿Qué vas, de Bukowsky?</div>
<div style="text-align: justify;">
(...)</div>
<div style="text-align: justify;">
-Creo que te dejé claro que no era una biografía al uso. Es literatura...</div>
</blockquote>
</div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
Por lo demás, y en cuanto al autor, hace como Hitchcock: asomar el morro, al menos una vez de manera explícita. Porque implícitamente, quien ya lo ha leído, reconoce su sombra -y me niego a decir "alargada", a pesar de mi admiración por Delibes-; esa sombra que transita por por todos los rincones de la novela.</div>
<div style="text-align: justify;">
En fin, un relato veraz. Un auténtico retrato (como ya lo fue "Interino") de esta sociedad nuestra de neolenguaje y postverdad. Con un par. Como se dice aquí: al pan pan, y al vino vino. Y, en definitiva y como ya dijo el poeta (un tal Keats): <i>belleza es verdad y verdad es belleza.</i> Punto.</div>
<br />
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Servando Gotor</div>
</div>
Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-83897353167705176082017-02-13T10:26:00.001-08:002019-02-19T04:07:30.799-08:00HIPATIA, LOS AMANTES DE TERUEL, Y ALGUNAS IDEAS MÁS PARA SAN VALENTÍN<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" id="m_151378341673054092templateWrapper" style="width: 600px;"><tbody>
<tr><td id="m_151378341673054092templateHeader" style="background-color: #faf9f4; background-image: url(https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEhhZ_bL0nmJtAMpKTaCMxSK2w8ty-6nh89gVePM9JNmYRNdPFLQXBdlCMFIXMOeSbUo6BmJmScTJtSo3yp2XshsZ6mRJStybM4LaAJHrBgajLxbbs5s223q8V9tvF-5Uon4beISxduxaDEYMFd5bFPd_eV8yaK4iMCkvICxSgDOV4Opw9ENZruT0gLN=s0-d-e1-ft); background-position: bottom left; background-repeat: repeat-x; background: #faf9f4 url("https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEhhZ_bL0nmJtAMpKTaCMxSK2w8ty-6nh89gVePM9JNmYRNdPFLQXBdlCMFIXMOeSbUo6BmJmScTJtSo3yp2XshsZ6mRJStybM4LaAJHrBgajLxbbs5s223q8V9tvF-5Uon4beISxduxaDEYMFd5bFPd_eV8yaK4iMCkvICxSgDOV4Opw9ENZruT0gLN=s0-d-e1-ft") repeat-x bottom left; border-radius: 5px; border: 1px solid #cbc6b5; color: #252525; font-family: Helvetica; font-size: 36px; font-weight: bold; line-height: 450%;" valign="middle" width="600"><table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 600px;"><tbody>
<tr><td id="m_151378341673054092headerImage" style="text-align: center;" valign="middle" width="530"><div style="text-align: center;">
<strong><u><a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D8ce1ae83b6%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154917000&usg=AFQjCNF9FnmsoZ7HW3gSKeX5gan_9bGCTQ" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=8ce1ae83b6&e=b6fbb769d9" style="color: #252525; font-weight: normal; text-decoration: underline;" target="_blank">lecturas-hispanicas.com</a></u></strong></div>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
<tr><td align="center" valign="top"><br />
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<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" id="m_151378341673054092upperContent" style="background-color: #faf9f4; background-image: url(https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEiEZYVaFEtaVoygebUoDogBjVDE-yRPmGWXfX41sI2ULFZVKw5WxCU1gejQITfCRcNItHXZRPKsSPVWmL2vlBFs4eb5pmuPzSNLXHE7KrRO3wdqZBEU8ciHCNpqoWzrQ5lxfijGvYmFFoNg5UFlI-_bHpeffQa7YJZegX7p143AkKDTlNhX4WYKGg=s0-d-e1-ft); background-position: bottom left; background-repeat: repeat-x; background: #faf9f4 url("https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEiEZYVaFEtaVoygebUoDogBjVDE-yRPmGWXfX41sI2ULFZVKw5WxCU1gejQITfCRcNItHXZRPKsSPVWmL2vlBFs4eb5pmuPzSNLXHE7KrRO3wdqZBEU8ciHCNpqoWzrQ5lxfijGvYmFFoNg5UFlI-_bHpeffQa7YJZegX7p143AkKDTlNhX4WYKGg=s0-d-e1-ft") repeat-x bottom left; border-radius: 5px; border: 1px solid #cbc6b5; text-align: left;"><tbody>
<tr><td width="35"><br /></td><td id="m_151378341673054092upperContentImage" valign="top" width="250"><br />
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D1478ef3c15%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154917000&usg=AFQjCNETR7341zpd1wAoro88eEBDim2A2w" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=1478ef3c15&e=b6fbb769d9" target="_blank"><img alt="" border="0" class="CToWUd" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEisDjBYH-z0amtCxKu0kclo2UAbW5AnF9Rw6dm8iNx5Ac1QmzGzZ-1DF-2y_Ik_YI8ywPecSzL-W6nS6mljW4SVyNTNp1OZkaFnUt88MfHjZTXLkC44SpikGjp0rQUqjQMUQfctwtQ_hCGBNqNOrY2PvWCKxJXTs6Hvfx58CfgHrJUKOgTaSI9U6FvgD5KvBSGFNNBDC9K91Dq0RyDebF_186ZSAyxnf3qvgLnxKA=s0-d-e1-ft" style="border: none; display: inline; height: auto; margin: 0; max-width: 250px; outline: none; padding: 0; text-decoration: none;" width="250" /></a> </td><td width="30"><br /></td><td id="m_151378341673054092main" valign="top" width="250"><br />
<div class="m_151378341673054092upperContentCopy" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 14px; line-height: 180%;">
<span style="font-size: 20px;">Un clásico best-seller sobre las raíces del pensamiento occidental</span><br />
<span class="m_151378341673054092title" style="color: #202020; font-family: "helvetica"; font-size: 46px; font-weight: bold; line-height: 75%; padding-bottom: 10px;">Hipatia</span> Siglo IV de nuestra era. El cristianismo acaba siendo la religión del Imperio romano. En el delta del Nilo, Alejandría, la gran ciudad griega de Egipto, conservadora del saber clásico en su gran Biblioteca, luz del Mediterráneo con su monumental Faro, y cabeza de la investigación humanística y científica en su Museo, la vieja religión pagana alienta su último estertor en su lucha contra un cristianismo que trata de emerger de sus propias contradicciones y radicalismos internos.</div>
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<div class="m_151378341673054092button" style="background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid #3f3f41; color: white; font-family: Arial; font-size: 16px; line-height: 100%; text-align: center;">
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<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage2.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3Dafe9d6aee4%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154917000&usg=AFQjCNHxbVWE5IHNLLBRLyAQegLtpvO66Q" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage2.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=afe9d6aee4&e=b6fbb769d9" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration: none;" target="_blank">En amazon a un precio increíble</a></div>
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<div class="m_151378341673054092upperContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 180%;">
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D158e4f003e%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154917000&usg=AFQjCNFYhNUlO7Zyo7ALT2Nn0a_CUiQ-mQ" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=158e4f003e&e=b6fbb769d9" style="color: #505050; font-weight: normal; text-decoration: underline;" target="_blank">Más información pinchando aquí</a></div>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
<tr><td width="35"><br /></td><td id="m_151378341673054092upperContentImage" valign="top" width="250"><br />
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3Dabba18ab13%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154917000&usg=AFQjCNGdrbklwFb8YhiPmFz2MvNYDU0H8w" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=abba18ab13&e=b6fbb769d9" target="_blank"><img alt="" border="0" class="CToWUd" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEh4Ne8mG2-O8M7i_ExxpnBJMfRlaXZxH_6d6jEHHb3FBX35VjGJrtxlUKG6ypfMTVBjfw55JpeFV_PA6-cXEtBxRggjEjpeI4nC0MHYW1jgIAiuSiMlvuBst3pi-oKi6LJGEiqN2dONM2jL3llN2kWUVa732o8sPWUQ8b4XFHcRoN-9GI2LPjYv03o_y6bCTid2k7dJhB5cwCuVmff0BLT8RCsVWkGHlg=s0-d-e1-ft" style="border: none; display: block; margin: 0; max-width: 250px; outline: none; padding: 0; text-decoration: none;" width="250" /></a> </td><td width="30"><br /></td><td id="m_151378341673054092main" valign="top" width="250"><br />
<div class="m_151378341673054092upperContentCopy" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 14px; line-height: 180%;">
Mariano José de Larra<br />
<strong style="color: #202020; font-size: 32px; line-height: 34px;">El amor, mata.</strong><br />
Si se oyese decir que el final de su obra es inverosímil, que el amor no mata a nadie, puede responder que es un hecho consignado en la historia; que los cadáveres se conservan en Teruel y la posibilidad en los corazones sensibles; que las penas y las pasiones han llenado más cementerios que los médicos y los necios; que el amor mata (aunque no mate a todo el mundo) como matan la ambición y la envidia.</div>
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<div class="m_151378341673054092button" style="background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid #3f3f41; color: white; font-family: Arial; font-size: 16px; line-height: 100%; text-align: center;">
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<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3Df4ec0bfb69%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNH2IJbtDP1ZTZuXo6LgsYMq2iuTZg" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=f4ec0bfb69&e=b6fbb769d9" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration: none;" target="_blank">Más información</a></div>
</div>
<div class="m_151378341673054092upperContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 180%;">
</div>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
<tr><td width="35"><br /></td><td id="m_151378341673054092upperContentImage" valign="top" width="250"><br />
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D22fc879dcd%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNFlcTej4ylDxgoSdimI5UO31IUuOg" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=22fc879dcd&e=b6fbb769d9" target="_blank"><img alt="" border="0" class="CToWUd" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEiJHX2T5iNdgkOxYU_y4rsUE1Fg4RPUU3lD4HpbHWRQoJ0xkwBjiL2YTiRHdrnknGeeM2WS3J8Rk1GK6lqKcgHOqsspQsKDowegw8f8uZeYOrxQWLBls3cVRlqgNXljXobOUHBDbhM_EyBocZwg21oFILn1CZ01nWrahGHsN42UrsJ86Yn2tOqCjZd-T_VqDI3LzBZhyphenhyphenIODaVDyRAEvUJ5PmwpWevbx5Q=s0-d-e1-ft" style="border: none; display: block; margin: 0; max-width: 250px; outline: none; padding: 0; text-decoration: none;" width="250" /></a> </td><td width="30"><br /></td><td id="m_151378341673054092main" valign="top" width="250"><br />
<div class="m_151378341673054092upperContentCopy" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 14px; line-height: 180%;">
José María Collado<br />
<span style="font-size: 40px;"><strong>El mundo secreto de Arturo Soto</strong></span><br />
Narración ágil y entretenida del drama personal de Arturo Soto, profesor de Universidad y escritor novel que se desvive por su familia y que inicia la búsqueda de un pasado oculto por la mentira. A pesar de sus vicisitudes en esos viajes acompañado de su hijo, no dudará en remover todos los obstáculos que le van surgiendo, hasta que siente que sus obligaciones le superan y toma una decisión difícil que cambiará por completo su vida y la de su familia.<br />
Una interesante reflexión sobre la vida, la comunicación entre las personas y la búsqueda de la verdad. </div>
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<div class="m_151378341673054092button" style="background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid #3f3f41; color: white; font-family: Arial; font-size: 16px; line-height: 100%; text-align: center;">
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<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage1.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3Dd22e18061c%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNG0Dy2Pvk37qrOCyBOxzrxMhus_2g" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage1.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=d22e18061c&e=b6fbb769d9" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration: none;" target="_blank">Más información</a></div>
