bajo la luna
Aún recuerdo dar a los caballos
azúcar
blancos rectángulos de azúcar
como el hielo,
Tenían cabezas
Como de águila
Peladas cabezas que podían morder
Y no lo hacían.
Los caballos eran más reales
Que mi padre
Más reales que dios
Y podían haberme pisado
Pero no lo hicieron
Podían haberme hecho cualquier cosa horrible
Pero no lo hicieron.
Yo tenía casi 5 años
Pero no lo he olvidado;
Dios mío qué fuertes y buenas
Aquellas lenguas rojas que babeaban
Desde sus almas.
Hay cosas peores que
estar solo
pero a menudo toma décadas
darse cuenta de ello
y más a menudo
cuando esto ocurre
es demasiado tarde
y no hay nada peor
que
un demasiado tarde
Bukowski
En la versión de
Narciso de Alfonso
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