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HASTÍO DE LOS PECES, UN TEXTO CLAVE EN LA TRAYECTORIA POÉTICA DE ÁLVARO MUTIS (Ariel Castillo Mier)

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Ariel Castillo Mier
Universidad del Atlántico
Barranquilla - Colombia




En junio de 1947, Alvaro Mutis publicó el poema en prosa "Hastío de los peces" (1). Meses después, al reunir sus primeros textos poéticos junto con los de Carlos Patiño en La balanza (2), por insatisfacción estética o por formar parte de otro proyecto (3), Mutis excluye "Hastío I" de ese libro. No obstante, el 24 de agosto de 1949, publica una nueva versión, "Hastío II" (4), muy distinta de la anterior y, luego, en Los elementos del desastre (5), verdadera edición príncipe de su poesía, Mutis, a continuación del primer poema, con unos cuantos (mínimos) cambios en relación con la segunda versión, incluye "Hastío III".




Las diferencias entre "Hastío I" y "II" (al margen de la irrupción de evidentes erratas), consisten básicamente en la eliminación de frases explicativas, prosaísmos efectistas y excesos imaginativos (delatores de cierta retórica surrealista afanosa por espantar al lector), la sustitución de adjetivos tendientes a lo abstracto por otros que proyectan una imagen mucho más precisa y objetiva, y las correcciones en la puntuación, que le imprimen ritmo y claridad al texto.




Sin embargo, en "Hastío II" figura un cambio sustancial: la supresión de la oración del gaviero de la ballenera Gervel, que le restaba intensidad al relato. La parte eliminada nos revela que en "Hastío I" se puede fechar el nacimiento de Maqroll: en el innominado gaviero del poema ("Para quienes tachen mi relato de inverosímil, tengo una oración, que me enseñó el gaviero de la ballenera Garvel, de matrícula holandesa, que dice así: Señor, persigue a los adoradores de la blanda serpiente..."), están ya los rasgos fundamentales --las palabras, el oficio, el tono y la visión del mundo-- que lo identificarán en las obras posteriores. El fragmento suprimido se publica, de manera independiente, tres meses después, con algunos cambios y ampliaciones, con el título de "Imprecaciones de Maqroll, el Gaviero" (6).




Las sucesivas reescrituras del poema, reveladoras del puesto capital de "Hastío I" en la trayectoria poética de Mutis, al tiempo que permiten apreciar la veloz aunque ardua evolución del poeta (7) hacia el hallazgo de su propia voz, funcionan como testimonio de un hecho insólito en la poesía colombiana: el rigor autocrítico del poeta . No obstante, existen otras razones para la reedición del poema. Texto genitor, de "Hastío I" no sólo salen "Hastío II" y "Oración de Maqroll, el gaviero": también, de alguna manera, en ese texto inicial está el germen de su muy posterior saga novelística (8).




No obstante, el mérito mayor de "Hastío I" es histórico-literario. Por un lado, nos muestra la solución de un problema técnico que minaba los comienzos de la obra de Mutis: la inverosímil sabiduría de su hablante lírico cuya desilusionada visión del mundo no era compatible con un joven poeta de 25 años. Mediante la adopción del método dramático de la máscara poética que culmina con la invención de Maqroll, observador implicado que, más que vivir la aventura, la contempla y la relata desde una distancia irónica (gran contribución de la poesía inglesa de Browning a Pound y Eliot), Mutis no solo elimina el lastre de la inverosimilitud, sino que, al mismo tiempo, halla el emblema eficaz que confiere unidad e identidad a su universo verbal: el gaviero, ese avizor de horizontes, correlato objetivo del poeta.




Juego de espejos enfrentados, el modesto centinela de navíos que nos narra la historia, el emisario de la plegaria del gaviero, participa también del perfil de Maqroll, quien, por lo demás, encarna una síntesis sutil del hablante lírico ideal de los poetas simbolistas franceses de Baudelaire a Lautréamont, pasando por Verlaine, Rimbaud, Laforgue y Corbière: el viajero solitario e impenitente, peregrino del peligro, familiar de la muerte, ser incomunicado con signos de hastío, viajero inmóvil, marinero en tierra que se sumerge en la memoria para ganarle secretos a lo desconocido. De esos dos rostros parciales saldrá el complejo perfil del viejo gaviero errabundo, otro aporte latinoamericano a la galería de personajes de la literatura universal, que otorga a Mutis, como anotó Alfonso Fuenmayor, la trascendencia del creador de mitos, "una hazaña que solo les está reservada a los grandes escritores" (9), caso sorprendente por haberse generado desde la poesía.