</div>
<div class="m_151378341673054092upperContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 180%;">
</div>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
<tr><td width="35"><br /></td><td id="m_151378341673054092upperContentImage" valign="top" width="250"><br />
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D5fcbde12f3%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNHc6Ck4HTGFjUYrHzDmbFCLnUJJYg" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=5fcbde12f3&e=b6fbb769d9" target="_blank"><img alt="" border="0" class="CToWUd" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEhVsu_PfDJ8jM-td8aEFrehwcuv7An8cyXxs3dBPxMGXA2ZzCxsUcXkr7nzDV8XFpY8LJsesw4ku33WR414JQf0upmyNzra_1MZySH9RrtVXq_xR4LM3H6j99XrRVwJ9GnFWjrEglEgaKUs3IoFOnoa-SgLj3y7qp54NFjJVuxZh6k_7Sa4TIP0fZI0C8qQeNQlbTKkuwEex5HQH0RoHWhudlvCCcQeWvUrQ87tGA=s0-d-e1-ft" style="border: none; display: block; margin: 0; max-width: 250px; outline: none; padding: 0; text-decoration: none;" width="250" /></a> </td><td width="30"><br /></td><td id="m_151378341673054092main" valign="top" width="250"><br />
<div class="m_151378341673054092upperContentCopy" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 14px; line-height: 180%;">
<span style="font-size: 20px;">El estudio clásico y fundamental sobre</span><br />
<span class="m_151378341673054092title" style="color: #202020; font-family: "helvetica"; font-size: 46px; font-weight: bold; line-height: 75%; padding-bottom: 10px;">El Greco</span><br />
<br />
EDICIÓN ILUSTRADA, ANOTADA Y ACTUALIZADA<br />
Indispensable para conocer y comprender no solo al gran maestro si no a su época y su influencia incuestionable e indiscutible en el arte moderno.</div>
<br />
<div class="m_151378341673054092button" style="background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid #3f3f41; color: white; font-family: Arial; font-size: 16px; line-height: 100%; text-align: center;">
<br />
<div>
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D1ac5917f3c%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNGUrSDI8gbuyUB5RThHhAVIeZQjaA" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=1ac5917f3c&e=b6fbb769d9" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration: none;" target="_blank">Más información</a></div>
</div>
<div class="m_151378341673054092upperContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 180%;">
</div>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
<tr><td align="center" valign="top"><br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" id="m_151378341673054092lowerContent" style="background-color: #faf9f5; border-radius: 5px; border: 1px solid #cbc6b5; text-align: left;"><tbody>
<tr><td align="center" valign="top"><br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 100%px;"><tbody>
<tr><td align="center" valign="top"><table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 100%px;"><tbody>
<tr><td width="35"><br /></td><td valign="top"><br />
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3Dadc4170dbf%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNFI5KGkpRhNM0Jn67Ce9p8OGxIkRg" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=adc4170dbf&e=b6fbb769d9" target="_blank"><img alt="" border="0" class="m_151378341673054092lowerContentImage CToWUd" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEgkSCwn3kZjd1Rd3C1jfC2ebz0HC2BWfNf5Znx1ccX3b4pcKiHj8geU-Op36gfRSqds9LBx-4CAQiPKvc6CN_W1jXqD05ejp3AfQVD4X2HNCRxmng1oN-JUJIDYnN1qTcK3NROOS3qIuRcEW-RKoBq773sStrrrAXh5I_fcOJuRrf0sg3JmhLSDhjz3oJFa5ya5FYSRbQ_lpmitTxqtltDs8wkxP-dFsw=s0-d-e1-ft" style="background-color: #ebe9e5; border: 1px solid #d7d5c9; display: block; height: auto; margin: 0; max-width: 135px; outline: none; padding: 5px; text-decoration: none;" width="135" /></a> </td><td width="30"><br /></td><td valign="top"><br />
<div class="m_151378341673054092lowerContentCopy" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 150%;">
<span style="font-size: 14px;">Textos fundamentales</span><br />
<span style="color: #202020; font-size: large;"><strong>Brujería y exorcismos en España</strong></span> Ocho documentos esenciales, con cerca de medio millar de interesantes y curiosas notas, para conocer el fenómeno de la brujería y las posesiones diabólicas en España... (<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D3caa53c445%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNHGGN4LE-LS8sWDW_Bmt_rktzzNOA" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=3caa53c445&e=b6fbb769d9" style="color: #505050; font-weight: normal; text-decoration: underline;" target="_blank">leer más</a>).</div>
<br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 350px;"><tbody>
<tr><td align="center" valign="middle" width="150"><div class="m_151378341673054092button" style="background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid #3f3f41; color: white; font-family: Helvetica; font-size: 14px; line-height: 100%; text-align: center;">
<br />
<div>
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D48878aae8d%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNEXt_rlzgRF5i49LsPkRjE95QaGyw" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=48878aae8d&e=b6fbb769d9" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration: none;" target="_blank">De venta solo en amazon</a></div>
</div>
</td><td width="10"><br /></td><td align="left" valign="middle" width="190"><div class="m_151378341673054092lowerContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 150%;">
</div>
<br /></td></tr>
</tbody></table>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
<tr><td align="center" valign="top"><table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="border-top: 2px solid #d7d5c9; width: 100%px;"><tbody>
<tr><td width="35"><br /></td><td class="m_151378341673054092repeatableLowerContentLeft" valign="top" width="150"><br />
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D9e82954a02%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNE6EugzUlh59nesfl8c9rmr38qUiw" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=9e82954a02&e=b6fbb769d9" target="_blank"><img alt="" border="0" class="m_151378341673054092lowerContentImage CToWUd" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/proxy/AVvXsEjc8hE0E5XUL5wa_babZEDgabawpmRSyJ3lUAV1QVMlWC_7Keeaza8PlB7osTmFLcsacDfwY__5ypesVx5aamQl_XvZuP1AAraMazBF7H5U0rIf4BAxVIBRVccnsfJVg4crKoCL5sfuarJPYgDoCMK_k-Zu0lx1-hRd1qhhnn6EUkLk8ivTq9HxgVwkSv6qaC2ar8tinMWT59GCmPp24wZOadKVQxQA5w=s0-d-e1-ft" style="background-color: #ebe9e5; border: 1px solid #d7d5c9; display: block; height: auto; margin: 0; max-width: 135px; outline: none; padding: 5px; text-decoration: none;" width="135" /></a> </td><td width="30"><br /></td><td align="left" class="m_151378341673054092repeatableLowerContentRight" valign="top" width="350"><br />
<div class="m_151378341673054092lowerContentCopy" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 150%;">
Darío de Regoyos y Émile Verhaeren<br />
<span style="color: #202020; font-size: large;"><strong>España negra</strong></span><br />
Sí, la manida expresión "España negra" viene de este libro. En él, Darío Regoyos nos traduce y transcribe las tétricas impresiones del gran poeta belga Émile Verhaeren, tras un viaje de ambos por la península en 1888. Esas impresiones, Regoyos las funde y confunde con las suyas propias trasladadas al texto y a unos magníficos grabados y xilografías que, por supuesto, se reproducen en nuestra edición</div>
<br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 350px;"><tbody>
<tr><td align="center" valign="middle" width="150"><div class="m_151378341673054092button" style="background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid #3f3f41; color: white; font-family: Helvetica; font-size: 14px; line-height: 100%; text-align: center;">
<br />
<div>
<a data-saferedirecturl="https://www.google.com/url?hl=es&q=http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u%3Dfa809000abc5905fe0a7163c0%26id%3D065b02c384%26e%3Db6fbb769d9&source=gmail&ust=1487096154918000&usg=AFQjCNGzia2LN7Fw2YKjDlM8pDy98ZC-LA" href="http://lecturas-hispanicas.us6.list-manage.com/track/click?u=fa809000abc5905fe0a7163c0&id=065b02c384&e=b6fbb769d9" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration: none;" target="_blank">De venta solo en amazon</a></div>
</div>
</td><td width="10"><br /></td><td align="left" valign="middle" width="190"><div class="m_151378341673054092lowerContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 150%;">
</div>
<br /></td></tr>
</tbody></table>
</td><td width="35"></td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
</tbody></table>
<b></b><i></i><u></u><sub></sub><sup></sup><strike></strike><br />Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-44955839919059162402015-03-21T04:39:00.000-07:002015-03-21T04:39:25.658-07:00DÍAZ MIRÓN EN EL CENTENARIO DE LASCAS (J. Emilio Pacheco)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqe8W9HdoG3vGKxm8RbvMTZyJeOqFpfZDwaW8kyazWj4L3G00Me7qTHN_OpwMpXdOyxXgnzfRKsaceazUnw6nfZHQ5MzZoH97P37WdHsg3BzLgIh02URYiXbEzUOxA8ebENRM_m0U9-Is/s1600/lascas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqe8W9HdoG3vGKxm8RbvMTZyJeOqFpfZDwaW8kyazWj4L3G00Me7qTHN_OpwMpXdOyxXgnzfRKsaceazUnw6nfZHQ5MzZoH97P37WdHsg3BzLgIh02URYiXbEzUOxA8ebENRM_m0U9-Is/s1600/lascas.jpg" height="400" width="260" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
Una historia del siglo pasado. Qué es la "gloria" y para qué sirve. 1953. El puerto de Veracruz festeja el centenario de su mayor poeta, Salvador Díaz Mirón. Hay un concurso de ensayo literario en que los jurados son Alfonso Reyes y Julio Torri. Lo gana María Ramona Rey con La exploración de la rebeldía, libro que no aparece hasta 1974. Quedan como finalistas Alfonso Méndez Plancarte, Antonio Castro Leal (quien tampoco publica su trabajo hasta 1970), José Almoina, el sabio asesinado por Trujillo siete años después, y Pedro Caffarel Peralta.</div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
Se levanta una estatua de Díaz Mirón y llueven los comentarios: el índice apunta hacia el cementerio para indicar: "Allí están todos los que maté". El abrigo que le pusieron debe de asfixiar a la pobre estatua bajo el calor veracruzano. En un antecedente de las actuales "instalaciones" una ristra de pescaditos amanece colgada del dedo. En las escuelas los niños obligados a memorizar para su declamación los versos del bardo se desquitan con parodias: "Mamá, soy Paquito./ No haré travesuras, no echaré palito." Apenas ha transcurrido un cuarto de siglo desde su muerte en 1928. Viven muchas personas que lo conocieron y dicen: "Qué injusticia: el inteligente y el gran poeta fue su padre, don Manuel. Salvador era un pálido reflejo".</div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
Es el viejo cuento de "el idiota de la familia" que Sartre tomó en serio a propósito de Flaubert. Se remonta al Evangelio ("Cómo va a ser el Mesías si es el hijo del carpintero y yo jugaba con él en las calles de Nazaret") y tiene aplicación universal. Monterrey 1964: "Alfonsito no, el genio era su hermano Rodolfo Reyes". San Luis Misuri 1978: "Tom fue un producto de la publicidad, las inteligentes eran sus hermanas, las señoritas Eliot". Jerez 1984: "¿López Velarde gran poeta? No me haga reír. El Cabezón fue compañero de escuela de mi padre. Un imbécil. El peor de la clase".</div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<b>Quince mil ejemplares</b></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
1953 se ha vuelto una fecha tan lejana como 1787. No hay una sola "posteridad" sino una serie de posteridades cambiantes. El Salvador Díaz Mirón del 2001 es diferente en muchos sentidos. Lascas, el único libro que reconoció como suyo, apareció en el verano de hace un siglo. Lo imprimió el gobierno de Veracruz, entonces a cargo de Teodoro Dehesa. Se hicieron quince mil ejemplares, cifra que entre nosotros sólo han alcanzado ayer Amado Nervo y hoy Jaime Sabines. Se vendieron en quince mil pesos oro (unos quince millones actuales) al librero y editor Ramón Araluce. La cantidad se entregó al Colegio Preparatorio de Xalapa.</div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
