HEMORRAGIA LEGISLATIVA EN LA ILUSTRACIÓN (Conde Cabarrús)




¡Ah! no es mi sensibilidad la que en este punto habla, no. Es toda mi alma, acusando de lentitud a los cielos y provocando su rayo vengador, para que descienda sobre este horrible edificio de jurisprudencia que, con la sagrada y fatal inscripción de la ley, no es en realidad más que una cueva humedecida en sangre, donde cada pasión atormenta y devora impunemente sus víctimas. No amigo, mi entendimiento sólo es el que recorre con espanto aquella mole inmensa e incoherente de teocracia, de republicanismo, de despotismo militar, de anarquía feudal, de errores antiguos y de extravagancias modernas. Aquella mole de treinta y seis mil leyes, con sus formidables comentadores. Y no titubeo un instante: prefiero a la subsistencia de tan monstruosa tiranía la libertad, los riesgos y los bosques de la naturaleza. Me atrevo a decirlo, ningún bien, ningún alivio, ningún proyecto útil es compatible con nuestro sistema de jurisprudencia. El despotismo sin leyes causaría un daño menor.


Francisco Cabarrús
Cartas del Conde Cabarrus


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