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EL ULISES DE JOYCE EN LA VERSIÓN DE GARCÍA TORTOSA

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Ofrecemos, en la traducción de Francisco García Tortosa, de Cátedra, el final del capítulo 17 y el principio del 18.

El capítulo 17 nos presenta a Leopoldo Bloom al final de la jornada.  Había salido de casa por la mañana (al principio de la novela, capt. 4) sabiendo que su esposa -Molly- iba a recibir a un amante en el mismo lecho matrimonial.  Bloom regresa derrotado y con dudas.  Plasmamos seguidamente el final de este capítulo 17, que viene a ser también el verdadero final de la novela, dado que el 18 es, en palabras del propio Joyce, una coda.  Esa coda es uno de los capítulos más conocidos de la novela: el monólogo interior (o flujo de conciencia) de Molly Bloom, monólogo carente de signos de puntuación y de hilación lógica, tal y como discurre en la realidad el pensamiento humano.



17

(…)

¿Por qué más abnegación que celos, menos envidia que ecuanimidad? De agravio (el matrimonio) a agravio (el adulterio) no resultaba más que agravio (la copulación) y sin embargo el transgresor matrimonial del transgredido matrimonialmente no había sido agraviado por el transgresor adúltero del adúlteramente transgredido.

¿Qué justo castigo, si alguno?

El asesinato, jamás, ya que dos desatinos no arreglan nada. Batirse en duelo, no. Divorcio, ahora no. Revelación por medio de ardid mecánico (cama automática) o declaración personal (testigos oculares ocultos), aún no. Demanda judicial por daños y perjuicios por la vía legal o simulación de agresión con testimonio de heridas sufridas (autoinfligidas), no imposible. Mamela por la vía moral, posible. De haber alguna, convencidamente, connivencia, introducción de emulación so (material, una próspera agencia de publicidad competidora: moral, un afortunado agente competidor de la intimidad), depreciación, alienación, humillación, separación que proteja a la separada del otro, que proteja al separador de ambos.

¿Con qué consideraciones justificaba reaccionador consciente contra el vacío de la incertidumbre sus propios sentimientos?

La predeterminada frangibdidad del himen: la supuesta intangibilidad de la cosa misma: la incongruidad y desproporción entre la tensión autoprolongante de la cosa propuesta a ser hecha y la relajación autoabreviante de la cosa hecha: la falazmente inferida debilidad de la mujer: la musculatura del hombre: la mutabilidad de los códigos morales: la natural transición gramatical por inversión que no afecta a la alteración del sentido de una proposición de aoristo pretérito (gramaticalmente analizada como sujeto masculino, monosilábico verbo transitivo onomatopéyico con objeto directo femenino) de la voz activa a su proposición correlativa de aoristo pretérito (gramaticalmente analizada como sujeto femenino, verbo auxiliar y cuasimonosilábico participio onomatopéyico con agente complementario masculino) en voz pasiva: la producción continua de inseminadores por generación: la continua producción de semen por destilación: la futilidad del triunfo o de la protesta o de la reinvidicación: la inanidad de la virtud encomiada: el letargo de la materia ncpente: la apatía de las estrellas.

¿En qué satisfacción final convergieron estos sentimientos y consideraciones antagónicas reducidas a su más simple forma?

Satisfacción por la ubicuidad en los hemisferios terrestres orientales y occidentales, en todas las tierras habitables e islas exploradas e inexploradas (la tierra del sol de medianoche, las islas afortunadas, las islas de Grecia, la tierra prometida) de adiposos hemisferios femeninos anteriores y posteriores, fragantes de leche y miel y de calor excretorio sanguíneo y seminal, evocadores de familias seculares de curvas de amplitud, impasibles ante los humores por impresiones o ante las contrariedades por expresiones, expresivos de la muda inmutable animalidad madura.

¿Las señales visibles de la presatisfacción?

Una erección aproximada: una atención atenta: una elevación gradual: una revelación vacilante: una contemplación silenciosa.
¿Después?

Besó los ambarinos melones orondos serondos odoranteserondos de sus nalgas, en cada orondo hemisferio meloso, en el surco serondo ambarino, con un ósculo oscuro prolongado provocante melodorantemeloso.

¿Las señales visibles de la postsatisfacción?

Una contemplación silenciosa: una velación vacilante: un gradual menguamiento: una aversión atenta: una erección próxima.

¿Qué siguió a este acto silencioso?

Invocación somnolente, exploración menos somnolente, excitación incipiente, interrogación catequística.

¿Con qué modificaciones replicó el narrador a está interrogación?

