PARA EVITAR LA CORRUPCIÓN, SEPARACIÓN DE PODERES (Conde de Cabarrús)



Así es que los ministros tienen aun mas interés que los príncipes en un orden estable y justo que haga prosperar sus propiedades, y que defienda sus personas y su familia de toda arbitrariedad. Y este interés no sólo alcanza a los buenos ministros, sino también a los malos. Las leyes nunca fueron tan crueles como las pasiones, y es de hecho que los facinerosos, a los cuales se aplican todavía estas leyes, padecen mucho menos que cualquiera víctima de una secretaría.

Creo haber demostrado que el objeto de todas las sociedades políticas coincide con el interés de los que las rigen. Contraeré a la nuestra y a la época actual esta conciliación.
Para que se logre, no es necesario trastornar la constitución monárquica. Se traía, al contrario, de generarla y consolidarla.
El príncipe que nunca hace, ni puede hacer otra cosa que poner su sello exterior a la formación de las leyes y a su aplicación, debe procurar evitar las equivocaciones y las injusticias. Y para esto le basta poner en distintas manos la administración de justicia y el gobierno, sin permitir que estas cosas, distintas por su naturaleza, se reúnan, conservando al mismo tiempo a cada una de ellas los atributos que la son esenciales.
Dejen las secretarías a los tribunales la administración de justicia, sin intervenir por ningún termino en ella. Y estos tribunales para nada intervengan en el gobierno: a esto reduzco todos los remedios de nuestros males, y algunas cortas explicaciones bastarán a demostrar su eficacia.


Francisco Cabarrús
Carta al Príncipe de la Paz.



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