¡Qué bellos son tus pechos!
¡Qué blancos! ¡De una seda tan suave, tan tibia, tan fresca, tan blanca!
¡Violetas y rosas entre leche, entre nieve, entre armiño, entre espuma!
¡Claveles blancos con rocío!
Son redondos y pequeños. Entre
ellos, una turjencia llana y cálida. En sus cimas los pezoncillos rosados
lijeramente aureolados. Ni la frivolidad de la rubia, ni el carnoso y oscuro
botón de la morena. ¡Una gracia sensual y adolescente!
Yo juego con sus dos pechos
como si fuera un niño. ¡Qué de besos en sus flores tibias! ¡Cuánto apretón!
¡vienen justos a mis manos cóncavas y el izquierdo es un poco mas grande que el
derecho!
¡Qué bellos son sus pechos!
¿Quién tendrá otros semejantes? ¿Qué mujer, que niña, a qué edad, de qué país?
¡Oh!, ¡corazones blancos, seda y rosa, nieve, espuma! ¡Violetas y rosas entre
armiños!
Juan Ramón Jiménez
Baladas para después
de poemas de Juan Ramón Jiménez
en Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
pinchando aquí
Muy buenoooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminar