Cinco años antes de concluir el siglo XVIII, a punto de extinguirse el Siglo de las Luces y de las Tinieblas, la imprenta madrileña de Antonio de Sancha publicó la edición príncipe del Informe de Ley Agraria de Gaspar Melchor de Jovellanos (Gijón 1744 - Puerto de Vega 1811) a instancias de la Sociedad Económica Matritense de Amigos del País. Presentaremos ahora y trataremos de glosar una obra que sin duda merece ser leída hoy en día, a pesar del tiempo transcurrido desde su aparición en 1795. En efecto, la lectura pausada del texto puede constituir una experiencia placentera y fructífera por el análisis económico contenido, por su claridad sistemática, por el brillante estilo literario y por la relevancia en la historia española. Es el escrito que ha proporcionado mayor reconocimiento a Jovellanos y constituye además una obra sobresaliente en el pensamiento económico y político español.
Sin duda, no han faltado lecturas publicadas en los más de doscientos años recorridos desde su publicación inicial. Lecturas numerosas y diversas, meritorias y penetrantes, unas, y livianas o redundantes, otras, que han ido formando en su conjunto una amplia serie de interpretaciones, a veces contrapuestas, y que han evolucionado a lo largo del tiempo. Es como si, tras el fallecimiento del autor en 1811, la obra –acompañando a su autor– hubiera trascendido a su propia época, y al resurgir en manos de lectores e intérpretes sucesivos fuera acomodada a las pasiones, intereses y conocimientos de las distintas épocas. La frecuencia de tales usos en la historia de las ideas impide alarmarnos en demasía y quizá sea un estímulo adicional para realizar en la actualidad una nueva lectura ecuánime que pretendemos propiciar con este ensayo de síntesis.
Hablar de la cuestión agraria en el siglo XVIII significa hacer referencia al conjunto de la economía y de la sociedad. El peso de la agricultura en la producción, en la ocupación, en la industria y el comercio era muy elevado, y lo era también en la mentalidad y en los movimientos sociales de protesta. Si la agricultura estornudaba, la economía se constipaba y la sociedad enfermaba. La cuestión agraria incluye no sólo un aspecto descriptivo de la situación, de las crisis y de la evolución del principal sector económico, sino también un aspecto prescriptivo, como respuesta a los problemas señalados o denunciados, y que se plasma en la proposición de medidas a tomar de reforma agraria. Esa cuestión agraria, en el mejor de los casos, podría evolucionar hacia un desenlace positivo para el propio sector y para el resto de la economía si se lograban neutralizar los diversos obstáculos al desarrollo agrario y las trabas al bienestar social. En esa línea se inserta el Informe de Jovellanos, un dictamen descriptivo y prescriptivo sobre la cuestión agraria en España en la época de la Ilustración.
Vicent Llombart
Joaquín Ocampo Suárez-Valdés
Para leer el Informe de Ley Agraria de Jovellanos
Revista Asturiana de Economía. RAE núm. 45, 2012
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