Por aquellos años lord Alfred Douglas, Bosie, se alegraba en una carta de haber vendido quinientos ejemplares, lo mismo que los poetas más populares de Inglaterra, por ejemplo Rudyard Kipling. Para explicar el fenómeno deLascas necesitaríamos estudios que no tenemos sobre teoría de la recepción y la institución literaria de hace un siglo; es decir, la red de autores, profesores, editores, libreros, periódicos, revistas. En ausencia de todo esto sólo cabe proponer algunas hipótesis.</div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<b>La popularidad de Díaz Mirón</b></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
A partir de que hacia 1888, en Colombia, se habló por vez primera de una "literatura hispanoamericana" que reuniría en un conjunto más amplio a las que hasta entonces sólo pretendieron ser literaturas nacionales, hubo una intercomunicación que no se ha restaurado ni siquiera en la época de la internet, los numerosos "sitios" de poesía y los poetas vivos que se dan el lujo de tener su "página".</div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
Todo aquello fue obra de la primera globalización, el mercado mundial, y la aceleración de la historia provocada por el ferrocarril, el cable telegráfico y el trasatlántico. Pero nadie enviaba poemas por telégrafo, y si se piensa en las dificultades de alcanzar Buenos Aires vía Le Havre-Dakar o Valparaíso dando vuelta al Cabo de Hornos, y en que subir a Bogotá implicaba la navegación del Magdalena y recorrer un tramo de montaña, sorprende que Díaz Mirón fuera leído en todas partes. Tanto Rubén Darío como Leopoldo Lugones y Julio Herrera y Reissig, o en España Francisco Villaespesa, lo reconocieron como maestro. Es uno de los fundadores del modernismo al lado de José Martí, Manuel Gutiérrez Nájera, Julián del Casal y José Asunción Silva. Nadie hasta el momento le ha dado su lugar entre aquéllos.</div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
Quizá la explicación radique en la naturaleza portátil de la poesía. Los versos de Díaz Mirón eran reproducidos en cientos o miles de "sitios": anuarios, almanaques y sobre todo periódicos y revistas que llenaban con versos sus columnas verticales antes que la publicidad ocupara esos lugares. Existían la memorización y la recitación. La gente se veía expresada en los poemas como después en los boleros y ahora en el rock que cubren las necesidades sentimentales y estéticas.</div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
El Díaz Mirón leído en todo el ámbito de la lengua castellana no es el de Lascas sino el de su primera época: nuestro mejor poeta romántico que empieza donde termina Manuel Acuña y sintetiza y resuelve en un lenguaje de mayor musicalidad las lecciones de los dos poetas españoles más célebres de su tiempo: Ramón de Campoamor y Gaspar Núñez de Arce. La poesía realista anterior al modernismo ha caído desde hace un siglo en una zona de ilegibilidad similar a la que atravesó la lírica barroca. Díaz Mirón no es hoy víctima de esta ceguera porque, al modo hispanoamericano, combina muchos otros elementos que en Europa serían incompatibles.</div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
Debemos a Manuel Sol la posibilidad de leer a Díaz Mirón como antes de sus trabajos era imposible. Hizo la edición crítica de Lascas (Clásicos Mexicanos, Universidad Veracruzana, 1987) y la Poesía completa (Letras Mexicanas, Fondo de Cultura Económica, 1997), modelos en su género que ojalá fueran la base de una Biblioteca de México similar a la serie Library of America. Por Manuel Sol nos enteramos de que Lascas decepcionó al público del primer Díaz Mirón. En cambio, fascinó a los poetas, lo mismo a Manuel José Othón que a José Juan Tablada y Luis G. Urbina: "Ha escrito las estrofas más perfectas que pueda presentar hasta hoy la poesía mexicana".</div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<b>Parnasianismo, simbolismo, naturalismo</b></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
Díaz Mirón no había querido reunir sus poemas. Hubo un cuaderno de la serie El Parnaso Mexicano editada por Vicente Riva Palacio (1886) en que se basaron las Poesías(1895), impresas en Nueva York sin su consentimiento. Lo exasperaban las erratas que destruían su cuidado formal, así como la atribución de lo que no era suyo. Ocurrió con "Vieja ley", en realidad parte de Poemas sudras (1903), el primer libro de poemas militantes hecho en México, por Rafael de Zayas Enríquez, padre del vanguardista Marius de Zayas. "Vieja ley" figuró en sus compilaciones hasta que en 1947 Francisco González Guerrero demostró el error.</div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
A la revuelta individual y la vindicación de los derechos personales contra todas las formas del poder, los rasgos románticos de su primera época, opone el Díaz Mirón deLascas la pugna con los límites del idioma. No obstante, en ella el poeta sigue siendo el personaje y el teatro de su drama. Ahora el romántico es también parnasiano y simbolista, otra imposibilidad europea que en América se da sin conflicto. "Lascas": fragmentos que saltan del bloque trabajado por el cincel del escultor al que se asimila el poeta parnasiano. Música de Schubert y de Verdi, a la cual intenta aproximarse el simbolista para tocar lo indecible: </div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>Siempre aguijo el ingenio en la lírica: </i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>y él en vano al misterio se asoma</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>a buscar en la flor del Deseo </i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>vaso digno del puro Ideal.</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>¡Quién hiciera una trova tan dulce, que al espíritu fuese un aroma,</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>un ungüento de suaves caricias, </i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>con suspiros de luz musical! </i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
Otros de los grandes modernistas pasaron por alto a Les fleurs du mal. Díaz Mirón supo leer a Charles Baudelaire. Sin él no existiría "La Giganta": </div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>Es un monstruo que me turba. </i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>Ojo glauco y enemigo</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>como el vidrio de una rada </i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>con hondura que, por poca,</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>amenaza los bajeles </i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>con las uñas de la roca.</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>La nariz resulta grácil </i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>y aseméjase a un gran higo.</i> </div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
Las apropiaciones de Díaz Mirón se logran plenamente porque su base es un conocimiento a fondo de la poesía española. De allí "El fantasma" que encantaba a Juan Ramón Jiménez, el más descontentadizo de los críticos. En la cárcel tiene la visión de Cristo y la recoge en tercetos monorrimos: </div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>Y suele retornar; y me reintegra</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>la fe que salva y la ilusión que alegra:</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>y un relámpago enciende mi alma negra. </i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
El hábito de observar el modernismo sólo como un desprendimiento de la poesía francesa ha estorbado la consideración de otros modelos, sobre todo los italianos: Leopardi en Gutiérrez Nájera, su casi contemporáneo Gabrielle D'Annunzio en Díaz Mirón. No nada más los sonetos con ritornello: entonaciones y dicciones parecen afines en ambos poetas: </div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>Socchiusa é la finestra, sul giardino.</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>Un'ora passa lenta, sonnolenta.</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>Ed ella, ch'era attenta, s'addormenta</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>a quella voce che giú si lamenta</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>che si lamenta in fondo a quel giardino.</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>*</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>Semejas esculpida en el más fino</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>hielo de cumbre sonrojada al beso</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>del sol, y tienes ánimo travieso</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>y eres embriagadora como el vino.</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<b>Sexo y poesía en el novecientos</b></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
De la desigualdad nadie se salva. Hay poemas menos buenos que otros lo mismo en la obra vastísima de Pablo Neruda que en los rigurosísimos cuarenta que Díaz Mirón eligió para Lascas. El libro de poemas es un concepto reciente. Antes el poeta escribía toda su vida y a su muerte alguien juntaba lo disperso y lo publicaba sin pensar en un título. Así, Narciso Campillo y Correa llamó simplementeRimas, es decir, versos, poemas, a las composiciones de su amigo Gustavo Adolfo Bécquer. </div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
Lascas también es una reunión que no aspira a la unidad sino a la variedad. La suya no se detiene ante la incorporación poética de elementos naturalistas en un momento de máxima resistencia, cuando los periódicos llamaban a Zola "el cerdo mayor" y a Galdós "el cerdo menor". Nunca en la poesía mexicana la sexualidad había sido presentada en estos términos: </div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>Como viste ropaje tan leve,</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>me da pesadumbres,</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>pues él filtra y enseña vislumbres</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>de la carne de rosa y de nieve.</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>¡Y qué andar! La mocita se mueve</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>con garbo de chula.</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>Viene y va, y en la marcha modula</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>un canto de líneas:</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>y en las formas, apenas virgíneas,</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>una gracia de sierpe le undula. </i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
En este sentido "Idilio" es el poema central del libro porque desmantela la inercia de cultivar lo eglógico en tanto eufemismo o disfraz del acto sexual. Sus protagonistas no son nobles que huyen al campo para escapar de las tensiones de la corte, sino dos adolescentes pobres que se disponen a hacer lo mismo que la oveja y el borrego: </div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>La zagala se turba y empina...</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>Y alocada en la fiebre del celo,</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>lanza un grito de gusto y de anhelo...</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>¡Un cambujo patán se avecina!</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>Y en la excelsa y magnífica fiesta,</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>y cual mácula errante y funesta,</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>un vil zopilote resbala,</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>tendida e inmóvil el ala.</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<b>La maldición de las erratas</b></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