Negativas: omitió mencionar la correspondencia clandestina entre Martha Clifford y Henry Flower, el altercado público en, dentro y en los alrededores del establecimiento autorizado para vender bebidas de Bernard Kiernan y Cía, S. A., Little Britain Street, 8, 9, y 10, la provocación erótica y reacción a la misma originada por la exhibicionista de Gertrude (Gerty), apellidos desconocidos. Positivas: incluyó mencionar la actuación de Mrs. Bandmann Palmer en Leab en el Gaiety Theatre, South King Street, 46, 47, 48, 49, una invitación a cenar en el Hotel Wynn (Murphy), Lower Abbey Street, 35, 36 y 37, un volumen de pecaminosa tendencia pornográfica intitulado Delicias del pecado, autor anónimo un caballero de moda, una conmoción pasajera originada por un movimiento erróneamente calculado en el transcurso de una exhibición gimnástica postyantal, siendo la víctima (ya recuperada completamente) Stephen Dedalus, profesor y autor, hijo mayor sobreviviente de Simon Dedalus, sin ocupación fija, una hazaña aeronáutica realizada por él (el narrador) en presencia de un testigo, el antedicho profesor y autor, con pronta decisión y gimnástica flexibilidad.

¿Fue la narración aparte de eso inalterada por modificaciones?

En absoluto.
¿Qué acontecimiento o persona surgió como el punto culminante de su narración?

Stephen Dedalus, profesor y autor.

¿Qué limitaciones de la actividad e inhibición de los derechos conyugales fueron percibidas por la oyente y el narrador concerniente a ellos mismos durante el transcurso de esta intermitente y progresivamente más lacónica narración?


De acuerdo con la oyente una limitación de la fertilidad en vista de que el matrimonio se había celebrado 1 mes civil después del 18.° aniversario de su nacimiento (el 8 de septiembre de 1870), a saber, el 8 de octubre, y se había consumado en la misma fecha con descendencia femenina nacida el 15 de junio de 1889, habiendo sido anticipadamente consumado el 10 de septiembre del mismo año y trato sexual completo, con eyaculación de semen dentro del órgano natural femenino, habiendo tenido lugar por última vez 5 semanas previas, a saber, el 27 de noviembre de 1893, al nacimiento el 29 de diciembre de 1893 de la segunda descendencia (y único varón), fallecido el 9 de enero de 1894, a la edad de 11 días, existiendo un periodo de 10 años, 5 meses y 18 días durante el cual el trato camal había sido incompleto, sin eyaculación de semen dentro del órgano natural femenino. De acuerdo con el narrador una limitación de la actividad, mental y corporal, en vista de que el trato mental completo entre él y la oyente no había tenido lugar desde la consumación de la pubertad, señalada por hemorragia catamenial, de la descendencia femenina del narrador y de la oyente, el 15 de septiembre de 1903, existiendo un periodo de 9 meses y 1 día durante el cual, como consecuencia de una comprensión natural preestablecida en la incomprensión entre las mujeres consumadas (la oyente y descendencia), libertad corporal completa de acción había sido circunscrita.

¿Cómo?

De acuerdo con el reiterado interrogatorio femenino referente al destino masculino adónde, el lugar dónde, el tiempo en que, la duración para la que, el objeto con que en el caso de ausencias pasajeras, planeado o ejecutado.

¿Qué se movía visiblemente sobre las invisibles cavilaciones de la oyente y del narrador?

El reflejo proyectado de una lámpara y una pantalla, una serie inestable de círculos concéntricos de gradaciones variantes de luz y sombra.

¿En qué direcciones estaban echados la oyente y el narrador?

La oyente, E. por S.E.: el narrador, O. por N.O.: en el paralelo 53 de latitud, N., y el meridiano 6 de longitud, O.: en un ángulo de 45° respecto al ecuador terrestre.

¿En qué estado de reposo o movimiento?

En reposo relativamente según ellos mismos y según la una al otro. En movimiento siendo cada uno y ambos llevados hacia el oeste, hacia delante y hacia atrás respectivamente, de acuerdo con el perpetuo movimiento propio de la tierra a través de caminos cambiantes del espacio invanable.

¿En qué postura?

La oyente: reclinada semilateralmente del lado izquierdo, la mano izquierda bajo la cabeza, la pierna derecha extendida en línea recta y descansando sobre la pierna izquierda, flexionada, en actitud de Gea-Terra, satisfecha, recostada, plena de vida. El narrador: reclinado lateralmente, del lado izquierdo, con las piernas derecha e izquierda flexionadas, el dedo índice y el pulgar de la mano derecha descansando sobre el caballete de la nariz, en la actitud representada en la fotografía instantánea tomada por Percy Apiohn, el hombreniño cansado, el niñohombre en las entrañas.

