Te gusta llegar a la estación
cuando el reloj de pared tictaqueatictaquea en la oficina del jefe-estación.
Cuando la tarde cierra sus párpados
de viajera fatigaday los rieles ya se pierden
bajo el hollín de la oscuridad.
Te gusta quedarte en la estación desierta
cuando no puedes abolir la memoria,como las nubes de vapor
los contornos de las locomotoras,
y te gusta ver pasar el viento
que silba como un vagabundo
aburrido de caminar sobre los rieles.
Tictaqueo del reloj. Ves de nuevo
los pueblos cuyos nombres nunca aprendiste,
el pueblo donde querías llegar
como el niño el día de su cumpleaños
y los viajes de vuelta de vacaciones
cuando eras —para los parientes que te esperaban—
sólo un alumno fracasado con olor a cerveza.
Tictaqueo del reloj. El jefe-estación
juega un solitario. El reloj sigue diciendoque la noche es el único tren
que puede llegar a este pueblo,
y a ti te gusta estar inmóvil escuchándolo
mientras el hollín de la oscuridad
hace desaparecer los durmientes de la vía.
Jorge Teiller
Andenes
______________
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.