Es tan delicado el tejido de la poesía que basta la omisión o confusión de una letra para destruir el trabajo del verso. "Idilio" arrastró durante casi un siglo una errata señalada en 1992 por Eduardo Lizalde que Manuel Sol corrige: faltaba la ade "a un tiempo" en el tercer verso: </div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>A tres leguas de un puerto bullente</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>que a desbordes y grescas anima,</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>y al que a un tiempo la gloria y el clima</i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<i>adornan de palmas la frente... </i></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
El cuarto verso suena extraño en un poeta de oído infalible como Díaz Mirón. ¿No habrá escrito "adornaron de palmas la frente"? Lizalde piensa que no: "adornan de palmas la frente" es un eneasílabo dactílico con acentos en la segunda, quinta y octava sílabas como hay varios en "Idilio" construido con versos de diez, doce, seis y nueve. Así pues, el error debe de estar en el estragado oído actual. Si para Díaz Mirón el sonido que rodeaba lo cotidiano era el de los cascos de los caballos contra las piedras y el de las campanas de las iglesias, nosotros sólo oímos el tránsito, la música ensordecedora, las sirenas policiales y el estruendo de las alarmas.</div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
A cien años de su aparición, Lascas, uno de los libros más estudiados de la poesía mexicana, sigue siendo polémico, ejemplar, estimulante. Ojalá pronto sepamos cómo lo lee la generación del 2000 y qué significa para ella. -</div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: right;">
José Emilio Pacheco</div>
<div style="text-align: right;">
<a href="http://www.letraslibres.com/revista/convivio/diaz-miron-en-el-centenario-de-lascas"><i>Letras libres</i></a></div>
<div style="text-align: right;">
Septiembre, 2001</div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
</span><div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-31423942242046904842015-03-21T04:13:00.000-07:002015-03-21T04:13:04.628-07:00Idilio (Salvador Díaz Mirón)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaKsP3gS46VDOxVj2gxENXJhlraKLsLwfz-wz-9bayb5aHCIdc5CyOPH4HjfyJz4OeAGrJfftB2E_wzkNlNTmCATrQauXM3J6iz8waF_j2tRtLBbbZjB3GrEMtXSRgajVrOhXlOEc259I/s1600/IDILIO.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaKsP3gS46VDOxVj2gxENXJhlraKLsLwfz-wz-9bayb5aHCIdc5CyOPH4HjfyJz4OeAGrJfftB2E_wzkNlNTmCATrQauXM3J6iz8waF_j2tRtLBbbZjB3GrEMtXSRgajVrOhXlOEc259I/s1600/IDILIO.jpg" height="300" width="320" /></a></div>
<div align="center">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br />A tres leguas de un puerto bullente<br />que a desbordes y grescas anima,<br />y al que a un tiempo la gloria y el clima<br />adornan de palmas la frente,<br />hay un agrio breñal, y en la cima<br />de un alcor un casucho acubado,<br />que de lejos diviso a menudo,<br />y rindiéndose apoya un costado<br />en el tronco de un mango copudo.<br /><br />Distante, la choza resulta montera<br />con borla y al sesgo sobre una mollera.<br /><br />El sitio es ingrato, por fétido y hosco.<br />El cardón, el nopal y la ortiga<br />prosperan; y el aire trasciende a boñiga,<br />a marisco y a cieno; y el mosco<br />pulula y hostiga.<br /><br />La flora es enérgica para<br />que indemne y pujante soporte<br />la furia del soplo del Norte,<br />que de octubre a febrero no es rara,<br />y la pródiga lumbre febea,<br />que de marzo a septiembre caldea.<br /><br />El Oriente se inflama y colora,<br />como un ópalo inmenso en un lampo,<br />y difunde sus tintes de aurora<br />por piélago y campo.<br />Y en la magia que irisa y corusca,<br />una perla de plata se ofusca.<br /><br />Un prestigio rebelde a la letra,<br />un misterio inviolable al idioma,<br />un encanto circula y penetra<br />y en el alma es edénico aroma.<br />Con el juego cromático gira,<br />en los pocos instantes que dura;<br />y hasta el pecho infernado respira<br />un olor de inocencia y ventura.<br />¡Al través de la trágica Historia,<br />un efluvio de antigua bonanza<br />viene al hombre, como una memoria,<br />y acaso como una esperanza!<br /><br />El ponto es de azogue y apenas palpita.<br />Un pesado alcatraz ejercita<br />su instinto de caza en la fresca.<br />Grave y lento, discurre al soslayo,<br />escudriña con calma grotesca,<br />se derrumba cual muerto de un rayo,<br />sumérgese y pesca.<br /><br />Y al trotar de un rocín flaco y mocho,<br />un moreno, que ciñe moruna,<br />transita cantando cadente tontuna<br />de baile jarocho.<br /><br />Monótono y acre gangueo,<br />que un pájaro acalla, soltando un gorjeo.<br /><br />Cuanto es mudo y selecto en la hora,<br />en el vasto esplendor matutino,<br />halla voz en el ave canora,<br />vibra y suena en el chorro del trino!<br /><br />Y como un monolito pagano,<br />un buey gris en un yermo altozano<br />mira fijo, pasmado y absorto,<br />la pompa del otro.<br /><br />***<br /><br />Y a la puerta del viejo bohío<br />que oblicuando su ruina en la loma<br />se recuesta en el árbol sombrío,<br />una rústica grácil asoma,<br />como una paloma.<br /><br />Infantil por edad y estatura,<br />sorprende ostentando sazón prematura:<br />elásticos bultos de tetas opimas;<br />y a juzgar por la equívoca traza,<br />no semeja sino una rapaza<br />que reserva en el seno dos limas!<br /><br />Blondo y grifo e inculto el cabello,<br />y los labios turgentes y rojos,<br />y de tórtola el garbo del cuello,<br />y el azul del zafiro en los ojos.<br />Dientes albos, parejos, enanos,<br />que apagado coral prende y liga,<br />que recuerdan, en curvas de granos,<br />el maíz cuando tierno en la espiga.<br />La nariz es impura, y atesta<br />una carne sensual e impetuosa;<br />y en la faz, a rigores expuesta,<br />la nieve da en ámbar, la púrpura en rosa,<br />y el júbilo es gracia sin velo<br />y en cada carrillo produce un hoyuelo.<br /><br />La payita se llama Sidonia.<br />Llegó a México en una barriga:<br />en el vientre de infecta mendiga<br />que, del fango sacada en Bolonia,<br />formó parte de cierta colonia<br />y acabó de miseria y fatiga.<br /><br />La huérfana ignara y creyente<br />busca sólo en los cielos el rastro;<br />y de noche imagina que siente<br />besos ¡ay! en los hilos de un astro.<br />¿Qué ilusión es tan dulce y hermosa?<br />Dios le ha dicho: Sé plácida y bella;<br />y en el duelo que marque una fosa<br />pon la fe que contemple una estrella!<br /><br />¿Quién no cede al consuelo que olvida?<br />La piedad es un santo remedio;<br />y después, el ardor de la vida<br />urge y clama en la pena y el tedio<br />y al tumulto y al goce convida.<br />De la zafia el pesar se distrae,<br />desplome de polvo y ascenso de nube.<br />¡Del tizón la ceniza que cae<br />y el humo que sube!<br /><br />La madre reposa con sueño de piedra.<br />La muchacha medra.<br /><br />Y por siembras y apriscos divaga<br />con su padre, que duda de serlo;<br />y el infamé la injuria y estraga<br />y la triste se obstina en quererlo.<br /><br />Llena está de pasión y de bruma,<br />tiene ley en un torpe atavismo,<br />y es al cierzo del mal una pluma ...<br />¡Oh pobreza! ¡Oh incuria! ¡Oh abismo!<br /><br />***<br /><br />Vestida con sucios jirones de paño,<br />descalza y un lirio en la greña,<br />la pastora gentil y risueña<br />camina detrás del rebaño.<br /><br />Radioso y jovial firmamento.<br />Zarcos fondos, con blancos celajes<br />como espumas y nieves al viento<br />esparcidas en copos y encajes.<br /><br />Y en excelsa y magnífica fiesta,<br />y cual mácula errante y funesta,<br />un vil zopilote resbala<br />tendida e inmóvil el ala.<br /><br />El Sol meridiano fulgura,<br />suspenso en el Toro;<br />y el paisaje, con varia verdura,<br />parece artificio de talla y pintura,<br />según está quieto en el oro.<br /><br />El fausto del orbe sublime<br />rutila en urgente sosiego;<br />y un derribo de paz y de fuego<br />baja y cunde y escuece y oprime.<br /><br />Ni céfiro blando que aliente, que rase,<br />que corra, que pase.<br /><br />Entre dunas aurinas que otean,<br />tapetes de grama serpean,<br />cortados a trechos por brozas hostiles,<br />que muestran espinas y ocultan reptiles.<br />Y en hojas y tallos un brillo de aceite<br />simula un afeite.<br /><br />La luz torna las aguas espejos;<br />y en el mar sin arrugas ni ruidos<br />reverbera con tales reflejos,<br />que ciega, causando vahidos.<br /><br />El ambiente sofoca y escalda;<br />y encendida y sudando, la chica<br />se despega y sacude la falda,<br />y así se abanica.<br /><br />Los guiñapos revuelan en ondas ...<br />La grey pace y trisca y holgándose tarda.<br />Y al amparo de umbráticas frondas<br />la palurda se acoge y resguarda.<br /><br />Y un borrego con gran cornamenta<br />y pardos mechones de lana mugrienta,<br />y una oveja con bucles de armiño<br />-la mejor en figura y aliño-<br />se copulan con ansia que tienta.<br /><br />La zagala se turba y empina ...<br />y alocada en la fiebre del celo,<br />lanza un grito de gusto y de anhelo ...<br />¡Un cambujo patán se avecina!<br /><br />Y en la excelsa y magnífica fiesta,<br />y cual mácula errante y funesta,<br />un vil zopilote resbala,<br />tendida e inmóvil el ala</span>. </div>
<div align="center">
<br /></div>
<div align="center">
<br /></div>
<div align="center">
<br /></div>
Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-73674988876458659842015-02-13T22:14:00.000-08:002015-02-13T22:16:02.058-08:00SAN VALENTÍN<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" id="templateWrapper" style="background-color: #ece7d5; color: black; width: 600px;"><tbody>
<tr><td align="center" valign="top"><br />
<br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" id="upperContent" style="-webkit-box-shadow: rgb(204, 204, 204) 0px 0px 5px; background-color: #faf9f4; background-image: url(http://gallery.mailchimp.com/0d61bb2ec9002f0e9872b8c36/images/bg_main.png); background-position: 0% 100%; background-repeat: repeat-x; border-radius: 5px; border: 1px solid rgb(203, 198, 181); box-shadow: rgb(204, 204, 204) 0px 0px 5px;"><tbody>
<tr mc:hideable="hideable_repeat_1_1" mc:repeatable="repeat_1" mc:repeatindex="0" mchideable="hideable_repeat_1_1"><td width="35"><br /></td><td id="upperContentImage" valign="top" width="250"><br />
<a href="http://www.lecturas-hispanicas.com/" target="_blank"><img alt="" border="0" src="https://gallery.mailchimp.com/fa809000abc5905fe0a7163c0/images/AVATAR_LH_2_mediano7621d2.jpg" style="border: none; display: inline; height: auto; margin: 0px; max-width: 250px; outline: none; padding: 0px; text-decoration: none;" /></a></td><td width="30"><br /></td><td id="main" valign="top" width="250"><br />
<div class="upperContentCopy" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 14px; line-height: 25.2000007629395px;">
<span style="color: maroon;"><span style="font-size: 32px; line-height: 34px;"><strong>6 libros gratis* en el día de<br />San Valentín.<br />Poesía, amor, pensamiento y humor. </strong></span></span> </div>
<br />
<div class="button" style="-webkit-box-shadow: rgb(117, 117, 117) 0px 6px 10px inset; background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid rgb(63, 63, 65); color: white; font-family: Arial; font-size: 16px; line-height: 16px; text-align: center;">
<br />
<div>
* Solo en versión digital, desde las 10 horas del sábado y todo el domingo</div>
</div>
<div class="upperContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 21.6000003814697px;">
</div>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
<tr><td align="center" valign="top"><br />
<br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" id="lowerContent" style="-webkit-box-shadow: rgb(204, 204, 204) 0px 0px 5px; background-color: #faf9f5; border-radius: 5px; border: 1px solid rgb(203, 198, 181); box-shadow: rgb(204, 204, 204) 0px 0px 5px;"><tbody>
<tr><td align="center" valign="top"><br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 100%px;"><tbody>