¿Entrañas? ¿Cansado?

Descansa. Ha viajado.

¿Con?

Simbad el Marino y Timbad el Timbalero y Jimbad el jinetero y Whimbad el Güisquero y Nimbad el Negrero y Fimbad el Finquero y Pimbad el Pinero y Mimbad el Minero y Nimbad el Heñero y Rimbad el Rumbero y Dimbad el Dinamitero y Vimbad el Vimbrero y Limbad el Limero y Ximbad el Yerbatero.

¿Cuándo?

Yendo a una cama oscura había un cuadrado redondo Simbad el Marino huevo del alca del rocho en la noche de la cama de todas las alcas de todos los rochos de Oscurimbad el Luminero.

¿Dónde?
.


18

SÍ porque él no había hecho nunca una cosa así antes como pedir que le lleven el desayuno a la cama con un par de huevos desde los tiempos del hotel City Arms cuando se hacía el malo y se metía en la cama con voz de enfermo haciendo su santísima para hacerse el interesante ante la vieja regruñona de Mrs Riordan que él creía que la tenía enchochada y no nos dejó ni un céntimo todo para misas para ella solita y su alma tacaña tan grande no la hubo jamás de hecho le espantaba tener que gastarse 4 peniques en su alcohol metílico contándome todos sus achaques mucha labia que tenía para la política y los terremotos y la fin del mundo tengamos antes un poco de diversión que Dios nos ampare si todas las mujeres fueran de su calaña le disgustaban los bañadores y los escotes por supuesto nadie quería verla con ellos supongo que era piadosa porque no había hombre que se fijara en ella dos veces espero que nunca me parezca a ella milagro que no nos pidiera que nos cubriéramos la cara pero era una mujer muy educada desde luego y su cháchara sobre Mr Riordan para aquí y Mr Riordan para allá supongo que se alegraría de deshacerse de ella y su perro olisqueándome las pieles y siempre mañoseando para metérseme debajo de las enaguas sobre todo aun así me gusta eso de él tan atento con las viejas ya ves y con los camareros y mendigos también no es orgulloso por nada pero no siempre si es que alguna vez tuviera algo serio es mucho mejor que los lleven a un hospital donde todo está limpio pero supongo que tendría que repetírselo durante un mes sí y entonces tendríamos una enfermera del hospital tener que aguantar el rapapolvo y él allí hasta que lo echen o una monja a lo mejor como la de esa foto guarra que tiene es tan monja como yo no sí porque son tan débiles y quejicas cuando están malos necesitan una mujer para ponerse buenos si echan sangre por la nariz te imaginarías que era O algo trágico y esa carademuerto una vez por la ronda sur cuando se torció el pie en la fiesta del coro en la Montaña de pandeazúcar el día que yo llevaba aquel vestido de Miss Stack trayéndole flores las más secas que pudo encontrar en el fondo del cesto cualquier cosa por meterse en el cuarto de un hombre su voz de solterona queriendo imaginar que se moría por sus huesos para nunca verte la jeta otra vez aunque estaba más varonil con la barba un poco crecida en la cama con padre pasaba lo mismo además no soporto poner vendas ni las medicinas cuando se cortó el dedo del pie con la navaja de afeitar recortándose los callos aterrorizado de sufrir un envenenamiento de la sangre pero si fuera algo que me pasara a mí entonces ya veríamos cómo me cuidaba sólo que la mujer desde luego lo oculta para no dar la lata que ellos dan sí se corrió en algún sitio estoy segura por sus ganas de todos modos amor no es de lo contrario estaría desganado pensando en ella así que o fue una. de esas mujeres de la noche si fue por allá abajo por donde de verdad estuvo y el cuento del hotel un montón de mentiras para ocultarlo planeándolo Hynes me entretuvo con quién me encontré ah sí me encontré con tú te acuerdas de Menton y quién más déjame ver ese grandullón cara de niño le vi y no hace mucho que se casó flirteando con una joven en el Myriorama de Pooles y le di la espalda cuando se largó haciéndose el loco con las orejas gachas qué más da pero tuvo la cara dura de darme explicaciones una vez le está bien por bocazas y ojos apagados de todos los cretinos que jamás haya conocido y a eso le llaman un procurador sólo que me fastidia tener una pelea larga en la cama…

(…)


James Joyce
Ulises, 1920
Francisco García Tortosa
Cátedra, 1999




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