¡QUÉ CRUEL ES ESTE MADRID! MANDA, COBRA DISFRUTA... (Conde de Cabarrús)


¡Qué cruel es este Madrid! Manda, cobra, disfruta. Pero trátese de que compre a las mismas provincias que despojó. Ha de ser al contrario en razón de su conveniencia. La naturaleza quiere un año que el trigo valga ochenta reales, lo pagará solo por sesenta. Embargará los medios de conducción, les señalará un precio inferior , suplirá con un tanteo o una violencia privilegiada la previsión que no tuvo. Pondrá un administrador en Getafe que le envié los aceites de Andalucía, y que se constituya arbitro absoluto de este género. Todo el oro del erario y la substancia de las provincias se emplearán en luchar a su favor contra las relaciones de las cosas. Y si algún aldeano de las inmediaciones quisiese participar momentáneamente de estas ventajas, si intentare llevar a su familia uno de aquellos panes amasados con sus lágrimas y su sangre, le esperan a la puerta aquellos guardas y aquel registro limítrofe que separan a Madrid del reino.

Amigo, la naturaleza no nos hizo para amontonarnos en grandes ciudades, y las sociedades primitivas son pequeñas. Es tan imposible gobernar bien una gran ciudad como un grande hospital o un gran reino. El hombre es débil y limitado, y el gobierno estará mejor cuando estén más subdivididos los objetos que deba abrazar. Conozco lo que debe el progreso de las luces a las grandes poblaciones; pero también veo lo que cuestan a la felicidad de la especie humana, y quisiera que todo concurriese a resistir la funesta tendencia que atrae a Madrid las riquezas de las provincias, y que entorpece la circulación.


Francisco Cabarrús
Cartas del Conde Cabarrús




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