<tr><td align="center" valign="top"><table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 100%px;"><tbody>
<tr><td width="35"><br /></td><td valign="top"><br />
<a href="http://www.amazon.es/amor-las-moiras-Lecturas-hisp%C3%A1nicas-ebook/dp/B009TD4ZNW/ref=sr_1_19?s=books&ie=UTF8&qid=1423808599&sr=1-19&keywords=Servando+Gotor" target="_blank"><img alt="" border="0" class="lowerContentImage" src="https://gallery.mailchimp.com/fa809000abc5905fe0a7163c0/images/43d6487b-9519-4ab2-8dec-405404fc23b0.jpg" style="background-color: #ebe9e5; border: 1px solid rgb(215, 213, 201); display: block; height: auto; margin: 0px; max-width: 135px; outline: none; padding: 5px; text-decoration: none;" width="135" /></a></td><td width="30"><br /></td><td valign="top"><br />
<div class="lowerContentCopy" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
<span style="font-size: 14px;">Novela finalista en el Premio Planeta de 1995</span><br />
<span style="color: #202020; font-size: large;"><strong>El amor y las moiras</strong></span><br />
<br />
El amor y las moiras (1994) es la primera novela de Servando Gotor y formó parte de la selección final de los premios Planeta de 1995 y Azorín de 1997. A lo largo del texto, la protagonista y narradora omnisciente novela la época de la contienda civil española y los odios y amores surgidos entre vecinos. Estos amores y moiras sobreviven subterráneamente a lo largo del tiempo y del relato. La obra presenta numerosos personajes y múltiples puntos de vista, además de diversos carriles temporales para la progresión de la historia. Al final de la narración confluye la realidad novelesca con el tiempo presente y el ciclo de la introducción y el mundo narrativo se completa con sutiles rasgos de humor. </div>
<br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 350px;"><tbody>
<tr><td align="center" valign="middle" width="150"><div class="button" style="-webkit-box-shadow: rgb(117, 117, 117) 0px 6px 10px inset; background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid rgb(63, 63, 65); color: white; font-family: Helvetica; font-size: 14px; line-height: 14px;">
<br />
<div>
<a href="http://www.amazon.es/amor-las-moiras-Lecturas-hisp%C3%A1nicas-ebook/dp/B009TD4ZNW/ref=sr_1_19?s=books&ie=UTF8&qid=1423808599&sr=1-19&keywords=Servando+Gotor" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration: none; text-shadow: rgb(48, 48, 48) 1px 2px 2px;" target="_blank">El amor y las moiras</a></div>
</div>
</td><td width="10"><br /></td><td align="left" valign="middle" width="190"><div class="lowerContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
<div style="text-align: center;">
o <a href="http://www.lecturas-hispanicas.com/trilog%C3%ADa-sobre-zaragoza/" style="color: #505050;" target="_blank">amplía información aquí</a></div>
</div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br /></td><td width="35"><br /></td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
<tr mc:repeatable="repeat_2" mc:repeatindex="0"><td align="center" valign="top"><table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="border-top-color: rgb(215, 213, 201); border-top-style: solid; border-top-width: 2px; width: 100%px;"><tbody>
<tr><td width="35"><br /></td><td class="repeatableLowerContentLeft" valign="top" width="150"><br />
<a href="http://www.amazon.es/tenue-aroma-acacia-Lecturas-hispanicas-ebook/dp/B00EHHV3Z8/ref=sr_1_25?s=books&ie=UTF8&qid=1394640896&sr=1-25" target="_blank"><img alt="" border="0" class="lowerContentImage" src="https://gallery.mailchimp.com/fa809000abc5905fe0a7163c0/images/ENVID_ACACIA_KIND76210e.jpg" style="background-color: #ebe9e5; border: 1px solid rgb(215, 213, 201); display: block; height: auto; margin: 0px; max-width: 135px; outline: none; padding: 5px; text-decoration: none;" width="135" /></a></td><td width="30"><br /></td><td align="left" class="repeatableLowerContentRight" valign="top" width="350"><br />
<div class="lowerContentCopy" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
<span style="font-size: 14px;">Antonio Envid Miñana</span><br />
<strong class="subTitle" style="color: #202020; font-family: helvetica; font-size: 24px; padding-bottom: 10px;">El tenue aroma de la acacia</strong><br />
<br />
Antón, viejo y enfermo, vuelve al barrio que lo vio crecer, en la antigua judería zaragozana, para embellecer su infancia, que no fue amable, y así morir en paz. Allí encontrará un barrio muy distinto a aquel de gente obrera que dejó. Hoy es un lugar mestizo, pero vital y bullicioso, donde la emigración ha hecho su asiento. En este mundo nuevo el amor y la vida saldrán a su encuentro. Hay en la novela una constante reflexión sobre la recurrencia de la vida, un eterno retorno, un eterno retorno simbolizado por el ouroboros que lleva tatuado la joven sudamericana que se enamora de Antón, el dragón que se devora a sí mismo, símbolo de lo absoluto, para renovarse eternamente. </div>
<br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 350px;"><tbody>
<tr><td align="center" valign="middle" width="150"><div class="button" style="-webkit-box-shadow: rgb(117, 117, 117) 0px 6px 10px inset; background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid rgb(63, 63, 65); color: white; font-family: Helvetica; font-size: 14px; line-height: 14px;">
<br />
<div>
<a href="http://www.amazon.es/tenue-aroma-acacia-Lecturas-hispanicas-ebook/dp/B00EHHV3Z8/ref=sr_1_25?s=books&ie=UTF8&qid=1394640896&sr=1-25" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration: none; text-shadow: rgb(48, 48, 48) 1px 2px 2px;" target="_blank">El tenue aroma de la acacia</a></div>
</div>
<br /></td><td width="10"><br /></td><td align="left" valign="middle" width="190"><div class="lowerContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
o <a href="http://www.lecturas-hispanicas.com/cat%C3%A1logo/el-tenue-aroma-de-la-acacia-antonio-envid/" style="color: #505050;" target="_blank">amplía más aquí</a></div>
<div class="lowerContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
<br /></div>
</td></tr>
</tbody></table>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
<tr mc:repeatable="repeat_2" mc:repeatindex="1"><td align="center" valign="top"><table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="border-top-color: rgb(215, 213, 201); border-top-style: solid; border-top-width: 2px; width: 100%px;"><tbody>
<tr><td width="35"><br /></td><td class="repeatableLowerContentLeft" valign="top" width="150"><br />
<a href="http://www.amazon.es/Aequilibrium-%C3%81ngel-Ferrer-ebook/dp/B00HMM4GZO/ref=sr_1_31?s=books&ie=UTF8&qid=1401298781&sr=1-31&keywords=Servando+Gotor" target="_blank"><img alt="" border="0" class="lowerContentImage" src="https://gallery.mailchimp.com/fa809000abc5905fe0a7163c0/images/AEQUILIBRIUM_Kindle.jpg" style="background-color: #ebe9e5; border: 1px solid rgb(215, 213, 201); display: block; height: auto; margin: 0px; max-width: 135px; outline: none; padding: 5px; text-decoration: none;" width="135" /></a></td><td width="30"><br /></td><td align="left" class="repeatableLowerContentRight" valign="top" width="350"><br />
<div class="lowerContentCopy" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
<span style="font-size: 14px;">Ángel Ferrer</span><br />
<span class="subTitle" style="color: #202020; font-size: 24px; font-weight: bold; padding-bottom: 10px;">Aequilibrium</span><br />
<br />
La magia de estos poemas de Ángel Ferrer está en que, como nos pide en uno de sus versos, nos dejan escuchar el metrónomo cósmico. Su prodigio va todavía un poco más lejos: nos hacen escuchar el metrónomo cósmico. (Narciso de Alfonso) </div>
<br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 350px;"><tbody>
<tr><td align="center" valign="middle" width="150"><div class="button" style="-webkit-box-shadow: rgb(117, 117, 117) 0px 6px 10px inset; background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid rgb(63, 63, 65); color: white; font-family: Helvetica; font-size: 14px; line-height: 14px;">
<br />
<div>
<strong><a href="http://www.amazon.es/Aequilibrium-%C3%81ngel-Ferrer-ebook/dp/B00HMM4GZO/ref=sr_1_31?s=books&ie=UTF8&qid=1401298781&sr=1-31&keywords=Servando+Gotor" style="color: white; text-decoration: none; text-shadow: rgb(48, 48, 48) 1px 2px 2px;" target="_blank">A</a></strong><a href="http://www.amazon.es/Aequilibrium-%C3%81ngel-Ferrer-ebook/dp/B00HMM4GZO/ref=sr_1_31?s=books&ie=UTF8&qid=1401298781&sr=1-31&keywords=Servando+Gotor" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration: none; text-shadow: rgb(48, 48, 48) 1px 2px 2px;">equilibrium</a></div>
</div>
<br /></td><td width="10"><br /></td><td align="left" valign="middle" width="190"><div class="lowerContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
o <a href="http://www.lecturas-hispanicas.com/cat%C3%A1logo/aequilibrium/" style="color: #505050;" target="_blank">amplía información aquí</a></div>
</td></tr>
</tbody></table>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
<tr mc:repeatable="repeat_2" mc:repeatindex="2"><td align="center" valign="top"><table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="border-top-color: rgb(215, 213, 201); border-top-style: solid; border-top-width: 2px; width: 100%px;"><tbody>
<tr><td width="35"><br /></td><td class="repeatableLowerContentLeft" valign="top" width="150"><br />
<a href="http://www.amazon.es/s/ref=nb_sb_noss_1?__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&url=search-alias%3Dstripbooks&field-keywords=Bati%C3%A9ndome+en+retirada" target="_blank"><img alt="" border="0" class="lowerContentImage" src="https://gallery.mailchimp.com/fa809000abc5905fe0a7163c0/images/6dff01b6-c7f9-44dc-925e-f598b2c1407f.jpg" style="background-color: #ebe9e5; border: 1px solid rgb(215, 213, 201); display: block; height: auto; margin: 0px; max-width: 135px; outline: none; padding: 5px; text-decoration: none;" width="135" /></a></td><td width="30"><br /></td><td align="left" class="repeatableLowerContentRight" valign="top" width="350"><br />
<div class="lowerContentCopy" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
<span class="subTitle" style="color: #202020; font-size: 24px; font-weight: bold; padding-bottom: 10px;"><span style="font-size: 14px;"><span style="color: #323232; font-weight: normal;">El humor más inteligente</span></span><br />Batiéndome en retirada</span><br />
<br />
Por el tercer chiste memorable que hice, me dio "La Codorniz" mil púas de las de 1975 y fue una colaboración espontánea que premiaban de esa forma tan sustanciosa. Lamentablemente- sigue <a href="http://www.lecturas-hispanicas.com/autores/" style="color: #505050;" target="_blank">JAVI</a>- los posteriores no fueron tan alimenticios y los hize sólo... por gusto.Este libro recoge alrededor de trescientos chistes que cubren cuarenta años de mirar la vida con la sonrisa torcida. </div>
<br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 350px;"><tbody>
<tr><td align="center" valign="middle" width="150"><div class="button" style="-webkit-box-shadow: rgb(117, 117, 117) 0px 6px 10px inset; background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid rgb(63, 63, 65); color: white; font-family: Helvetica; font-size: 14px; line-height: 14px;">
<br />
<div>
<a href="http://www.amazon.es/s/ref=nb_sb_noss_1?__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&url=search-alias%3Dstripbooks&field-keywords=Bati%C3%A9ndome+en+retirada" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration: none; text-shadow: rgb(48, 48, 48) 1px 2px 2px;" target="_blank">Batiéndome en retirada</a></div>
</div>
<br /></td><td width="10"><br /></td><td align="left" valign="middle" width="190"><div class="lowerContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
o <a href="http://www.lecturas-hispanicas.com/cat%C3%A1logo/bati%C3%A9ndome-en-retirada/" style="color: #505050;" target="_blank">amplía información aquí</a></div>
</td></tr>
</tbody></table>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