En el texto de "Hastío I" se condensan, por otro lado, los aportes y el cambio profundo que estaba introduciendo Mutis en la tradición de la poesía colombiana, representada por el grupo poético dominante en ese entonces: Piedra y Cielo. Mutis pone al día la poesía del país, al restablecer el diálogo fecundo, interrumpido desde Silva, con la poesía moderna (en especial, aunque no de manera exclusiva, en lengua francesa: Bertrand, los simbolistas, Claudel, Perse, Apollinaire, Cendrars, Reverdy, Larbaud, Breton, Cesaire), al tiempo que se apropia e incorpora a la tradición poética colombiana algunas de las prácticas propias de aquella poesía: el poema en prosa impregnado de narratividad, el monólogo dramático, la irónica reflexión, desde el poema, sobre el poema y las posibilidades reveladoras de la palabra, manifestación de una lúcida conciencia metaliteraria.




"Hastío de los peces" junto con los otros poemas del primer Mutis encarna una serie de tránsitos muy significativos en la poesía colombiana contemporánea: de la inspirada y facilista improvisación de Piedra y Cielo y su relación confiada con la palabra eufónica y ornamental a la desolada lucidez y la vigilante conciencia del oficio; del hablante lírico "sentimental, sensible, sensitivo" al hablante maduro, informado, reflexivo; de la prosa lírica modernista (aquellos almibarados elogios de Carranza a los meses, publicados en la misma Revista de las Indias), al poema en prosa que incorpora la lógica de los sueños, quiebra los controles --lógica, razón, moral, gusto-- que en la vigilia rigen la actividad mental y hace posible la realización de los deseos más íntimos y extravagantes; de la abolición piedracielista del pensamiento poético en aras de una poesía del corazón, apta para lectores bucólicos, a la metafísica subterránea que cuestiona el tiempo ("Qué más da si esto sucedió antes o si fue posterior") e inquiere acerca del olvido; de la melancolía y la visión ilusionada del mundo a la desesperanza y la angustia existencial; de la idealización del trópico visto como paisaje pastoril a su desembrujamiento al presentarlo no como estricto entorno físico sino como espacio habitado por el hombre, donde la muerte se cocina de manera continua a fuego lento; del canto en celebración de los valores tradicionales --la hispanidad, el catolicismo, los próceres, el paisaje campestre de la patria-- a una nueva concepción catártica de la poesía que linda con el resplandor de la plegaria.




Por otra parte en "Hastío de los peces" están presentes en apretada síntesis los tópicos recurrentes en el orbe verbal de Mutis: la relación intensa con el paisaje; el perverso paso del tiempo y su resonante ruina; el viaje y la huida; la atmósfera de enfermedad (alcohol, termómetro, lepra, pelagra, hambre, tifo), decrepitud (ancianos orgiásticos, desdentados, turistas con ojeras), transgresión y enigmático erotismo (ancianas asesinas, coleccionistas de caderas, sitios sospechosos, pornográficas banderolas indicadoras de nebulosos deseos indescifrables, ojos de buey turbios de sal y sacrificio, potente virginidad de hermosísimas mujeres que acompañan solo en sueños); las imágenes febriles; la tensión entre entidades antitéticas --Europa y América, prosa y verso, imaginación creadora y reflexión metapoética--; la estética del fragmento; la representación del trópico como el ámbito de la desesperanza a partir de una estratégica distribución en el poema de vegetales (poleo, algas, gardenias, tabaco, calabaza, savia de los cocoteros), de animales (ostras, mariposas de oscuras alas lanosas, serpientes, cacatúas, cachalotes), de minerales (arena, agua dulce) e imágenes de todo tipo, olfativas (tufo acre), tactiles (sudor), visuales (sol, banderas, colores) y auditivas (gemidos, torres de radio, canciones de moda) que contribuyen a la creación de un clima opresor.