<tr mc:repeatable="repeat_2" mc:repeatindex="3"><td align="center" valign="top"><table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="border-top-color: rgb(215, 213, 201); border-top-style: solid; border-top-width: 2px; width: 100%px;"><tbody>
<tr><td width="35"><br /></td><td class="repeatableLowerContentLeft" valign="top" width="150"><br />
<a href="http://www.amazon.es/Esta-sombra-m%C3%ADa-Lecturas-hisp%C3%A1nicas-ebook/dp/B00BK9N7UK/ref=sr_1_1?s=digital-text&ie=UTF8&qid=1398585848&sr=1-1&keywords=Juan+Serrano" target="_blank"><img alt="" border="0" class="lowerContentImage" src="https://gallery.mailchimp.com/fa809000abc5905fe0a7163c0/images/Blao_portada_Kindlec88d0e.jpg" style="background-color: #ebe9e5; border: 1px solid rgb(215, 213, 201); display: block; height: auto; margin: 0px; max-width: 135px; outline: none; padding: 5px; text-decoration: none;" width="135" /></a></td><td width="30"><br /></td><td align="left" class="repeatableLowerContentRight" valign="top" width="350"><br />
<div class="lowerContentCopy" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
<span style="font-size: 14px;">Juan Serrano</span><br />
<span class="subTitle" style="color: #202020; font-size: 24px; font-weight: bold; padding-bottom: 10px;">Esta sombra no es mía</span><br />
<br />
Esta sombra no es mía, recoge una cuidada selección de los mejores cuentos de Juan Serrano. Más de un centenar de deliciosas narraciones, ágiles, curiosas y divertidas, siempre impregnadas de la especial sensibilidad que caracteriza la eficaz prosa de este entrañable escritor murciano. (<a href="http://www.lecturas-hispanicas.com/cat%C3%A1logo/esta-sombra-no-es-m%C3%ADa/" style="color: #505050;" target="_blank">Ampliar información aquí</a>)</div>
<br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 350px;"><tbody>
<tr><td align="center" valign="middle" width="150"><div class="button" style="-webkit-box-shadow: rgb(117, 117, 117) 0px 6px 10px inset; background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid rgb(63, 63, 65); color: white; font-family: Helvetica; font-size: 14px; line-height: 14px;">
<br />
<div>
<a href="http://www.amazon.es/Esta-sombra-m%C3%ADa-Lecturas-hisp%C3%A1nicas-ebook/dp/B00BK9N7UK/ref=sr_1_1?s=digital-text&ie=UTF8&qid=1398585848&sr=1-1&keywords=Juan+Serrano" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration: none; text-shadow: rgb(48, 48, 48) 1px 2px 2px;" target="_blank">Esta sombra no es mía</a></div>
</div>
<br /></td><td width="10"><br /></td><td align="left" valign="middle" width="190"><div class="lowerContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
</div>
<br /></td></tr>
</tbody></table>
</td><td width="35"><br /></td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
<tr mc:repeatable="repeat_2" mc:repeatindex="4"><td align="center" valign="top"><table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="border-top-color: rgb(215, 213, 201); border-top-style: solid; border-top-width: 2px; width: 100%px;"><tbody>
<tr><td width="35"><br /></td><td class="repeatableLowerContentLeft" valign="top" width="150"><br />
<a href="http://www.amazon.es/%C2%BFCrisis-Nunca-consejos-sentirse-ebook/dp/B00B7ITJ3S/ref=pd_sim_kinc_1" target="_blank"><img alt="" border="0" class="lowerContentImage" src="http://gallery.mailchimp.com/fa809000abc5905fe0a7163c0/images/NUNCA_PORTADA_web.2.jpg" height="203" style="background-color: #ebe9e5; border: 1px none rgb(215, 213, 201); display: block; height: 203px; margin: 0px; max-width: 135px; outline: none; padding: 5px; text-decoration: none; width: 135px;" width="135" /></a></td><td width="30"><br /></td><td align="left" class="repeatableLowerContentRight" valign="top" width="350"><br />
<div class="lowerContentCopy" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
<span style="font-size: 14px;">¿Te sientes mal? Pues no tiene sentido porque...</span><br />
<strong class="subTitle" style="color: #202020; font-family: helvetica; font-size: 24px; padding-bottom: 10px;">Nunca pasa nada</strong><br />
<br />
Una reflexión que intenta ser curiosa y entretenida sobre el hombre, sobre el yo y los otros, sobre el amor y la muerte, sobre la verdad y la belleza, el éxito y la envidia.</div>
<br />
<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 350px;"><tbody>
<tr><td align="center" valign="middle" width="150"><div class="button" style="-webkit-box-shadow: rgb(117, 117, 117) 0px 6px 10px inset; background-color: #686868; border-radius: 5px; border: 2px solid rgb(63, 63, 65); color: white; font-family: Helvetica; font-size: 14px; line-height: 14px;">
<br />
<div>
<a href="http://www.amazon.es/%C2%BFCrisis-Nunca-consejos-sentirse-ebook/dp/B00B7ITJ3S/ref=pd_sim_kinc_1" style="color: white; font-weight: bold; text-decoration: none; text-shadow: rgb(48, 48, 48) 1px 2px 2px;" target="_blank">¿Crisis? Nunca pasa nada</a></div>
</div>
</td><td width="10"><br /></td><td align="left" valign="middle" width="190"><div class="lowerContentFileInfo" style="color: #323232; font-family: Helvetica; font-size: 12px; line-height: 18px;">
o <a href="http://servando-mibarricada.blogspot.com.es/2013/02/lh-publica-crisis-nunca-pasa-nada-de.html" style="color: #505050;" target="_blank">amplía información aquí</a></div>
</td></tr>
</tbody></table>
<br /></td><td width="35"><br /></td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
</tbody></table>
</td></tr>
</tbody></table>
Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-83344213064256483572015-01-15T09:10:00.001-08:002015-01-15T09:10:54.436-08:00GRATIS* DE JUEVES A SÁBADO EN AMAZON: "BATIÉNDOME EN RETIRADA", DE JAVI, EL HUMOR MÁS SUTIL PARA EL LECTOR MÁS MORDAZ<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td><a href="http://www.amazon.es/s/ref=sr_gnr_aps?rh=i%3Aaps%2Ck%3ABati%C3%A9ndome+en+retirada&keywords=Bati%C3%A9ndome+en+retirada&ie=UTF8&qid=1420868470" style="color: #404040; font-family: Arial, Verdana, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; font-weight: bold; margin-left: auto; margin-right: auto;" target="_blank"><img alt="" class="" src="http://www.lecturas-hispanicas.com/s/cc_images/cache_40420978.jpg?t=1420869339" height="400" id="image_19293706" style="border: 0px; display: block;" width="263" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="font-size: 13px;">Añadir leyenda</td></tr>
</tbody></table>
<div class="imgleft" style="background-color: white; color: #666666; display: inline; float: left; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.2000007629395px; margin: 4px 20px 4px 0px; max-width: 100%; width: 180px;">
</div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-stretch: normal; line-height: 18.2000007629395px; padding: 0px;">
<span style="background-color: black; color: #f3f3f3; line-height: 18.2000007629395px;"><br /></span></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-stretch: normal; line-height: 18.2000007629395px; padding: 0px;">
<span style="background-color: black; color: #f3f3f3; line-height: 18.2000007629395px;"><br /></span></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-stretch: normal; line-height: 18.2000007629395px; padding: 0px;">
<span style="color: #f3f3f3;"><span style="background-color: black;"><span style="line-height: 18.2000007629395px;">De la ingente y singular obra gráfica de </span><a href="http://www.lecturas-hispanicas.com/autores/" style="font-family: Arial, Verdana, Helvetica, sans-serif; font-weight: bold; line-height: 18.2000007629395px;">JAVI</a><span style="line-height: 18.2000007629395px;">,</span><em style="line-height: 18.2000007629395px;">Batiéndome en retirad</em></span><span style="line-height: 18.2000007629395px;"><span style="background-color: black;">a (2014) recoge una magnífica selección de alrededor de trescientos chistes gráficos, repartidos en once secciones: </span></span><span style="background-color: black; line-height: 18.2000007629395px; text-align: justify;"><em>Alucinando un poco, Correctamente incorrecto, C'est la guerre, Ellas, ellos, ambos dos, y todos ellos, In the curro, Niños, viejitos y otros seres peligrosos, Más, y mass media, Política y econosuya, Re flexiones, Seguridasosial</em> y <em>Sollozos de España</em>. Cada una de las viñetas es el resultado de una reflexión/impresión del dibujante, a veces profunda, a veces mero guiño cómplice al espectador, de la que, como ocurre con todo pensamiento artístico, el lector/espectador atento llegará a diversas conclusiones sobre lo que es, sobre lo que somos, sobre lo que son y sobre cuanto nos rodea. Si a ello añadimos el ingrediente del humor, ácido o negro en unos casos, mordaz en otros y crítico en todos, forzoso será concluir que estamos ante un gran libro. </span></span></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-stretch: normal; line-height: 18.2000007629395px; padding: 0px;">
<br /></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-stretch: normal; line-height: 18.2000007629395px; padding: 0px;">
<span style="background-color: black; color: #f3f3f3;">_____</span></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-stretch: normal; line-height: 18.2000007629395px; padding: 0px;">
<span style="background-color: black; color: #f3f3f3;">Disponible</span></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-stretch: normal; line-height: 18.2000007629395px; padding: 0px;">
<span style="background-color: black; color: #f3f3f3;">en Amazón</span></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-stretch: normal; line-height: 18.2000007629395px; padding: 0px;">
<span style="background-color: black; color: #f3f3f3;">En versión digital</span></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-stretch: normal; line-height: 18.2000007629395px; padding: 0px;">
<span style="background-color: black; color: #f3f3f3;">e impresas (tanto en color como en bn): </span></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-stretch: normal; line-height: 18.2000007629395px; padding: 0px;">
<a class="diyfeLinkAsButton" href="http://www.amazon.es/s/ref=sr_gnr_aps?rh=i%3Aaps%2Ck%3ABati%C3%A9ndome+en+retirada&keywords=Bati%C3%A9ndome+en+retirada&ie=UTF8&qid=1420868470" style="border-radius: 5px; border: 1px solid; box-sizing: border-box; display: inline-block; font-family: Arial, Verdana, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px; font-weight: bold; margin: 1em 0px; max-width: 100%; padding: 8px 15px; word-wrap: break-word;" target="_blank"><span style="background-color: black; color: #f3f3f3;">pinchando aquí</span></a></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-stretch: normal; line-height: 18.2000007629395px; padding: 0px;">
<span style="background-color: black; color: #f3f3f3;">________</span></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-stretch: normal; line-height: 18.2000007629395px; padding: 0px;">
<span style="background-color: black; color: #f3f3f3;"><br /></span></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-stretch: normal; line-height: 18.2000007629395px; padding: 0px;">
<span style="background-color: black; color: #f3f3f3;">(*) Se ofrece gratis la versión digital en mobi para kindle </span></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-stretch: normal; line-height: 18.2000007629395px; padding: 0px;">
<span style="background-color: black; color: #f3f3f3;"><br /></span></div>
<div style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 13px; font-stretch: normal; line-height: 18.2000007629395px; padding: 0px;">
<span style="background-color: black; color: #f3f3f3;"><br /></span></div>
Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-65444583213341196652014-11-22T23:26:00.002-08:002014-11-22T23:29:19.412-08:00PAPÁ (Javier Iribarren)<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEia1ZFy86SmQIcoCrIAPHeNtmERBXV-lOFw44rSwkKDJ5gsY2WqaGLFH7VoTvz2maco8N0WyAwENJjWYoN750oJPS2-5YqRL3vPqZyqzWsK1Lw8vCaHDmfCxw6XJg2em0_X53TFjaqf5B0/s1600/nueces.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEia1ZFy86SmQIcoCrIAPHeNtmERBXV-lOFw44rSwkKDJ5gsY2WqaGLFH7VoTvz2maco8N0WyAwENJjWYoN750oJPS2-5YqRL3vPqZyqzWsK1Lw8vCaHDmfCxw6XJg2em0_X53TFjaqf5B0/s1600/nueces.jpg" height="299" width="400" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">El día de su funeral cené con mamá en un mesón de los que se dicen jamoneros. Cuando concluyó la ceremonia buscamos un lugar para guarecernos de los mentideros creados en torno al pórtico de la parroquia. Amigos y conocidos de conocidos chismorreaban sin cuartel. Era su momento: “¡Cómo estaba la iglesia!”, “Muy bien este cura, eh”, “¡Solo nos vemos en funerales!”, “Que me voy ya, me alegro de verte”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">En el mesón estudié la carta con detenimiento: raciones, bocadillos fríos, los calientes, hamburguesas… Mamá, que tiene poca desenvoltura en los bares, me confió la iniciativa. Pedí dos bocadillos, el completo de jamón serrano, sin pimiento como lo prefirió ella, y el de cecina de Astorga con paté y aceite, que nos recomendó entusiasta el camarero. Los presentaron al cabo de cinco minutos, generosos y rotos en mitades, para facilitarnos el mordisco. Deliciosos los dos, vaya por delante, si convenimos a la hora de señalar el de cecina como excelente. Y así se lo hicimos saber al camarero, pues no dejaba de fisgar nuestros bocados en busca de una aprobación coral a su sugerencia. Bien a gusto me hubiera zampado otra mitad, y creo que mamá también, pero un conocido, otro más, se acercó a mostrar sus sentidos respetos a la viuda. Mamá ni siquiera se acordaba de su nombre, “el de la ferretería, sí, sí, claro”, pero verlo así de afectado, derramando la compostura entre sollozos, le causó algo de rubor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Camino de casa retomamos el hilo del funeral. Mamá se atrevió a especular con cifras de asistentes y evocó con resignación socarrona las últimas voluntades de su marido, “Nada de misas ni sermones. Y tiráis mis cenizas al Ebro”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Antes de retirarnos a dormir volvimos a coincidir en la cocina.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">- ¿No te acuestas, hijo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">- Sí, ahora. Me he quedado con hambre. Voy a picar algo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">- Yo también tengo apetito, no te creas. ¿Queda algo de queso?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">- En el “frigo” no. Lo terminé ayer.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">- Hay en el balcón, creo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">- ¿Voy?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">- Sí, por favor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">- Vale. Ahora vuelvo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">- ¡Luis!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">- ¡Dime mamá!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">- Coge también las nueces.</span></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-size: x-large; text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"></span><br />
<div style="text-align: right;">
Javier Iribarren</div>
Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-43490794429124954352014-11-14T10:13:00.000-08:002014-11-13T10:58:33.394-08:00UN PAR DE NOTAS CRÍTICAS SOBRE "INTERINO", LA PRIMERA NOVELA DE JAVIER IRIBARREN<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEga0Gh8kpLYU9BIVOwYBjlfuzIGKVoOk7uFtiZkyrhJmGGq_YVXhmmghGrHkZ-ayDVXSk7VYQZMsSxy3h5Nf_knDMcyJ1z7E76RZLp_lRrP3IBBvUbzaMaup5R1Kdy5NSXwvRXbFWvgi6c/s1600/Interino.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEga0Gh8kpLYU9BIVOwYBjlfuzIGKVoOk7uFtiZkyrhJmGGq_YVXhmmghGrHkZ-ayDVXSk7VYQZMsSxy3h5Nf_knDMcyJ1z7E76RZLp_lRrP3IBBvUbzaMaup5R1Kdy5NSXwvRXbFWvgi6c/s1600/Interino.jpg" height="221" width="400" /></a></div>
<div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<i>Procuré retomar el ritmo de estudio, por enésima vez, aunque no fue sencillo. Tal vez convenga precisar aquí al lector que aunque no lo parezca el relato avanza, y hacia delante. Las correrías de un opositor no encierran asesinatos junto al lago, leyendas templarias ni secretos vaticanos. Es probable que no haya ni sexo. Auguro que no habrá película. </i>(de "<a href="http://barricadaletrahispanic.blogspot.com.es/2014/04/interino-javier-iribarren.html" target="_blank">Interino</a>". <a href="http://barricadaletrahispanic.blogspot.com.es/2014/04/la-novela-interino-de-javier-iribarren.html" target="_blank">Javier Iribarren</a>. <a href="http://www.eunateediciones.com/#!__pagina-2" target="_blank">Ediciones Eunate</a>. Pamplona, 2014).</blockquote>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Pues no, no es cierto. Porque en "<a href="http://barricadaletrahispanic.blogspot.com.es/2014/04/interino-javier-iribarren.html" target="_blank">Interino</a>" sí que hay película. <a href="http://barricadaletrahispanic.blogspot.com.es/2014/04/la-novela-interino-de-javier-iribarren.html" target="_blank">Javier Iribarren</a> nos presenta una apasionante novela de amor, humor y crítica social, que destapa los padecimientos y hasta los peores instintos humanos ante la lucha diaria por la supervivencia, y cómo esa lucha puede convertirse en una verdadera trampa. Su lectura suscita multitud de interrogantes, pero quizá el principal consista en cuestionar nuestras propias ambiciones: la naturaleza de las mismas y sus efectos, su legitimidad y, en todo caso, su verdadera conveniencia (su oportunidad). Buen punto de partida para una profunda reflexión sobre lo que la sociedad espera de nuestros jóvenes y ellos de la sociedad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Estamos ante el crudo testimonio del suplicio padecido por esta juventud condenada al fracaso escolar o a discurrir por un eterno laberinto implacable y desesperanzado de estudio, disciplina y pobreza, difícilmente compatibles con la mínima estabilidad física y emocional que cualquier tipo de proyecto vital precisa. Panorama sólo roto por algún que otro escarceo casi siempre condenado al fracaso, bien sea por el extranjero (Londres, en este caso) para intentar buscar salidas y, de paso, aprender o perfeccionar otro idioma; bien por los bosques de una administración efímera, transitoria y provisional. Estudiante, opositor o interino, qué más da: la angustia es extrapolable a cualquier otra situación en que se hallan inmersos los jóvenes de hoy. Y este es el testimonio y esta la odisea: un relato verdaderamente dramático. ¿Cómo que no hay película? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="font-size: large;">Y ya, en la perspectiva puramente formal o literaria, nos encontramos con una prosa exenta de experimentos lingüísticos o expresivos o de pretensiones líricas o poéticas, pero rigurosa y eficaz; de hecho, la narración mantiene un ritmo muy bueno con dosis, si no de un suspense <i>hitchcockiano</i></span><span style="font-size: large;"> (inapropiado por lo demás para el género), sí de la necesaria tensión para atrapar la atención del lector, aderezada además con pinceladas -ahí sí- de un lirismo nada pacato (y por tanto acorde con el tono narrativo) pero muy emotivo y salpicado de un humor muchas veces fino e inteligente. La trama está perfectamente estructurada y los personajes acertadamente definidos, lo que unido a ese logrado ritmo hacen de <a href="http://barricadaletrahispanic.blogspot.com.es/2014/04/la-novela-interino-de-javier-iribarren.html">"Interino"</a> una novela muy por encima de la mediocridad a la que nos tiene acostumbrados el </span></span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">actual </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">mercado literario .</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Recomiendo, pues, su lectura: es interesante, emocionante, divertida y motivadora. Pero, además, lo dicho: contiene un vivo testimonio de nuestra época. Bueno, hoy, para la reflexión y, mañana, para el </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">recuerdo </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">aleccionador .</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"></span><br />
<div style="text-align: right;">
<div style="margin: 0px;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Lecturas hispánicas</span></div>
<div style="margin: 0px;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="margin: 0px;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div style="margin: 0px;">
<br /></div>
</div>
Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-12620095228040849432014-11-07T23:31:00.001-08:002014-11-07T23:31:40.894-08:00LA NOVELA "INTERINO", DE JAVIER IRIBARREN, SE PRESENTA EN ZARAGOZA EL PRÓXIMO MIÉRCOLES, DÍA 12<h3 class="post-title entry-title" itemprop="name" style="background-color: #141414; color: white; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 22px; font-stretch: normal; margin: 0px; position: relative;">
<br /></h3>
<div class="post-header" style="background-color: #141414; color: white; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 1.6; margin: 0px 0px 1em;">
<div class="post-header-line-1">
</div>
</div>
<div class="post-body entry-content" id="post-body-1596052032911785830" itemprop="description articleBody" style="background-color: #141414; color: white; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18.2000007629395px; position: relative; width: 656px;">
<i style="text-align: justify;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La novela de nuestro amigo <a href="http://barricadaletrahispanic.blogspot.com.es/search/label/Javier%20Iribarren" style="color: #cccccc; text-decoration: none;">Javier Iribarren</a>, editada por <a href="http://www.eunateediciones.com/#!__pagina-2" style="color: #cccccc; text-decoration: none;" target="_blank">Ediciones Eunate</a>, será presentada en Zaragoza el próximo día 12 a las 19,30 en el <a href="http://www.libreriacentral.com/" style="color: #cccccc; text-decoration: none;" target="_blank">Sala Cultural de Lilbrería Central</a></span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"> (Corona de Aragón, 40). </span></span></i><br /><div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://barricadaletrahispanic.blogspot.com.es/2014/04/un-par-de-notas-criticas-sobre-interino.html" style="color: #cccccc; text-decoration: none;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCn01Akojjzd_FNzr6D22F3fWXJRkqbZwHdQHzc__yi2HXC_h_Q9Vy36JlNiElXmJzR1IWgMZKYvTWDX8HewOz9FI5OznhtztA4XD2i6kiJE49CY60hjShuTfCB0ElwQtAYdbGqifRyac/s1600/Interino2.jpg" style="-webkit-box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.2) 0px 0px 0px; background: rgb(34, 34, 34); border-bottom-left-radius: 0px; border-bottom-right-radius: 0px; border-top-left-radius: 0px; border-top-right-radius: 0px; border: 1px solid transparent; box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.2) 0px 0px 0px; padding: 8px; position: relative;" width="214" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: medium;"><a href="http://barricadaletrahispanic.blogspot.com.es/2014/04/interino-javier-iribarren.html" style="color: #cccccc; text-decoration: none;">Interino</a> es sinónimo de provisional, transitorio, fugaz. ¿Puede una persona llevar una existencia interina? Eduardo Iturralde es un joven universitario con nombre de árbitro y dificultades para pronunciar la erre. La timidez, parece, le viene de serie. Los proyectos que emprende, sean laborales o personales, no terminan de cuajar. “No acabas nada, hijo. Hay que ser más paciente en la vida”, le recuerda su madre.</span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; padding: 4px; position: relative;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB134-67JftJn2qQt0R70tKyf1HnJ0LwhpXPOXVnP0EFVhsVHl5QfkXA9aMRdl-Yn6du-9gQfYuieeAj213sLtNLSXmrLgl0WASN-qTlHvk_Nb0UFJ7DS3Ho-qpXT65265RxS2hmgmkBU/s1600/Interino3+-+Javier.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; color: #cccccc; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto; text-decoration: none;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB134-67JftJn2qQt0R70tKyf1HnJ0LwhpXPOXVnP0EFVhsVHl5QfkXA9aMRdl-Yn6du-9gQfYuieeAj213sLtNLSXmrLgl0WASN-qTlHvk_Nb0UFJ7DS3Ho-qpXT65265RxS2hmgmkBU/s1600/Interino3+-+Javier.jpg" style="-webkit-box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.2) 0px 0px 0px; background: rgb(34, 34, 34); border-bottom-left-radius: 0px; border-bottom-right-radius: 0px; border-top-left-radius: 0px; border-top-right-radius: 0px; border: 1px solid transparent; box-shadow: rgba(0, 0, 0, 0.2) 0px 0px 0px; padding: 8px; position: relative;" width="180" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="font-size: 13px; text-align: center;">Javier Iribarren</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: medium;">No parecen las mejores credenciales para estudiar una oposición, desde luego. Pero Iturralde es obstinado y la propia inercia de la vida le ha llevado por ese camino. Convertirse en alto funcionario de la Administración Foral de Navarra se convertirá a partir de entonces en su aspiración.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: medium;">Un reto intelectual mayúsculo que el protagonista tratará de compaginar con su relación de pareja y con diversos empleos temporales al servicio de la Administración Pública. ¿Lo conseguirá? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: medium;">Una historia de superación que nace en el periodo de bonanza y profundiza en lo más profundo de la crisis actual. El testimonio (crudo testimonio) de lo que la sociedad actual depara a nuestros jóvenes. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: medium;"><a href="http://barricadaletrahispanic.blogspot.com.es/search/label/Javier%20Iribarren" style="color: #cccccc; text-decoration: none;">Javier Iribarren</a> nace en Logroño en 1980. Es licenciado en Derecho y funcionario de la Administración de la Comunidad Autónoma de La Rioja. “<a href="http://barricadaletrahispanic.blogspot.com.es/2014/04/interino-javier-iribarren.html" style="color: #cccccc; text-decoration: none;">Interino</a>” es su primera novela.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: medium;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: medium;"><br /></span></div>
<div style="text-align: right;">
<i><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><a href="http://www.eunateediciones.com/#!__pagina-2" style="color: #cccccc; text-decoration: none;" target="_blank">Ediciones Eunate</a></span></span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-size: medium;"><br /></span></i></div>
<div style="clear: both;">
</div>
<div id="lws_0">
<div class="linkwithin_outer" style="border: 0px; clear: both; margin: 0px; padding: 0px;">
<div class="linkwithin_inner" id="linkwithin_inner" style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; width: 596px;">
<div class="linkwithin_text" id="linkwithin_text_0" style="border: 0px; font-weight: bold; margin: 0px; padding: 20px 0px 5px;">
<br /></div>
</div>
</div>
</div>
</div>
Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-91273480577301499892014-10-30T13:46:00.000-07:002014-10-30T13:46:19.917-07:00CALENDARIOS MEDIEVALES (Juan Coira Pociña)<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRcrOwZQSOv434n3IBwwToaTaR16Jmw8-cZk8i0eCaE3aHcQd7sPxduLc2xrYt8zpkMGZ92KLIRarJ78l00RuFNVET7FoGV60VyJ3dyHITamxykyYz6IJ2cNcYGwHaAYVWeaW4T5f_iKo/s1600/Calendario-agr%C3%ADcola.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRcrOwZQSOv434n3IBwwToaTaR16Jmw8-cZk8i0eCaE3aHcQd7sPxduLc2xrYt8zpkMGZ92KLIRarJ78l00RuFNVET7FoGV60VyJ3dyHITamxykyYz6IJ2cNcYGwHaAYVWeaW4T5f_iKo/s1600/Calendario-agr%C3%ADcola.jpg" height="320" width="240" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">El calendario es una construcción humana; su tiempo es totalmente social, aunque </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">esté sujeto a los ritmos del universo. Su función no se reduce a representar el paso del </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">tiempo, sino que juega un importante papel en la sociedad. Constituye uno de los más </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">importantes instrumentos de poder, pues significaba controlar el tiempo y sus ritmos, es </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">decir, el trabajo, el ocio, el descanso, etc. Por este motivo el poder, y particularmente </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">la Iglesia, estuvo muy interesada en controlarlo y, de paso, añadirle los rasgos de su </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">propia concepción del tiempo, como a todo instrumento que servía para expresarlo</span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">El calendario está estrechamente relacionado con la religión, pues es frecuente que, </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">en las cosmogonías, los dioses creadores del universo sean también los creadores del </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">calendario</span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">. El caso del Cristianismo no es una excepción, pues desde el primer capí</span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">tulo del Génesis, la dimensión temporal cumple un papel esencial como referencia en </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">la Creación: ahí se narra la creación de los días y la semana. El calendario constituye </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">de esa forma la expresión de la determinación del tiempo por parte de Dios</span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">. No es de </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">extrañar, por tanto, que la mayor parte de los calendarios medievales conservados estén </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">en relación, de una u otra manera, con el estamento eclesiástico.</span></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Desde el punto de vista de la Iglesia, el tiempo le pertenece a Dios y a Él se le debe </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">dedicar; la Iglesia pretendía controlar una dimensión que “por derecho” le correspondía. </span></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Sin embargo, hay diferentes maneras de dedicárselo, según el estamento al que nos </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">refiramos. Podía haber un tiempo para la oración, para la guerra o para el trabajo, y los </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">calendarios reflejaron esta realidad. Y es que, aunque el calendario depende del tiempo </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">cósmico, las sociedades lo reciben y adaptan a sus determinadas estructuras sociales, </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">políticas, económicas y culturales. Por ello, existen diversos tipos, incluso dentro de </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">una misma sociedad, en la que existen diversos grupos sociales o estamentos, cada uno </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: large;">de ellos con su propia cosmovisión. </span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Juan Coira Pociña</span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Ver, concebir y expresar el paso del tiempo. </span></div>
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El calendario medieval y el refranero, 2013</span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">_____</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Disponible texto completo</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">en revistas.um.es </span><br />
<a href="http://revistas.um.es/medievalismo/article/download/183261/152601"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Pinchar aquí</span></a>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1509495284423483630.post-46971706614297729652014-09-28T00:18:00.002-07:002014-09-28T00:19:51.067-07:00ALFONSO X EL SABIO: LOOR DE ESPANNA EN LA "PRIMERA CRÓNICA GENERAL DE ESPAÑA"<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-size: large;"><br /></span></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYVGD-q1kDGitBhZTH71vvyCFYvt_-ZUgHVAvGpRlWaCYDPFnK0smp2hdPM3RGqbGril3W5Nh76jIIHVUAsE3M4rqXPHUOmuhJdnzyGzm7DzGQ90JMOOGppNiWXu-uY6uCMq6vFse1vjA/s1600/Libros+22.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYVGD-q1kDGitBhZTH71vvyCFYvt_-ZUgHVAvGpRlWaCYDPFnK0smp2hdPM3RGqbGril3W5Nh76jIIHVUAsE3M4rqXPHUOmuhJdnzyGzm7DzGQ90JMOOGppNiWXu-uY6uCMq6vFse1vjA/s1600/Libros+22.jpg" height="261" width="400" /></a></div>
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<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><span style="font-size: large;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"></span><br />
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<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="font-size: large;">"E cada una tierra de las del mundo et a cada provincia honró Dios en señas guisas, et dió su don; mas entre todas las tierras que ell honró más, Espanna la de occidente fue; ca a esta abastó él de todas aquellas cosas que homne suel cobdiciar. (E los godos) fallaron que Espanna era el meior de todos, e muchol preciaron más que a ninguno de los otros, ca entre todas las tierras del mundo Espanna ha una estremanza de abondamiento et de bondad más que otra tierra ninguna. </span></span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">
<span style="font-size: large;"><div style="text-align: justify;">
(...)Pues esta Espanna que decimos tal es como el paraíso de Dios, ca riega se con cinco ríos cabdales que son Ebro, Duero, Tajo, Guadalquivil, Guadiana; e cada uno dellos tiene entre si et ell otro grandes montañas et tierras; et los valles et los llanos son grandes et anchos, et por la bondat de la tierra et ell humor de los ríos lievan muchos frutos et son abondados, Espanna la mayor parte della se riega de arroyos et de fuentes, et nuncual minguan pozos cada logar o los ha mester. </div>
<div style="text-align: justify;">
Espanna es abondada de mieses, deleitosa de fructas, viciosa de pescados, sabrosa de leche et de todas las cosas que se della facen; lena de venados et de caza, cubierta de ganados, lozana de caballos, provechosa de mulos, segura et bastida de castiellos, alegre por buenos vinos, folgada de abondamiento de pan; rica en metales, de plomo, de estaño, de argent vivo, de fierro, de arambre, de plata, de oro, de piedras preciosas (...)</div>
<div style="text-align: justify;">
Espanna sobre todas es engeñosa, atrevuda et mucho esforzada en lid, ligera en afán, leal al señor, afincada en estudio, palaciana en palabra, complida de todo bien (...) ¡Ay Espanna! non ha lengua nin engeño que pueda contar tu bien.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pues este regno tan noble, tan rico, tan poderoso, tan honrrado, fue derramado et astragado en una arremesa por desavenencia de los de la tierra que tornaron sus espadas en si mismos unos contra otros, así como si les minguasen enemigos; et perdieron y todos, ca todas las cibdades de Espanna fueron presas de los moros et quebrantadas et destroidas de mano de sus enemigos"</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: right;">
Primera Crónica General de España</div>
</span><div style="text-align: right;">
Alfonso X, el Sabio</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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_________</div>
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Disponible la obra completa</div>
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en la edición de Ramón Menéndez Pidal (1906)</div>
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(Inernet Archive)</div>
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<a href="https://archive.org/details/primeracrnicage01sancgoog" target="_blank">pinchando aquí</a></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
</span>Servando Gotorhttp://www.blogger.com/profile/11872999072775853462noreply@blogger.com0