Mucho más acorde con el paso de Colombia de país rural a país de urbes, en el que la violencia se vuelve una constante cotidiana, la obra poética de Alvaro Mutis realiza la ruptura puntual con los trasnochados hábitos poéticos modernistas de Piedra y Cielo que no habían podido consumar sus contemporáneos Fernando Charry Lara, Héctor Rojas Herazo, Fernando Arbeláez y Jorge Gaitán Durán, reincidentes aún en el sonsonete del soneto, en el apego excluyente a los modelos hispánicos, en la visión del poema como el reino de la ocurrencia ingeniosa y en la práctica del erotismo casto y sin cuerpo de los ya anacrónicos bardos piedracielistas.
Ariel Castillo Mier


Ver Hastío de los peces

NOTAS:




1. Alvaro Mutis, "Hastío de los peces", Revista de las Indias, 94 (Bogotá), junio de 1947: 163-166. En adelante, mencionaré este texto como "Hastío 1".
2. Casi artesanal, de solo 200 ejemplares, la edición de La balanza, Prag, Bogotá, 1948, que incluye ilustraciones de Hernando Tejada, era prácticamente un cuaderno. De ediciones como esta surgió el mote despectivo con el que se identificó a los poetas posteriores al grupo Piedra y Cielo, gracias al ingenio andino de Hernando Téllez: Los Cuadernícolas.
3. En la publicación se señala que el poema forma parte de otro proyecto editorial, el poemario Los ejes encontrados, que pese a la analogía o similitud que puede establecerse entre balanza y ejes encontrados, es, en realidad, diferente. Se sabe, al menos, de otro poema que formaba parte del mismo, "Las llamas en el destino", Sábado, 13-XI-48, hoy conocido como "El viaje". Entre los dos textos, ambos de clara estirpe surrealista, se sostiene un intenso diálogo: un juego de afinidades y contrastes, de correspondencias y de simetrías invertidas que revelan la unidad del proyecto.
4. El Heraldo, 24 de agosto de 1949, p. 5. en la página Litrarias de El Heraldo, con ilustraciones de Enrique Grau, "Hastío" aparece acompañado por el poema "Las batallas", también con ilustración de Grau, fragmento del libro en publicación, que nunca salió, El húsar. Agradezco los datos y el texto de esta segunda versión del poema al maestro Jacques Gilard.
5. Alvaro Mutis. Los elementos del desastre. Buenos Aires, Losada, 1953.
6. Fin de Semana, octubre de 1947. Esta es la primera ocasión en que aparece el nombre de Maqroll, que algunos estudiosos situaban, de manera inexacta, en 1948 o en 1953.
7. El fenómeno no se reduce, por supuesto, a "Hastío de los peces". Todos los poemas que Mutis publicó en los periódicos y las revistas de la época, al pasar a los libros, registran cambios que pueden ir desde el título hasta la supresión significativa de versos o la reescritura total del poema.
8. En "Hastío I" no solo se origina el poema "Oración de Maqroll", sino que también se citan fragmentos o se alude a otros poemas de 1947 como "Tres imágenes" ( "este delicado aparato que fabrica gardenias,/esta oscura mariposa de torpe vuelo,/este rebaño de alces") y 204, de 1948 como "Una palabra" ("el largo viaje entre la magia recién iniciada") y "El miedo"; de 1949 como "Angela Gambitzi" y Los elementos del desastre; e incluso a novelas y relatos, muy posteriores: La mansión de Araucaíma y su recreación de un recinto cerrado, alejado de la ciudad y del orden de los hombres comunes, donde se cumplen sórdidas ceremonias; el vigilante de los astilleros en Jamil; el puerto y el ambiente de orgías prostibularias en Ilona llega con la lluvia; y el viaje hacia las tierras altas, donde se concilian los elementos en La Nieve del Almirante, para no mencionar el barco borracho de amor de La última escala del Tramp Steamer o la historia de estéril concupiscencia de Amirbar.
9. Alfonso Fuenmayor. "Alvaro Mutis, creador de mitos". En: Santiago Mutis (ed.), Tras las rutas de Maqroll el gaviero 1988-1993.Bogotá, Instituto Colombiano de Cultura, 1993, p.12.








REMISION: El poema-relato de Mutis "Hastìo de los peces" puede leerse en el siguiente URL:
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© Ariel Castillo Mier




LA CASA DE ASTERIÓN
ISSN: 0124 - 9282




Revista Trimestral de Estudios Literarios
Volumen I - Número 2
Julio-Agosto-Septiembre de 2000




DEPARTAMENTO DE IDIOMAS
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS - FACULTAD DE EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO
Barranquilla - Colombia




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